Francisca Valenzuela es una de las cantautoras más importantes de Chile y América Latina. Con una carrera de más de 15 años, que le ha válido seis premios en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, y una nominación al Grammy Latino, sus canciones se han convertido en símbolo de reivindicación femenina en la era del Me Too.
Su discografía suma, a la fecha, cinco álbumes de estudio y 30 sencillos. Su último disco es Vida Tan Bonita, lanzado en mayo de 2022, y en el que participó, como productora, Ali Stone, Dj y productora bogotana, que ha sido telonera de Justin Bieber.
Minutos antes de su presentación en el segundo escenario más grande del festival, Infobae Colombia habló con la chilena, de su notable show en las tarimas donde se ha presentado, sus cualidades como artista femenina y su expectativa en Rock al Parque 2022.
El viernes tocaste en Santiago, en el Movistar Arena, fue un éxito, una cosa increíble, una locura, ¿ Qué pueden esperar los colombianos, asistentes a Rock al Parque, después de un show tan grande en Santiago?
Una adaptación de lo que hicimos ahí al escenario de acá, es decir, el grueso de las canciones y la energía; la propuesta, la idea están todos ahí, lo que pasa es que en el Movistar tuvimos la oportunidad de crear algo como con una pantalla enormes y con hacer cosas especiales con cámaras, que son unos recursos muy lindo y muy valioso. Pero, los festivales también compensan otra energía.
“Como la energía de llegar tocar en un festival como este, que es tan importante, tan rockera no sé qué hacer una curatoría de canciones que tengan que ver con el festival también, así que estoy contenta con ganas de presentar un poquito entonces como que uno quiere seguir tocando”, resaltó Francisca Valenzuela.
Su último disco se compuso en pandemia, y ha dicho que se hizo en un mundo el que parece necesario endurecerse y deshumanizarse para afrontar la realidad. ¿Cómo su música se transforma en un vehículo para afrontar la vida de otra manera?
Escuchar las canciones y ponerle atención a todas las cosas que uno como que quiere ir entregando y va creando, yo creo que quizás aporta desde la vulnerabilidad. Yo creo, que hay una añoranza en general en mi música por conectar, por no hacerle a las cosas que son dolorosas o difíciles; y no digo solamente el dolor y el sufrimiento, sino que las cosas que son complejas, la vida como muy contradictoria y yo creo que la contradicción aparece constantemente en mis letras.
Creo que aunque yo quiero purificar y hacer más simple las cosas no puedo porque creo que es un reflejo del impulso de la necesidad de crear. En el fondo crear tiene que ver con estar poniendo el presente volver a la conexión conmigo, contigo, con la otra persona, con la tierra, con el mundo, entonces más allá del sueño de crecer y hacer música y ser exitosa en la música creo que hay una cosa que tiene una semilla que es muy pura que es como de esa conectividad y esa presencia, ese reconocer que las cosas no sé, como que las cosas todas pasan juntas: lo bueno lo malo, lo lindo, todo mezclado, entonces creo que las canciones que creo son una oportunidad para tomarse ese momento para estar con esa emocionalidad.
“Una invitación es a empatizar, a reflexionar a sentir, a descubrirse tal cual como uno es”, enfatizó Valenzuela.
En esa invitación que hace con sus canciones, en este último disco, ¿cómo ha sido esa relación con el público? Es decir, pasamos de estar parados en pandemia, dos años y algo más, ¿cómo ha sido el reencontrase con el público y además volver a Colombia?
Ha sido y muy lindo, creo que el disco en sí ha tomado forma de una manera muy orgánica y las personas han hecho suya varias canciones es decir, por ejemplo, la canción ‘Mundo Separado’, es una canción súper íntima y confesional, de repente la cantamos en Estados Unidos, en México, en Chile y la gente corea cada sílaba y es una canción igual compleja, no sé como de una ruptura como que no sé, obvia, tan bonita, que es una chorrera de letra esa canción.
Entonces es muy lindo ver como las canciones como que van tomando forma y la gente las hace suya, eso es muy emocionante. Yo nunca podré decir cómo va a pasar eso ni puede escribir pensando en necesariamente que eso va a pasar, ojalá suceda, pero no nunca sabe y ahora después la pandemia del regreso de los escenarios que hemos estado todo el año girando. Ha sido increíble, ha sido un espacio de placer de conexión de una experiencia sensorial que uno quizás antes no apreciaba tanto porque estaba siempre expuestas a experiencia sensorial. Entonces creo que eso ha sido increíble.
¿Cómo ha sido el manejo de toda la promoción de este nuevo álbum, durante este último año, con el contexto del estallido social en Chile? ¿Cómo ha sorteado esas emociones?
Es superbuena la observación porque yo creo que a veces es difícil como todo sucede al mismo tiempo, es difícil empujar o visibilizar o celebrar a veces las cosas que uno está viviendo, es buena cuando hay cosas que están pasando que no son buenas o son difíciles o son dolorosas o son injustas, verdad en el mundo entero.
Digo eso como a nivel general, como que no siempre está volviendo para traer adelante con esa perspectiva de realidad, yo creo que en ese sentido, yo no me siento abstraída de la realidad, siento que yo creo y existo en un contexto. Entonces, sí estoy consciente de las cosas que están pasando, si pueden afectar desde la creatividad o las cosas que uno escribe hasta como uno se presenta en los escenarios, hasta como uno se siente en el plano personal o ciudadano, entonces yo siento que ha sido como una como todos los ciudadanos del mundo o de Chile.
Cabe resaltar que la cantautora es reconocida no solo por su estética musical, sino, por sus labores en pro de la equidad de las mujeres en la industria musical, como por el ejemplo Ruidosa, siendo esta una comunidad y plataforma transfeminista, en donde hoy es la principal directora.
Francisca no solo ha cautivado las radios chilena, su imponente talento y puesta en escena ha logrado que en plataformas como Spotify haya sido seleccionada como artista EQUAL, un programa que promueve la equidad de la mujer en la música, en más de 50 países.
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