Alejandro Gaviria en conversación con Infobae: “La élite colombiana habla de adoctrinamiento pero no sabe lo que ocurre en la educación”

Hablamos con Alejandro Gaviria sobre la situación actual de la educación en el país y sobre el panorama de incertidumbre que se respira para el año 2023

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El ministro Alejandro Gaviria profundizó sobre las acciones que va a realizar el magisterio en la pérdida de aprendizaje que hubo en la pandemia. Foto:Ministerio de Educación
El ministro Alejandro Gaviria profundizó sobre las acciones que va a realizar el magisterio en la pérdida de aprendizaje que hubo en la pandemia. Foto:Ministerio de Educación

Alejandro Gaviria es un colombiano comprometido con la educación del país mucho antes de llegar al poder; su relación con la educación la ha tenido desde que llegó, en su primera infancia, al “Kinder Pinocho” en Medellín, donde conoció por primera vez un aula de clases, de la cual no se ha despegado en su trayectoria dedica al autoconocimiento permitiendo en ese ir y venir en hojas de textos literarios, llegar hasta donde está.

Aunque no nació en Colombia, ha tenido su formación familiar y educativa formal en el país. Se graduó del mismo colegio donde estudiaron Juanes y Álvaro Uribe Vélez; siendo el mejor ICFES de su colegio, estudió ingeniería por ser muy bueno con los números; como no se sentía del todo satisfecho en las clases de la Escuela de Ingeniería de Antioquia, se escapaba de sus colegas para ir a una librería, como lo sigue haciendo, en donde encontró el lado humano visible en sus últimos libros publicados por la editorial Ariel; al terminar el pregrado tuvo que irse de Medellín porque estuvo a punto de ser asesinado cuando le intentaron robar su vehículo.

Al llegar a Bogotá hizo su maestría con ahorros de su primer trabajo, estudió en la Universidad de Los Andes Economía, donde fue rector, y por ser el mejor estudiante de posgrado, obtuvo una beca de doctorado la cual hizo en San Diego, en la Universidad de California, donde también obtuvo una beca por ser uno de los mejores 25 estudiantes de Estados Unidos.

Fue ministro de Salud del presidente Juan Manuel Santos y aunque era uno de los candidatos más calificados para la presidencia de la República de Colombia de 2022, se quemó en la consulta dejando el camino libre a Gustavo Petro a quien en un principio criticó sus políticas.

Sin embargo, el destino lo unió a la política de la Paz Total del exmilitante de la extinta guerrilla del M-19. Ahora es el ministro de Educación y está acompañado de dos doctores quienes son sus viceministros, llamados la “Trinidad de la Educación”, quienes están comprometidos para darle un cambio rotundo a la educación en el país, un cambio que no va a ser al corto tiempo, pero que dejará unas políticas para largo aliento.

El ministro habló sobre la reforma de la Ley 30 de 1992, la cual estructura la educación superior en el país; aunque la desean modificar, no es claro cuáles son los artículos que se cambiarán. Foto: Ministerio de Educación
El ministro habló sobre la reforma de la Ley 30 de 1992, la cual estructura la educación superior en el país; aunque la desean modificar, no es claro cuáles son los artículos que se cambiarán. Foto: Ministerio de Educación

Infobae Colombia habló con él y esto fue lo que nos contó sobre su rol en la cartera más importante en la transformación de Colombia.

Su padre y el entorno familiar lo motivaron para formarse como un hombre estructurado académicamente, considera que por ser el hijo mayor es un hombre domesticado, formación que le ha permitido creer que la educación no es completar grados, sino la educación como una forma de vida, de una vida consciente, que según él “la vida consciente es la mejor forma de vivir”.

“La educación es una herramienta poderosa de transformación. En este último libro que escribí (No Espero Hacer Ese Viaje) hay una frase en el prólogo de Mario Mendoza que me llamó la atención y que quiero hacer mía, él dice “la paz y la educación son un solo proyecto”. Me parece interesante, cómo la educación genera oportunidades que son transformadoras en un sentido más allá de lo individual. Pero sí creo que la educación transforma, primero, las vidas de las personas”, resaltó el ministro Alejandro Gaviria cuando le preguntamos si ve en la educación la vía para transformar al país.

También dijo: “La educación, vida tras vida va transformando la sociedad, vidas transformadas que son a su vez transformadoras. Colombia necesita insertarse más y mejor en la economía global y yo creo que la educación, muestra la capacidad para construir historias nuevas de desarrollo, formas distintas de conectarnos con el mundo; también creo que la educación le aporta a la sociedad, generando una sociedad crítica, la cual debe crear líderes para señalar líderes”.

En los primeros cien días de Gobierno ha hecho que las universidades se unan al llamado para que el precio de las matrículas de la educación superior no aumenten por encima del IPC (Índice de precios del consumidor) y que en algunos casos disminuya como lo hicieron las universidades de Los Andes y la Javeriana.

A su vez, ha instaurado varios programas culturales y de formación que impactarán el próximo año la educación básica y media, relacionada fuertemente con la educación de primera infancia, la cual es vital para el desarrollo socioemocional, término que nació en la pandemia. Así como cerrar brechas, resultado de la pandemia.

Hernando Bayona Rodríguez, es el viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, es el creador del programa "Todos a Aprender, que cumplió 10 años en noviembre de 2022. Ahora, implementará el voluntariado de 40 mil jóvenes universitarios y otros programas. Suspendió su segundo doctorado por asumir este papel. Foto: Ministerio de Educación
Hernando Bayona Rodríguez, es el viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, es el creador del programa "Todos a Aprender, que cumplió 10 años en noviembre de 2022. Ahora, implementará el voluntariado de 40 mil jóvenes universitarios y otros programas. Suspendió su segundo doctorado por asumir este papel. Foto: Ministerio de Educación

Alejandro Gaviria fue un estudiante desadaptado, como muchos estudiantes que a veces no encuentran su espacio en las aulas y por tal motivo deciden desertar antes de terminar el bachillerato. Como él lo entiende muy bien, esa complejidad de la adolescencia que a los seres humanos nos toca, los programas como “Evaluar para la paz” y el Sistema Nacional de Educación y Formación Artística y Cultural (SINEFAC), atacarán esos problemas que dejan vacíos de formación en los futuros colombianos que harán parte de la fuerza laboral del país.

Los programas están pensados para ayudar a los estudiantes a conectarse con nuevas alternativas en la formación personal y vocacional.

Los problemas identificados en la Educación

El Ministerio de Educación ha identificado cuatro problemas y para atacarlos y avanzar en una sociedad que trabaje colectivamente: “tenemos una cobertura muy baja de educación preescolar o de atención integral en la primera infancia, donde en el mejor de los casos tenemos la mitad de los niños por fuera y en el mejor de los casos, quizás más; si uno fuera a hablar de educación verdaderamente integral para la primera infancia”, respondió el ministro sobre los problemas de primera infancia que son los más importantes en la formación humana.

Continuó: “El segundo, la Educación Media donde hay un abismo, donde perdemos buena parte de los jóvenes, y la educación media vocacional rural, ha sido un fracaso, también estructural de nuestro país, la realidad del aula es muy distinta a la vida de los jóvenes campesinos”. Por eso la OCDE alertó al país, ya que Colombia es el segundo país con más jóvenes que no trabajan ni estudian, según la Ocde.

Los dos últimos problemas identificados: “La tercera, la cobertura de educación superior donde muchos jóvenes pierden la oportunidad de tener vida, una vida mejor y la última; que es un poco transversal, porque toca la educación básica, pero también está impactando, puede impactar la superior, son las pérdidas de aprendizaje motivo de la pandemia. Entonces esas son las cuatro grandes preocupaciones, en especial la primera infancia, para tomarse en serio, ese problema”, dijo el misnitro Gaviria.

Su equipo de trabajo ha identificado estas situaciones de mejora, pero para atacar el problema se necesita mayor inversión y, aunque la cartera recibió el mayor presupuesto ($54 billones) aún hay un hueco de seis billones de pesos, que es la cantidad que falta para atacar los anteriores problemas y dar una eficacia en la atención a la primera infancia que según expertos, se debe tener la mayor atención ligada a recursos para que la población colombiana tenga todas las capacidades socioemocionales y ser funcionales en la sociedad.

Y para ello, “se necesita una reforma constitucional que tendría que ser coherente con un ejercicio que está haciendo el Ministerio de Hacienda y que terminará por allá a mediados del año entrante (2023) que es el plan del Marco Fiscal de Mediano Plazo”, asegura Alejandro Gaviria.

Además añadió: “Entonces probablemente esto va a tener que tener unos incrementos más pequeños al comienzo, más grandes al final, si la situación fiscal mejora, pero ahí está mi preocupación que sin un aumento de la bolsa que define la Constitución en el Sistema General de Participación, va a ser muy difícil avanzar decididamente en primera infancia como preescolar”.

“Si queremos que la educación cumpla ese propósito, del que hablábamos al comienzo, las escuelas tienen que ser lugares protectores, lugares donde no se ejerza la violencia contra los niños y niñas; sin embargo, sigue ocurriendo. Pero hay dos cosas que se necesitan: si queremos una educación para la paz y la convivencia, los profesores deben estar preparados para esto, para la resolución de conflictos y la otra parte; es las competencias socioemocionales sobre todo en adolescentes, ¿qué pasa con los proyectos de vida? ¿qué pasa con la relación con los pares? ¿Qué pasa con la capacidad de adaptarnos a los desafíos de la vida? que son muchos”.

Recordando que el ser humano reconoce que “la vida es un desafío adaptativo todo el tiempo y hay que dar las herramientas a los estudiantes, a los jóvenes para esta tarea fundamental”, recalcó el ministro para los desafíos de la vida en la escuela y la vida en general.

Aurora Vergara Figueroa, es la viceministra de Educación Superior y ya tiene dos doctorados y el último lo hizo en la Universidad de Harvard, es una profunda conocedora de la diáspora africana y en estos cien días, se ha sentado con rectores y estudiantes de las universidades públicas. Foto: MInisterio de Educación
Aurora Vergara Figueroa, es la viceministra de Educación Superior y ya tiene dos doctorados y el último lo hizo en la Universidad de Harvard, es una profunda conocedora de la diáspora africana y en estos cien días, se ha sentado con rectores y estudiantes de las universidades públicas. Foto: MInisterio de Educación

Las acusaciones de los programas de supuesto “adoctrinamiento”

El Ministerio ha trabajado con la Comisión de la Verdad y Educapaz, quienes han hecho trabajos en las instituciones oficiales, no para “adoctrinar” como lo han llamado algunas partidos de Colombia, sino para dialogar sobre lo que sienten los estudiantes, esos espacios que pocas veces se encuentra en los colegios.

“El debate se politiza como si fuera un ejercicio de adoctrinamiento, pero en el fondo el material pedagógico que había acompañado ese esfuerzo de la Comisión de la Verdad no era incluso sobre los documentos, no era un ejercicio sobre revisitar la memoria y nuestra historia y dominio, sino era un ejercicio de convivencia de interpretar el conflicto”.

El ministro recordó que “La Escuela abraza la Verdad” es una forma de educación para la paz y; con Educapaz que es una ONG que ha venido trabajando en Colombia en este tema, en este tema obsesivamente queremos hacer algunos proyectos”, aclaró el ministro sobre las acusaciones de adoctrinamiento que se han venido gestando desde las élites opositoras.

La evaluación socioemocional

Por otra parte, el nuevo director del ICFES, Andrés Molano, ha dicho que el instituto realizará la evaluación con resultados que orienten a los estudiantes a su vocación. Sin embargo, el panorama se encuentra en un dilema, tiene que ver con la oferta y la demanda del mercado laboral, que están lejos de encontrar un punto de encuentro. Apuesta del ministerio a este desafío.

“Tenemos en Colombia, como en América Latina, uno de los grandes problemas de la educación, lo que se llama la brecha de habilidades. Muchos jóvenes no consiguen un empleo y muchos empresarios no consiguen jóvenes para sus diferentes emprendimientos, o sea, no hay una conexión entre la realidad de la educación y la realidad de los mercados de trabajo que son cambiantes, también que son dinámicos, que son complejos”, aclaró el ministro Alejandro Gaviria.

A su vez, informó que “lo que quiere hacer el director del ICFES es ahondar un poquito en este problema y que la educación también sirva sobre todo la educación media. Para mí ha sido muy interesante, es el autodescubrimiento, nuestro proyecto de vida, como hablamos ahora. Y él quiere medir eso, ver qué está pasando y eso se conecta, por supuesto, con un tema que ya hablamos, que son las competencias socioemocionales. El director del ICFES es un doctorado en Harvard de Educación con una experiencia grande en estos temas, es psicólogo y seguro va tener muy buenos resultados”, finaliza Alejandro sobre el plan a desarrollar en brindar colombianos calificados para los retos laborales y de calidad de vida.

Andrés Molano, es el director del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación - ICFES. Al igual que el ministro y los viceministros es doctor. Hizo su doctorado en la Universidad de Harvard e implementará la evaluación socioemocional en la educación básica y media
Andrés Molano, es el director del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación - ICFES. Al igual que el ministro y los viceministros es doctor. Hizo su doctorado en la Universidad de Harvard e implementará la evaluación socioemocional en la educación básica y media

El ‘vivo vive del bobo ‘o como lo llaman los intelectuales la “acción colectiva”

A Alejandro Gaviria le preocupa uno de los términos más usados en el país; el término “el vivo vive del bobo” o la famosa “malicia indígena”, que no es más que los conflictos de interés de los particulares sobre lo común. Haciendo una analogía de ese cáncer que impera no sólo en la idiosincrasia de Colombia, sino del mundo.

“Estábamos en Valledupar. Era el final del diálogo vinculante y había unas 30-35 personas inscritas para hablar. Y cada uno quería hablar diez minutos. Hicimos unas cuentas rápidas de esta reunión, va a durar cinco horas, ¡eso es imposible! e hicimos un acuerdo entre todos: vamos a hablar un minuto. Empezamos el diálogo e iba la persona número 7, 8 y la regla o la norma social de la que habíamos acordado comenzó a romperse”, relata Alejandro para dejar claro lo que sucede en la sociedad con este término.

“Entonces, tomé el micrófono y me acordé de algo, ya había leído hace mucho tiempo de una palabra en el lenguaje del sueco que llama ‘Lagun’ y hay un grupo de guerreros después de una batalla que se sientan en un gran círculo, 20, 25, 30 con una gran tinaja llena de agua, uno tiene que tomar y se la pasa al siguiente y tiene que dar la vuelta y último tiene que tomar un poco y yo les dije, aquí hay un recurso escaso, como ahí es el agua, es la atención de todos y si nosotros hablamos 10 o 15 minutos, pues los últimos que van a hablar, no van a tener la atención del público y pensemos en eso, ponernos de acuerdo para utilizar bien un recurso escaso. Eso es para mí fundamental en la democracia, la adhesión voluntaria de una norma social, que él vivo no abuse de los otros y eso es difícil. Eso es difícil porque son normas no escritas”, puntualiza el ministro Gaviria.

“En el fondo son muchas veces más importantes de las normas escritas y que los académicos llamamos problemas de acción colectiva. Para mí ha sido una obsesión, son importantes, es un hecho que es inquietante, que la gente no le gusta o a quienes son más radicales y quienes ven la política con las capacidades musculosas, pero yo creo que no tienen y es que no todos los problemas son del Estado, hay problemas también de la sociedad”.

Los rezagos que dejó la pandemia y los planes de acción

Pero uno de los temas más sensible y que tiene preocupado a la cartera, es la pérdida de 1.8 billones de horas en la pandemia y obviamente eso es un atraso en el proceso de formación educativa en Colombia. Por eso, el Ministerio tiene claro que hay unas pérdidas en estas generaciones y de las cuales tres ya se graduaron con rezagos. Un impacto en el cual están trabajando.

Va a tener un impacto, puede tener un impacto, esto se puede traducir en deserción escolar más adelante y se puede traducir a su vez, en desigualdad. Esto es una forma de crear desigualdad futura de lo que pasó en muchos colegios y escuelas. Yo tuve una conversación en junio del año 2020, estábamos en plena pandemia con Jorge Eslava quien es un neurólogo pediatra”, recuerda Gaviria mientras toma el bolígrafo que ha utilizado en la entrevista.

“Él estaba aterrado. Él dijo, “mire, lo que estamos haciendo es acabando con una generación”, yo creo que en parte tenía razón”.

“El Ministerio va a diagnosticar esto de manera escrupulosa en cada institución y quizás en cada aula que se llama ‘Evaluar para avanzar’ instituciones que se inscriben, el Icfes hace las evaluaciones, se le transmite esa información a los directivos docentes y a los profesores para que se den cuenta que ahora su clase es mucho más heterogénea de la que era y esa es una parte”, informa Alejandro Gaviria a Infobae sobre este programa.

“Tenemos el programa de voluntariado que el viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media quiere llevar a la práctica el año entrante al aula. 40 mil voluntarios para atacar este problema y remediar en parte, esas pérdidas de aprendizaje que dejó la pandemia”.

“Con el Banco Mundial, cuando estuvimos con el presidente Petro en Naciones Unidas, vamos a hacer en Colombia en febrero, una gran conferencia para toda América Latina sobre pérdida de aprendizaje para compartir experiencias entre todos los países. Yo le pedí al Banco Mundial que hiciéramos eso aquí para sensibilizar a la gente y traer personas de todas partes. El Banco Mundial hace dos semanas (primera semana de noviembre de 2022) publicó esta cifra de muchachos o jóvenes en cuarto grado niños y niñas que no saben leer, dos terceras partes”.

“Esperemos que con estas iniciativas que ya están en la agenda, logren impactar de otra manera más indirecta, conectar a una parte de la sociedad colombiana con la educación pública que Colombia tiene. Los sectores sobre todo de las élites, no saben qué es lo que ocurre en la educación pública y critican muy fácil la educación pública sin conocerla. Hablan muy fácil de adoctrinamiento. Habla muy fácil de que lo que hay que hacer para mejorar la educación es acabar con Fecode, cosas sin sentido como si estigmatizando a los maestros fuéramos resolver algún problema”, enfatizó el ministro de Educación para dar un panorama de tranquilidad sobre los estragos de la pandemia.

Resaltó en la entrevista con Infobae Colombia, la intención que tiene el ministerio de incluir aún más, a las más de 1.2 millones de personas con discapacidad en programas para mejorar su calidad de vida. Foto: Ministerio de Educación
Resaltó en la entrevista con Infobae Colombia, la intención que tiene el ministerio de incluir aún más, a las más de 1.2 millones de personas con discapacidad en programas para mejorar su calidad de vida. Foto: Ministerio de Educación

El 2023 y una recesión mundial con tregua asegurada

Ahora se viene el anuncio de una recesión mundial, acompañada obviamente con inflación. Por eso nos dio su diagnóstico de la situación en general, tranquilizando no sólo al país con esta información sino a los sectores que creen serán los vulnerables en la situación.

“Yo creo que la inflación del año entrante va a ser de un dígito. El problema no es ese, el problema de la desaceleración de la economía que ocurre de manera súbita, lleva a tensiones políticas exacerbadas, descomponga el gabinete y empieza un proceso de polarización y radicalización difícil. Y las cosas no salgan bien o sea, entonces llega una inacción, el Congreso no haga nada, sería una locura”, dijo el ministro a Infobae Colombia cuando habló de la incertidumbre de la inflación que se cuela en el pensamiento colectivo.

“Por un lado, nosotros tenemos una protección en contra de eso, que en las universidades públicas el programa de gratuidad esté, eso es importante. Eso está consolidado, ya está financiado, hay más recursos en las universidades públicas, entonces eso va a proteger a muchas familias en el lado público en el lado privado”.

“Yo creo que la conversación que tuvimos el viernes pasado, los rectores y toda la autoridad educativas son plenamente conscientes de que ellos van a tener que dar becas, o sea, va a haber estudiantes, va a haber familias que no van a poder pagar y las universidades tienen que responder a eso y yo vi una conciencia al respecto, tengo que decirlo claramente”.

Alejandro Gaviria sin duda alguna tiene un conocimiento completo de la educación en el país; mientras estuvo en la dirección de la Universidad de los Andes empezó con problemas de somnolencia aunque confesó que son menores en su nuevo rol. Tal vez se debe a la responsabilidad que carga en sus hombres, la cual está respaldada por un equipo de profesionales, la mayoría con doctorado.

Como todo ser humano necesita un espacio de respeto, al tener un gran poder y más, cuando se trata del desarrollo integral de nueve millones de niños y jóvenes, sólo en educación preescolar, básica y media.

Aunque tiene un rol público, con compromisos políticos, no ha dejado al lado a Alejandro Gaviria, el mismo que ha creído fervientemente en el humanismo, que defiende a capa y espada aun cuando los cambios mundiales a través de las nuevas tecnologías e internet, abrumen hasta el más resistente intelectual.

“Por la educación recordarán a este gobierno”, se lo dijo Petro y, él lo sabe; mientras conduce su existencia en la cartera de Educación; la misma que comparte con uno de los personajes principales de su último libro, quien sufre la pérdida trágica de uno de los hombres más importantes que ha tenido la literatura universal del siglo XX en plana ocupación Nazi, Stefan Zweig.

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