El pasado 8 de julio, con fines de extradición, fue capturada, en Cali, Nancy González de Barberi, reconocida diseñadora de carteras y accesorios. Desde entonces, la mujer se encuentra detenida en la cárcel de mujeres el Buen Pastor de Bogotá. Recientemente, lo que se supo fue que se le envió una carta al magistrado de la Corte Suprema Fernando Bolaños en la que se manifestó que ella estaba dispuesta a acogerse a la extradición simplificada, esto, al parecer, por las complejas situaciones en las que se encuentra viviendo en ese centro carcelario: hacinamiento e inseguridad.
De acuerdo con lo que explica la Cancillería, este recurso fue creado mediante la Ley 1453 de 2011 cuyo artículo 70, modificatorio del artículo 500 de la Ley 906 de 2004 . “La norma referida previó la posibilidad de que la persona requerida en extradición manifieste, de forma libre, espontánea, voluntaria y sin apremio o vicio del consentimiento alguno, su voluntad de acogerse a un trámite especial coadyuvado por su defensor y el Ministerio Público, de manera tal que se obvien los pasos previos a la solicitud de concepto por parte de la Corte Suprema de Justicia”, explica la entidad.
A esto se suma lo que han dicho las partes al rededor del caso de la mujer. Su abogado, Jaime Lombana, por ejemplo, destacó que González no es una delincuente peligrosa y que, por el contrario, a su nombre recaen los reconocimientos suficientes para considerarla como una artista con una prestigiosa imagen en el mundo de la moda. Tal y como pudo establecer con una de sus investigaciones el diario El Tiempo, la mujer, de se encuentra recluida en una celda, con otras tres personas. Allí hay un camarote y dos colchones en el piso. Así mismo, las visitas al médico están restringidas y se le entregan ocho botellas de agua que deben durarle una semana.
Es por esto, comentó una fuente a ese diario, por la situación que vive dentro de la prisión, que envió la carta con la solicitud ya mencionada. De hecho, fue la misma González la que le comentó al mismo medio de comunicación que, aunque firmó la misiva libremente, lo hizo, realmente para evadir lo que está viviendo en la actualidad. La solicitud de salir de aquel espacio carcelario se ha hecho, incluso, a la Procuraduría; al ministro de Justicia, Néstor Osuna, y a la Presidencia de la República. Lo que se pide, además, es que se diferencie su comportamiento delictivo del que acusan a sus compañeras de celda.
En agosto de este año, de hecho, la revista Cambio reveló la identidad de algunas de las compañeras de celda de la ahora detenida empresaria. Una de ellas, destacó el portal informativo, era Diana Vanessa Sánchez Castaño, capturada por delitos cometidos en México; y Yolanda González, capturada en junio de 2020 por ser una supuesta integrante del frente décimo ‘Martín Villa’, las disidencias de las Farc.
“Hay excesos en los pabellones de extraditables que han llevado a la Corte Constitucional a hablar de condiciones inhumanas. Cuando se requiere a una persona en extradición, la legislación colombiana, sin ningún tipo de distinción, ordena su captura, y no tiene derecho a libertad por vencimiento de términos y no tiene derecho a absolutamente nada”, comentó, sobre el caso Francisco Bernate, penalista, en testimonios rescatados por el diario El Tiempo.
Es de recordar que Paola Soto, una de sus empleadas, fue una de las principales testigos que hizo que las autoridades dieran con el paradero de González. Ella entregó detalles que demostraban la culpabilidad de la empresaria en delitos relacionados al contrabando de carteras con pieles exóticas.
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