Mucho han dado de qué hablar las declaraciones del expresidente Iván Duque sobre la retoma de diálogos entre el gobierno de su sucesor, el presidente Gustavo Petro, y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). En medio de la presentación de su libro, el exmandatario uribista hizo varios reparos y hasta le dejó algunas recomendaciones a los negociadores.
En uno de los apartes de su intervención, Duque fue cuestionado por no haber adelantado conversaciones con esa estructura criminal. Sin embargo, les salió el paso y aseguró que no se retractaba de esa decisión. “No me arrepiento en absoluto de la actitud que tuvimos con ese grupo”, comentó.
De acuerdo con el expresidente, que gobernó a Colombia entre el 2018 y el 2022, el ELN no podía tener muestras de su gobierno luego de que cometieron el acto terrorista en la Escuela de Policía General Santander, en Bogotá, cuando en enero de 2019 pusieron una bomba que acabó con la vida de más de 20 personas y dejó heridos a 64 policías.
Más adelante, calificó a esa banda como un grupo “tan peligroso” que cometió varios delitos de lesa humanidad contra la población colombiana y por eso, una vez más, insistió que no podía negociar con ellos. Hay que recordar que personajes como el senador Iván Cepeda han asegurado que, en el cuatrienio de Duque, no se adelantaron diálogos con ninguna estructura delincuencial.
“No podíamos abrir una compuerta donde desde el Gobierno se hablara de paz y desde ese lado se perpetrara la barbarie”, afirmó Duque.
La renuencia del entonces mandatario colombiano ha causado múltiples reacciones, aún más, luego de que él mismo reveló en el lanzamiento de su obra literaria que los mismos guerrilleros lo invitaron a entablar diálogos de paz. El emisario de esa invitación fue el cantante cubano Silvio Rodríguez, quien le entregó un sobre donde los de las “tres letras”, refiriéndose al ELN, lo convidaban a charlar. No obstante, él no quiso aceptar.
Esa anécdota, según contó Duque, ocurrió cuando Andrés Manuel López Obrador se posesionó como presidente de México. Ahí, el exprimer mandatario dijo sentirse satisfecho de no haber accedido a conversar con esos rebeldes porque, días después, ocurrió la tragedia en la escuela de la Policía.
“Ese día entendí que al ELN cuando se le da la mano va por el codo, va por el cuello y así lo ha hecho sistemáticamente durante las 5 décadas. No solamente di por terminado el proceso, sino que se activaron las órdenes de extradición y empezamos a combatir esa estructura”, señaló el expresidente uribista.
Cuando le preguntaron si él se oponía a que el gobierno Petro reanudara las conversaciones con esa guerrilla, fue enfático en afirmar: “Mi voz jamás será un obstáculo para la construcción de paz en Colombia”, respondió Duque, quien aprovechó para dejarle algunos consejos a su reemplazo en la Casa de Nariño. “Si se va a abrir una conversación, que esté representada las distintas formas de pensamiento de la sociedad colombiana”, mencionó.
Además, a modo de exhortación, le solicitó al jefe de Estado que no tolere, por parte del ELN, “actos de terrorismo, secuestro y asesinato mientras se habla de paz” y que tenga en cuenta, en esos diálogos que se adelantan por estos días en Caracas, Venezuela, a todos los que se han visto afectados por la única guerrilla activa en Colombia.
“A mí me parece importante que la sociedad colombiana esté presente (...) y aquí tienen que estar presentes las víctimas”, agregó el exmandatario.
Finalmente, abogó por uno de los gremios que más cuidó en su presidencia e, igualmente, sugirió que estén presentes en esas negociaciones. “Tiene que estar ahí el sector minero-energético que ha sido víctima histórica del Eln, tiene que estar presente el sector ambiental de Colombia porque si hay un grupo que ha sido ecocida en la historia de nuestro país es el Eln”, mencionó Iván Duque.
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