En los años 30 surgieron las primeras organizaciones obreras y sindicales asociadas con sectores liberales, gaitanistas y comunistas en Valle y norte del Cauca. De hecho, la génesis histórica de estos movimientos obreros data desde antes de la revolución industrial, así como los casos más grandes de despojo de tierras y despidos por exigir mejores condiciones laborales.
Sin embargo, hubo un movimiento sindical que nació en la República de Nueva Granada (de vertiente liberal) que posesionó a José Hilario López como presidente 1849 y 1853. Una vez en el poder, le dio la espalda a la Sociedad de Artesanos que surgió para exigir un alza en los impuestos de aduanas y así competir con los precios de productos importados. Los aires posteriores a la revolución francesa llevaron avances en materia de derechos laborales y humanos, pero muy pocos para el gremio de artesanos.
Actualmente, en el país hay cerca de 5.523 sindicatos documentados en el Sistema de Información Laboral y Sindical que recopila la información del ministerio de Trabajo, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y otros grupos gremiales. Bogotá abarca la mayor cantidad de sindicatos en Colombia con alrededor de 1.393, representando el 25 % del total de los movimientos obreros. Valle del Cauca le sigue con 516 organizaciones activas.
Ese sistema también señala que los dos departamentos con mayor cantidad de violaciones a los derechos humanos son Valle y Cauca. Las afectaciones a los derechos de la vida, la libertad personal y la integridad física registraron un total de 117 casos entre 2016 y 2017.
Valle y Cauca, departamentos con mayor historia sindical
Justamente en esas dos zonas del suroccidente colombiano surgieron la mayor cantidad de centrales obreras. Durante el siglo XX resaltó el nacimiento de la Federación de Trabajadores del Valle del Cauca (1935), la cual agrupó a varios sindicatos durante los siguientes 5 años: en total 70 de los 120 que existían por aquella época.
Estos nacieron para exigir mejores condiciones laborales y un pago justo, sobre todo en los ingenios azucareros, que eran los más grandes generadores de empleo en la región. Cientos de trabajadores protagonizaron huelgas y paros en la segunda mitad de los años 40, pero sus pliegos de petición no eran escuchados y lo único que recibían era la presencia de la fuerza pública enviada por el Estado.
La sustitución de mano de obra por maquinaria también impulsaron marchas a finales de 1950. Entre 1958 y 1967 hubo 38 sindicatos y 10 cooperativas en el Valle y en los años 70 estos movimientos tuvieron gran auge al punto de que en 1974 el 53 % del personal de las grandes y medianas industrias azucareras estaba sindicalizado.
Históricamente, las huelgas no han sido bien vistas por los sectores productivos y mucho menos por esa época; pues mientras estas se desarrollaban la producción disminuía y las relaciones internas generaban un intenso ambiente de incertidumbre. La respuesta de los ingenios no fue nada alentadora: amparados por el gobierno, los ingenios despidieron a cientos de personas que continuaron con las protestas. Mientras esto sucedía, decenas de heridos y un par de muertos fueron los resultados de una de las marchas más grandes que se hizo entre noviembre de 1975 y febrero de 1976.
Creación de los Sindicatos
La fundación de los sindicatos se dio así: Riopaila, 1944; Manuelita y Providencia, 1945; Central Castilla, 1954; Meléndez, 1955; Papayal, 1956; La Cabaña, La Carmelita y El Naranjo, 1959; El Porvenir, Pichichí y Tumaco, 1960; San Carlos, 1963; Bengala, 1969; y Cauca, 1971-1972.
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Actualmente, solo hay 14 ingenios, 11 de ellos están en Valle, dos en Cauca y uno en Risaralda. Las huelgas han continuado y la más reciente se presentó en el año 2008; miles de trabajadores (en su mayoría cortadores de caña) marcharon en Palmira para exigir mejores salarios. Hasta la fecha se sabe que hay alrededor de 13 mil cortadores que han heredado las exigencias salariales de 1935.
Estos sindicatos también dieron paso a los movimientos estudiantiles que hicieron parte de las huelgas de los trabajadores de ingenios. De forma paralela, los grupos étnicos despertaron un sentir de resguardo a la tierra que era protegida por organizaciones que siguen vigentes, como el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) que lucha por la recuperación de la tierra, la autonomía, la cultura y la paz.
De hecho, vale recordar que muchas comunidades indígenas fueron desplazadas por grupos como los Pájaros, quienes los engañaron o intimidaron para que se fueran de las tierras que nunca fueron devueltas. Por ahora, las luchas de los trabajadores vinculados a los sindicatos sigue vivo como la de los indígenas que actúan para recuperar las tierras que fueron robadas, según testimonios recopilados en la Comisión de la Verdad.
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