El expresidente Álvaro Uribe tuvo un polémico periodo en la Casa de Nariño, que dejó tanto millones de admiradores suyos como millones de detractores. Luego, pasó por el Senado de la República, al que renunció para afrontar un proceso judicial en su contra por presunta manipulación de testigos en la Fiscalía General de la Nación en lugar de la Corte Suprema de Justicia. Es, quizás, la figura política más influyente en la historia de Colombia reciente, del siglo XXI.
Sin ocupar ningún cargo público actualmente, pero todavía como líder natural del Centro Democrático, y siendo una de las caras más representativas de la oposición al presidente Gustavo Petro, Uribe sigue muy activo opinando sobre el acontecer nacional y las decisiones del gobierno. Pero, recientemente, tuvo un espacio en su cuenta de Twitter para referirse a su propio mandato, asegurando que “gobernó sin poder”.
“Goberné 8 años, sin poder. En la democracia: Gobernar≠poder El poder debe ser del pueblo expresado en ramas independientes. Ayudamos a Bogotá, Medellín y Cali. No hemos tenido el poder, ni lo pretendemos, queremos mejores administraciones.”, escribió el expresidente y exsenador.
Caber recordar que la Constitución Política de Colombia establece que el periodo de mandato de un presidente es de cuatro años, sin posibilidad de reelección. Pero, cuando era presidente, Álvaro Uribe impulsó un referendo en octubre de 2003 con el fin de reformar la constitución y establecer así la reelección. Luego de lograr tal cometido, Uribe fue reelegido en 2006 con más del 60 % de los votos.
No obstante, la polémica se destapó en 2008, cuando la exrepresentante a la Cámara Yidis Medina admitió haber aceptado sobornos por parte del Gobierno Nacional a cambio de votar favorablemente el proyecto de reforma constitucional de la reelección.
La Corte Suprema de Justicia determinó que la excongresista sí recibió sobornos y le pidió a la Corte Constitucional revisar la reforma. Años después, en 2015, condenó a prisión a Diego Palacio Betancourt, que era ministro de Protección Social de Uribe; a Sabas Pretelt de la Vega, el ministro de Justicia, y a Alberto Velásquez, que era el secretario de la Presidencia, por esos hechos. También fueron condenados los congresistas Teodolindo Avendaño e Iván Díaz Mateus.
Álvaro Uribe criticó el proyecto de ley de educación sexual
En los últimos días, expresidente Uribe, que es muy activo en sus redes sociales, volvió a levantar polémica en el país luego de que lanzó un trino donde opinó de la ideología de género en Colombia y el sistema educativo. En su perfil de Twitter aseguró que ni el Estado ni otras corrientes deben influir en la pedagogía de los niños y adolescentes.
“Al niño lo debe guiar la familia, no el Estado, menos las tendencias de ideología de género”, trinó el jefe natural del Centro Democrático donde, además, le sugirió a los docentes del país cómo deben actuar frente a la educación que imparten a los estudiantes colombianos.
“El papel del profesor debe ser el diálogo con padres y madres de familia, no sustituirlos en la orientación del niño”, aseveró el investigado exmandatario, que sigue involucrado en el proceso por fraude procesal y manipulación de testigos.
Estas afirmaciones, que han despertado críticas contra Uribe en redes sociales, se suma a otros de los comentarios reflexivos que este ha emitido en sus redes sociales. Esta semana, por ejemplo, publicó otro comunicado en su cuenta, donde se fue lanza en ristre contra la ideología de género.
Allí, Uribe aseguró que “la ideología de género no construye libertad, pero sí destruye valores y pretende invadir el fuero de la familia para orientar al niño”. Además, defendió a capa y espada, como lo ha hecho su movimiento político en el Congreso y otros espacios, al modelo tradicional de familia.
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