Cadáver de Maximiliano, niño asesinado por una secta satánica, ya fue entregado a la familia

El menor, de solo cinco años, fue asesinado por una secta de la que hacían parte su mamá, su abuela y padrastro

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El menor de solo cinco
El menor de solo cinco años fue asesinado por una secta de la que hacían parte su mamá, su abuela y padrastro. (Twitter - @CAHUCOPANA)

Casi dos meses después de que se reportara la supuesta desaparición de Maximiliano Tabares, un niño de cinco años que fue asesinado por una secta satánica en Remedios, Antioquia, Medicina Legal le entrega el cadáver del niño a la familia.

De acuerdo con la información que se conoce hasta el momento, el cuerpo del niño es trasladado desde la sede de Medicina Legal ubicada en Medellín hacia Segovia, Antioquia.

Allí se realizarán los actos fúnebres y el sepelio, que estará a cargo de la familia paterna de Maximiliano, pues es de recordar que su madre y abuela materna estuvieron involucradas en la desaparición y homicidio del menor de edad.

Según lo revelado por la abuela paterna de Maximiliano, hacia las 4:00 p. m. se realizará una misa y el sepelio se llevará a cabo el domingo 20 de noviembre, un día antes de completar los dos meses desde que la progenitora del niño reportara la desaparición.

“Lo trasladan a la 3:00 de la mañana, el sepelio va hacer aquí en la casa mía y el cuerpo lo van a esperar en el barrio Otún y van a llegar hasta la casa mía”, informó la abuela paterna, Carmen Bernal, citada por la emisora Blu Radio.

“Aquí se va a celebrar una misa a las 4:00 de la tarde. El domingo sale para ir al cementerio y allá se le va a celebrar otra misa”, añadió la familiar del niño asesinado por una secta satánica en Remedios, Antioquia.

Su propia madre reveló el lugar en el que dejaron el cuerpo tras el homicidio

“Le dije que saliera a conseguir unas arepitas con algo para hacer el desayuno, yo lo acompañé hasta la puerta, vi que él llegó de la esquinita de la tienda, porque la tienda no está lejos, yo me vine a montar la aguapanelita, cuando yo vi que pasaron dos minutos y nada, yo me asusté y ahí mismo salí a la tienda, pero todo estaba cerrado, nadie por ahí ni el niño ni nada”.

Así narró Sandra Patricia Cano la desaparición de su hijo de cinco años, Maximiliano Tabares, el pasado 21 de setiembre en Remedios, un pueblo minero, y como tal lleno de leyendas e historias de brujas, ubicado en el nordestes del departamento colombiano de Antioquia.

A los pocos minutos, la angustiada madre se acercó a la estación de Policía local para denunciar la desaparición de su hijo y, desde entonces, tanto vecinos como autoridades comenzaron una frenética búsqueda del pequeño.

La autoridades ofrecieron 60 millones de pesos de recompensa por información sobre el paradero del niño y la comunidad de Remedios, con globos y prendas de vestir blancas, marcharon por las calles para pedir el regreso del pequeño Maximiliano, mientras la madre aparecía frente a los medios de comunicación pidiendo ayuda para encontrar a su hijo. “Llevo tres días sin dormir, sin comer, la desesperación me está matando, espero el constante apoyo de las autoridades en esta búsqueda”.

Mientras ella aseguraba no tener idea sobre el paradero de su hijo, la comunidad la acusaba e intentó lincharla. Desde un inicio los vecinos del sector donde vivían sospecharon de la propia madre de Maximiliano.

Tras semanas de investigaciones las autoridades capturaron a la madre del menor de edad, su abuela y su abuela y su padrastro, junto con otras tres personas, como presuntos responsables del hecho.

Durante el curso de la investigación se estableció que efectivamente esas personas conformaban una secta satánica que sacrificó al niño. Luego de varias semanas sin tener idea donde estaba el cuerpo de Maximiliano, su propia mamá fue quien indicó donde habían dejado el cadáver.

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