Medellín vibró al ritmo de Bad Bunny en la primera fecha de su concierto en Colombia. Un show extraordinario de fuegos artificiales, las luces en las muñecas de los asistentes y todo el flow del puertorriqueño hicieron de la noche del 18 de noviembre algo inolvidable.
La tarde del viernes Medellín, como se ha visto últimamente, estaba totalmente nublada. Con todo y lluvia, cientos de personas empezaron a hacer filas para el ingreso desde las primeras horas del día. Las carpas de plástico fueron el objeto más cotizado del día por quienes decidieron dejar todo a un lado para intentar quedar en primera fila de cada localidad.
Pintaba una tarde lluviosa pero conforme pasó el tiempo y el Estadio Atanasio Girardot se empezó a llenar, las gotas cada vez eran más escasas. El escenario cambió y el clima pintó perfecto para la noche que 40.370 personas esperaban desde inicio de año.
Este, sin duda, era uno de los conciertos más esperados y más importantes para los amantes de la música urbana de Medellín y otras ciudades de Colombia.
Con clásicos del reguetón, DJs locales calentaron los motores. El ambiente estaba a todo dar y los asistentes no hallaban la hora en que ‘El Conejo Malo’ interpretará las canciones que cada fin de semana prenden la fiesta en cualquier discoteca de Medellín.
Hacia las 10:30 p. m., con una masiva fiesta en el estadio, terminó la espera y finalmente sonaron las primeras notas de Moscow Mule. Los asistentes extasiados acompañaron la letra de cada canción que presentó el puertorriqueño.
Empezando con temas de su más reciente álbum ‘Un verano sin ti’, como la mencionada y Me porto bonito, Play Video, Un ratito, Efecto, La corriente y Neverita, el artista urbano más relevante de la escena musical reciente en el mundo hizo todo un recorrido por lo que ha sido su carrera.
“Gracias por estar aquí esta noche, gracias por estar porque significa mucho recibir el apoyo de tanta gente. La noche va a estar buena, la energía de Medellín se siente cabrona desde que llegué. Esta noche lo que hay es party sin parar”, dijo el artista justo antes de prender la fiesta con la canción que precisamente lleva esa palabra por título.
A una sola voz, los mas de 40 mil asistentes al concierto de Bad Bunny en su primera fecha en Medellín, cantaron los más recientes éxitos de Benito. Pero las canciones del último álbum no fue lo único que corearon con toda energía los colombianos.
En su repertorio, que duró más de dos horas, el artista incluyó temas de álbumes anteriores. En total fueron cerca de 37 canciones durante todo el show.
Los famosos tiburones fueron protagonistas cuando Bad Bunny cantó la canción que muchos esperaban bailar desde que la pandemia del covid-19 obligó el cierre de discotecas en Colombia. ‘Safaera’ volvió a subir los niveles al tope más alto y los seguidores del puertorriqueño pudieron al fin disfrutar del tema con “todas las de la ley”.
‘Yo perreo sola’ es otra de las canciones que pusieron a vibrar el Atanasio Girardot. Otro de los grandes éxitos del cantante de música urbana que los fanáticos del Conejo malo esperaban poder gozar desde hace muchos meses.
Show de luces, fuegos artificiales y un sobrevuelo del artista por todo el estadio
Las canciones que los amantes del reguetón cantaron a todo pulmón no fue lo único que prendió el ambiente en uno de los conciertos más esperados en Colombia.
La experiencia que ofreció Bad Bunny en Medellín llenó todas las expectativas. Empezando por un show de luces con las pulseras led que cada asistente al concierto tenía, la música no solo se escuchó y se sintió, también se vio, gracias al espectáculo que acompañaba cada nota.
Uno de los momentos más sorprendentes fue cuando el cantante subió a una palmera y “sobrevoló” todo el estadio. Empezando por la tribuna oriental sur, Benito pasó por el aire saludando a su público hasta occidental sur. Como algo nunca antes visto calificaron los asistentes este hecho que protagonizó el puertorriqueño mientras cantaba ‘Un coco’ y ‘la canción’.
Para finalizar, de las cosas que maravilló a los asistentes fueron los fuegos artificiales. Acompañando los puntos más altos de emoción en algunas canciones el cielo de Medellín se iluminó con la pirotecnia de distintos colores.
Pero nada superó la salida del artista del escenario, con ‘Después de la playa’, la tarima se convirtió en un carnaval y el cielo se colmó con una lluvia de luces que despidieron el increíble concierto.
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