Alan Garzón Ramírez murió en Alemania. La policía de Hannover había reportado el hallazgo de su cuerpo, así lo informaba el 14 de octubre el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, en un corto comunicado.
Garzón Ramírez tenía 21 años y se había autoexiliado en Alemania desde finales de 2019, luego de haber recibido múltiples amenazas por participar en una marcha en enero de ese mismo año en Medellín, Antioquia.
Las amenazas le habían comenzado a llegar después de que se viralizara un video en el que un ciudadano, durante las marchas del 20 de enero de 2019 en rechazo del atentado del ELN a la Escuela General Santander de la Policía en Bogotá, increpaba y amenazaba a Alan Garzón por una camiseta que llevaba ese día y que decía “No a la guerra de Duque-Uribe”.
En el video, un ciudadano le grita a Alan “¡Mirá porquería lo que tenés puesto! ¡Mirá a Colombia! ¡Mirá cómo nos duele los policías! ¡Porquería! ¡Sos una porquería, juventud!”, a lo que el joven, de 17 años entonces, le replicó preguntándole “amigo, ¿los líderes sociales no te duelen?”.
El hombre, que alterado no dejaba de gritar y manotear le contesta y lo amenaza diciéndole que se quite la camiseta o “te pelamos”, dice.
“¡Sí! ¡Nos duelen! ¡Nos duelen! ¡Nos duelen! ¡Fuera con esa camiseta! A todos los infiltrados en las marchas los vamos a desvestir, ¡los vamos a desvestir! Y tenemos la ayuda de nuestro presidente Duque. Pa’ que sepás: te quitás esa camiseta o te pelamos. ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!
Luego de que el video se viralizara las amenazas no dejaron de llegarle hasta su vivienda en el barrio Buenos Aires, según le contó a El Colombiano una persona cercana al joven.
A Alan “le dejaban mensajes anónimos, y hasta le dejaron una nota amenazante fuera de la casa”, por lo que, al cumplir los 18 años, solo y gracias a la ayuda de un amigo que le prestó dinero para comprar los tiquetes, pudo viajar a Europa para solicitar asilo político en Alemania. Todo por su cuenta, las autoridades colombianas no los ayudaron”, según cuenta la familia del joven.
Una vez obtuvo el asilo político y pudo organizarse en Vinnhorst, un barrio de Hannover, en el estado de Baja Sajonia, comenzó a trabajar en un restaurante mientras estudiaba para convertirse en chef, aunque según le contó un familiar a Blu Radio, Alán “trabajó un año con un arquitecto, aprendió alemán e inglés en un año, era increíble lo inteligente que era él”.
El pasado 5 de noviembre Alán cumpliría tres años de asilo en Alemania, tres años en los que la soledad y la distancia, en ocasiones, con su peso, lo abrumaban.
“Él a veces llamaba como aburrido, sobre todo cuando ya iba a entrar el invierno allá. Eso le daba depresión. Pero acá lo animábamos diciéndole que esperara que una prima iba a ir para estar con él”, le contó una familiar del joven a El Colombiano.
Una de sus primas, en diálogo con Noticias Telemedellín, recordó: “Él me había manifestado que estaba muy aburrido, que quería regresar a Colombia, estar con su familia; vernos una vez más y quedarse con nosotros, porque no se sentía bien... pero no me aclaró nada, no sé qué pasó. No pudo contarme bien qué era lo que tenía”.
A finales de septiembre, el 23, los familiares de Alán recibieron la que sería, a la postre, la segunda peor noticia posible. Alán había desaparecido. La noticia se las dio una amiga del joven, según cuenta una familiar a El Colombiano, que les dijo que hacía ocho días no sabía nada de él. La familiar del joven que habló con Telemedellín advirtió que según le habían contado cuando desapareció su primo este estaba borracho.
Lo que le contaron a la prima de Garzón fue, según la citan en Telemedellín, “que Alan se había embriagado, que no podía ni caminar; que le había dado agua en el baño y que lo llevó hasta el carro. Que él se devolvió por una chaqueta y cuando regresó a los cinco minutos, Alan se le esfumó, salió del carro y se fue”.
Versión que concuerda con la publicada por el medio alemán T-online “después de una fiesta (también se habla de un partido), unos amigos lo acompañaron a su auto de camino a casa. Sin embargo, se fue y se alejó en una dirección desconocida”, según los citan en el periódico antioqueño.
De acuerdo con las declaraciones que recoge El Colombiano, “una amiga de Alan fue la que nos avisó que no se sabía de él hacía ocho días. Por eso avisamos al consulado para que nos diera información y días después nos dijeron que lo habían hallado”.
El cuerpo de Alan fue hallado el 11 de octubre por unos recolectores de hongos que vieron un cadáver en el bosque de Mecklenheider, en distrito de Nordhafen, sin embargo, según señalan que la muerte habría ocurrido el 25 de septiembre, dos días después de su desaparición.
“Luego de una autopsia y un análisis de ADN en medicina legal, queda claro que se trata del joven de 21 años de nacionalidad colombiana Alan Andrés G.R.”, indicó el medio Bild.
Semanas después, el 14 de octubre, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el consulado le dieron a la familia de Alan la peor noticia posible: habían hallado el cadáver del joven, pero advertían que la Policía de Hannover decidió cerrar la investigación, pues, no encontraron “factores externos que pudieran haber contribuido al deceso del joven colombiano”.
Acá la situación se enrarece, pues la familia no cree que el cuerpo que encontraron sea el de Alan, ya que, según le contaron a El Colombiano, una amiga del joven “les juró” que había hablado con él el 27 de septiembre, cuatro días después de su desaparición.
“Ella dice que él le demostró que estaba bien anímicamente. Pero cuando fue a declarar a la Policía y pidió que revisaran las cámaras del Metro, no ‘le pararon bolas’”, contó una familiar de Alan al diario antioqueño.
Ahora, la familia de Alan Garzón Ramírez, mientras esperan a que sean repatriadas las cenizas del joven.
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