En la noche del jueves 17 de noviembre se conoció un posible caso de abuso sexual por parte de un soldado del Ejército Nacional en contra de una menor de edad en el municipio de El Retorno, en el departamento de Guaviare, según informó la propia institución.
De acuerdo con lo relatado por el Ejército Nacional, dos soldados, en un presunto acto de desobediencia e indisciplina, abandonaron su base de patrulla móvil e ingresaron, sin previa autorización, a una vivienda del sector.
Según las primeras indagaciones, “uno de los uniformados presuntamente realizó actos indebidos contra una menor que se encontraba en el lugar”, puntualizaron las Fuerzas Militares.
A propósito de esta denuncia, el comando de la Vigésima Segunda Brigada de Selva, perteneciente a la Cuarta División del Ejército colombiano, explicó que tras conocer la denuncia se dio apertura a una indagación disciplinaria contra el uniformado presuntamente implicado.
El departamento de Guaviare ha sido foco de denuncias de abuso sexual por parte de miembros del Ejército Nacional en contra de menores de edad, principalmente de la etnia indígena nukak makú, que tiene presencia en esta zona del país.
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De acuerdo con una investigación de la Revista Raya, en la Fiscalía General de la Nación existen doce procesos de violencia sexual contra niñas y adolescentes indígenas del pueblo nukak makú. En cuatro de esos casos la responsabilidad recae sobre militares del batallón José Joaquín París del Guaviare.
Uno de los casos que conoció el medio de comunicación independiente fue el del abuso de una menor de 15 años, que habría sido raptada en un baño público en la vereda Charras, zona rural del Guaviare.
Tanto la víctima como las amigas denunciaron que fue retenida por los militares y encerrada en las instalaciones donde pernoctaban los uniformados, y durante cuatro días fue sometida a abusos sexuales sin comida ni bebida alguna.
La historia clínica de la menor, a la que obtuvo acceso la Revista Raya, dice:
“La joven, por medio de un traductor, manifiesta que el 8 de agosto de 2019 iba con una amiga por el centro de Charras y fue a orinar a un baño y que al salir del baño venían dos soldados que se quedaron mirándolas. Se les aproximaron y tomaron de la mano a la de 15 años y se la llevaron. La amiga se cansó de esperarla y luego se fue hacia la maloka para avisar que no sabía dónde estaba la menor de 15 años”.
En el mismo expediente, el soldado Juan Sebastián Cardona entregó su testimonio el 30 de octubre de 2019 en el que ratifica que si hubo acceso carnal violento contra la menor.
“Nosotros llegamos un martes y ya la peladita andaba desaparecida, el miércoles recibimos la guardia, yo era ranchero; ellos recibieron la guardia y a Fernández le tocó en puesto vara, eso fue el primero o segundo turno, no recuerdo bien, cuando al rato llegó al alojamiento Ortíz, yo ya estaba durmiendo y le fue a decir a otro compañero que arriba había una Guajíva (confundiendo la etnia de la menor nukak) y que subiera para que se la comiera. Pero el otro compañero le dijo que él no iba a subir, que él no se metía en esos problemas, de ahí se fueron como seis, los seis que están ahí metidos. Esa misma noche allá arriba la cogieron y la metieron en un matorral”.
Otro testimonio lo entregó el soldado Yilber Arley Rojas Camargo, que aceptó haber tenido relaciones sexuales con la menor. Sin embargo, describió su acción como algo normal al calificarla de una situación consentida y de prostitución.
Así quedó registrado en la investigación de la Revista Raya: “Yo me le acerqué y empecé a tocarle todo el cuerpo y a darle besos por el cuello, después le pregunté que qué íbamos a hacer, ella me dijo que estaba con su amiga, yo le dije, vaya acompáñela al grupo donde están ustedes y se viene usted nuevamente”, confesó el militar y a continuación añadió:
“Yo le pregunté su nombre y ella me lo dijo y después le pregunté que cuantos años tenía y me dijo: tengo 15 años. Luego me dijo que ella cobraba y yo le pregunté cuanto y me respondió $ 30.000″.
Como quedó registrado en el medio de comunicación, este caso aún está en etapa de investigación en la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos de la Fiscalía en Bogotá.
Sobre el caso que se presentó en la noches del jueves 17 de noviembre, el Ejército Nacional dio inicio a la indagación disciplinaria en contra del soldado, con el fin de esclarecer los hechos sucedidos. Así mismo, se ordenó compulsar copias ante la justicia penal militar.
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