El 25 de octubre de 1982 el presidente Belisario Betancur se dirigió a los colombianos en una alocución en la que confirmó que Colombia renunciaba a la organización de la Copa del Mundo de 1986. Era la primera vez (y hasta la fecha sigue siendo la única) que un país previamente designado para organizar el evento deportivo más importante del mundo renunciaba a su realización.
Las manifestaciones de decepción y tristeza no se hicieron esperar en todo el país, ante una oportunidad única de proyectar al país en el panorama mundial. No faltó quien le achacó la culpa al mandatario recién elegido. Pero lo cierto es que la historia de cómo Colombia obtuvo la sede y luego la perdió se remonta a veinte años.
La elección
Alfonso Senior Quevedo fue el gran responsable de que el fútbol colombiano diera sus primeros pasos. Fundador de Millonarios, este directivo barranquillero convenció a los otros clubes del país de la necesidad de profesionalizar el fútbol con la fundación de la Dimayor. Con el Campeonato Colombiano consolidado desde 1948, Senior fue el gran artífice del periodo conocido como “El Dorado”, al reclutar a tres de las grandes figuras del fútbol argentino del momento para que jugaran en Millonarios. Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stefano y Nestor Raul Rossi conseguirían juntos cuatro títulos nacionales en los siguientes seis años, y gestas como derrotar al Real Madrid en el estadio Santiago Bernabeu por 4-2.
Cuando esta etapa terminó, Senior pasó a encargarse de la Federación Colombiana de Fútbol y comenzó a estrechar lazos con los grandes nombres de la FIFA hasta que conoció al entonces presidente, el británico Stanley Rous. Senior tenía una idea que parecía locura pero en el fondo tenía mucha lógica: hacer que Colombia albergara una Copa del Mundo. Sonaba a locura por la gran responsabilidad que se asumía, pero tenía sentido porque ya Brasil, Chile y México con situaciones económicas similares a la de Colombia habían albergado una Copa del Mundo.
Colombia ya había presentado candidatura para albergar la edición de 1970 compitiendo con Argentina y Perú, pero al final decidieron junto con los peruanos darle su apoyo a la candidatura de Argentina, misma que perdió ante la de México durante las elecciones celebradas en 1964. También se habían postulado para la edición de 1978, pero el compromiso de apoyo a los argentinos se extendió para que ellos se encargaran de dicha edición. Por eso, la siguiente oportunidad para Colombia sería de cara a 1986 por el sistema de rotación de sedes de la FIFA, que en ese momento alternaba entre un país europeo y uno no europeo.
Con el apoyo del presidente Carlos Lleras Restrepo (luego ratificado por su sucesor, Misael Pastrana Borrero), Colombia volvió a presentar su candidatura para organizar el mundial de 1986. La delegación de la FIFA liderada por Rous visitó el país y se convenció de que era una opción propicia para albergar la Copa Del Mundo. Durante las votaciones celebradas en Zurich, Suiza; Colombia fue elegida como sede para el Mundial de 1986 por unanimidad del Comité Ejecutivo.
El propio Pastrana felicitó a Senior por la gestión realizada, logrando que Colombia fuese considerada para un evento de tanta importancia. Con la llegada de Alfonso López Michelsen a la presidencia en 1974, dicho apoyo se mantuvo en palabras, pero en acciones la historia sería bien distinta.
A pesar de que la idea era organizar el mundial con una inversión austera similar a la de Chile en 1962, y aun cuando durante el gobierno del mandatario liberal se vivió la llamada “bonanza cafetera”, los problemas de inflación y desigualdad en el país dificultaron el inicio de los trabajos necesarios en materia de estadios e infraestructura para garantizar la realización del evento. A eso se sumó la oposición de sectores importantes de la política, quienes consideraron que el país tenía otras urgencias por resolver, más importantes que un mundial de fútbol. Conforme la inestabilidad social crecía durante su Gobierno y desembocó en el Paro Nacional de 1977, López Michelsen terminó su mandato sin mayores avances en infraestructura. Senior comenzó a preocuparse por el poco progreso gubernamental, pero el parte de tranquilidad que le daban era siempre el mismo: “todavía falta mucho para el 86″.
De 16 a 24
Sin embargo, los problemas no eran sólo entre los encargados de tomar las decisiones en Colombia. En 1974 Stanley Rous perdió las elecciones de la presidencia de la FIFA con Joao Havelange, que se había postulado con propuestas orientadas a la expansión del fútbol a nivel internacional y buscando una mayor recaudación por conceptos de realización de la Copa del Mundo. Estas le ganaron el apoyo principalmente de los países africanos, decisivos en dichos comicios.
La promesa, de acuerdo con lo señalado a Infobae Colombia por el historiador Felipe Arias Escobar, consistía en aumentar los cupos para las próximas ediciones del mundial, con el fin de que tanto África como Asia tuvieran más representantes. Cabe recordar que ambas confederaciones solo podían enviar un representante hasta 1978.
Havelange tenía un plan maestro. Si la FIFA tenía la intención de ganar más dinero por la realización del mundial, era necesario vender pauta publicitaria y hacer de los derechos de televisión su activo más importante. Entre más partidos, más dinero se podía percibir, y eso dio paso a que pasaran de ser una organización casi aficionada a una empresa que facturaba millones de dólares.
Eso llevó a que en 1978 Havelange anunciara que a partir de la edición de 1982 en España, la Copa del Mundo pasaría de 16 a 24 equipos. Este hecho marcó las discusiones que tendrán lugar durante el gobierno del nuevo presidente, Julio Cesar Turbay, pues las exigencias de la FIFA cambiaron de forma considerable para la organización del mundial frente a lo acordado cuatro años atrás. Ahora se pedía un sistema ferroviario y de carreteras que atravesara el país, estadios más grandes (dos de ellos debían albergar 80.000 espectadores) y hasta congelación de tarifas hoteleras que entrarían en curso durante 1986.
Turbay Ayala no mostró disposición para usar dinero público en las labores de infraestructura, y la opinión pública consideraba irrealizables dichas exigencias, sobre todo en lo que se refiere a la malla vial necesaria para conectar al país, por su relieve montañoso. Eso sí, bajo su gestión se inició la construcción del Estadio Metropolitano de Barranquilla como había prometido en su campaña presidencial y con miras a ser una de las sedes de la Copa del Mundo.
El Grupo Grancolombiano y la Corporación Colombia 86
Lo que sí hizo Turbay, sin embargo, fue intentar que la empresa privada se decidiera a invertir. Con el apoyo del Grupo Grancolombiano (presidido por Jaime Michelsen Uribe, primo segundo de Alfonso López Michelsen) se creó la Corporación Colombia 86, que se encargaría de financiar las obras necesarias para la realización del mundial. Por su parte, Turbay dio un apoyo “moral” más no económico, debido a la presión de los opositores a la inversión de dineros públicos para la realización del torneo.
Esto no le gustó a la FIFA ni a Havelange, argumentando que era el Gobierno colombiano el que tenía que estar a la cabeza de la inversión necesaria para cumplir con estas exigencias. Se sostuvieron varias reuniones entre las partes, pero las posiciones se hacían más irreconciliables con el paso de los meses. Para complicar más las cosas el apoyo del Grupo Grancolombiano también se quedó en palabras, pues Carlos Cure Cure, encargado de coordinar la Corporación Colombia 86, no asistió a ninguna de las reuniones. Jaime Castro, uno de los miembros de la Corporación, logró que el Congreso aprobara un proyecto de ley para crear la entidad Estado Colombia 86, misma que se encargaría de recoger fondos para el avance de las obras. Pero a pesar de su aprobación, el mandatario mostró escepticismo y las obras continuaban paralizadas. Fue en ese punto en el que Havelange le dio un ultimátum a Colombia: si no iniciaban las obras antes del 10 de noviembre de 1982, la FIFA les quitaría la sede.
Por su parte, Belisario Betancur iniciaba su campaña presidencial para las elecciones de 1982 asegurando que no se invertiría ni un solo peso del Estado para adelantar las obras del mundial. Mientras tanto, Turbay seguía intentando asegurar el compromiso del Grupo Grancolombiano, que se limitó a anuncios publicitarios sin ningún sustento económico.
De este modo, lo que parecía terquedad de la FIFA de no permitir al Grupo Grancolombiano asumir el peso de la inversión en la infraestructura del mundial pronto se reveló como un acierto por parte de Havelange. A comienzos de 1982 se destapó un hecho de corrupción al interior de este grupo inversionista conocido como el “escándalo de los autopréstamos” y dejó en entredicho la última esperanza de que Colombia contara con el capital necesario para cumplir con las exigencias de la FIFA.
Renuncia
Esa era la situación durante la Copa del Mundo de España. Mientras el mundo lloraba viendo al Brasil de Zico eliminado antes de tiempo, vivía la dramática definición de las semifinales entre Francia y Alemania Federal, y a Italia coronándose campeona en el estadio Santiago Bernabeu de Madrid; una serie de reuniones se sostenían entre los altos mandos de la FIFA relacionados con el futuro de la candidatura de Colombia. En esas reuniones se encontraba Henry Kissinger, antiguo secretario de Estado de Richard Nixon y gran aficionado al fútbol.
Kissinger le propuso a Havelange cambiar la sede del Mundial del 86 a Estados Unidos, en vista de que Colombia era incapaz de llevar a cabo la tarea. Estas charlas y la ausencia del electo presidente Belisario Betancur en los palcos motivaron a que Havelange y compañía se convencieran de que había que hacer cambios. No le dieron la sede a Kissinger, pero sí plantearon la posibilidad de organizar una nueva votación si Colombia desistía de su realización.
Ya con Belisario en el Palacio de Nariño, la FIFA le recordó el plazo límite que tenían para iniciar las obras para la realización del mundial. En un principio parecía que el mandatario cedería ante las presiones de la FIFA, pues aprobó una inversión de 500 millones de pesos a través del Fondo Financiero de Desarrollo Urbano para usarse en la construcción del Estadio Metropolitano de Barranquilla, que iba por la mitad de su construcción. Pero a las pocas semanas los acontecimientos dieron un giro y finalmente el 25 de octubre de 1982 el mandatario se dirigió al pueblo colombiano:
“Como preservamos el bien público, como sabemos que el desperdicio es imperdonable, anuncio a mis compatriotas que el Mundial de Fútbol 1986 no se hará en Colombia. Previa consulta democrática sobre cuáles son nuestras necesidades reales no se cumplió la regla de oro consistente en que el mundial debía servir a Colombia y no Colombia a la multinacional del mundial. Aquí tenemos muchas otras cosas que hacer y no hay ni siquiera tiempo para atender las extravagancias de FIFA y sus socios”
Colombia se convirtió así en el primer país que renunciaba a la realización de una Copa del Mundo. Es el único hasta la fecha.
Las consecuencias
Pocos días después de confirmar la renuncia de Colombia a organizar la Copa del Mundo, Betancur emitió el decreto 2920 en el que se exigía a las entidades bancarias hacer saneamiento de sus cuentas a todo el sector bancario del país por cuenta del escándalo del Grupo Grancolombiano. Este no pudo respaldar sus activos y al año siguiente fue intervenido por el gobierno para concretar su liquidación. Gabriel García Márquez calmaba la desazón con la obtención del primer Premio Nobel para el país.
La selección Colombia tuvo que jugar una fase de clasificación que no estaba en los planes de nadie con Argentina, Perú y Venezuela. A duras penas logró pasar a una serie de repechaje con Paraguay en la que los dirigidos por Gabriel Ochoa Uribe fueron ampliamente superados por el conjunto guaraní y se quedaron sin el tiquete para el que habría sido su segunda participación mundialista. En mayo de 1986 se inauguró el Estadio Metropolitano con un partido amistoso entre Colombia y Argentina que terminó sin goles.
Ante la renuncia de Colombia, la FIFA realizó una nueva elección entre sedes. Canadá y Brasil se bajaron a las primeras de cambio, y Estados Unidos optó por darle su apoyo a México con miras de presentar una propuesta más sólida de cara al Mundial de 1994 (a pesar de la oposición de Kissinger), por lo que México se convirtió en el primer país en ser sede dos veces de una Copa del Mundo. Con todo y el terremoto que afectó al país azteca en 1985, sacaron adelante una edición que vio a Maradona inmortalizarse, a Colombia sin mundial y con más problemas por resolver que nunca debido al avance del narcotráfico y el recrudecimiento del conflicto armado en el país.
Colombia no volvió a recibir un evento deportivo importante hasta 2001 con la organización de la Copa América, otro marcado por las dificultades que atravesaba el país y que llevó a que Argentina y Canadá renunciaran a participar.
Sin embargo el torneo siguió en pie y se selló con la victoria de los dirigidos por Francisco Maturana tras superar en el estadio El Campín a México con un gol de Iván Ramiro Córdoba. En 2007 hubo una iniciativa para postularse a la organización del Mundial de 2014, pero al final se optó por apoyar la propuesta de Brasil.
En 2011 Colombia albergó el Mundial sub-20, el primero (y único hasta ahora) organizado en suelo patrio. Tambien hubo intenciones de albergar la Copa Mundial Femenina de Fútbol de 2023, pero Colombia perdió por votación de 22-13 ante la candidatura conjunta de Australia y Nueva Zelanda.
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