Así fue la lucha del profesor Guillermo Moncayo: un ‘caminante por la paz’

Gustavo Guillermo Moncayo Rincón era un profesor nariñense conocido y admirado por lo que hizo en búsca de la liberación de su hijo, el sargento Pablo Emilio Moncayo, quien fue secuestrado por la guerrilla de las Farc desde 1997.

El profesor Moncayo, como era conocido y será recordado, nació en Nariño el 29 de noviembre de 1952. Hizo carrera como docente que inició estudiando una licenciatura en ciencias sociales, además era especialista en metodología de enseñanza de la historia.

Durante su trayectoria como profesor también adelantó estudios relacionados con los Derechos Humanos y la resolución de conflictos. Parecía que su vida ya estaba marcada por una labor social importante, que se fortaleció con un problema familiar que lo llevó a ser un símbolo de la lucha por la paz.

El 21 de diciembre de 1997 ocurrió lo que sería una tragedia familiar, pero que luego de muchos años trascedió y fue de conocimiento nacional e internacional. La entonces guerrilla de las Farc se tomó la base del Ejército Nacional, Patascoy, ubicada en Pasto y secuestraron 18 militares.

Pese a que eran varios los soldados retenidos por la guerrilla, pocos minutos después 16 quedaron en libertad. Los dos militares que las Farc decidió no devolver a la libertad eran Libio José Martínez y Pablo Emilio Moncayo, el hijo del profesor.

El inicio de una lucha de años

Diez años después de que las Farc se llevaran a su hijo, la lucha del profesor Moncayo por recuperar al sargento Pablo Emilio y otros secuestrados empezó a dejar la sombra para salir a la luz y convertirse en algo con un eco muy grande.

Gustavo Moncayo empezó a recolectar firmas para exigir la libertad de los secuestrados por las Farc. Logró obtener 500 mil, pero ese solo era el inicio de una causa que trascendería no solo en Colombia sino las fronteras del país.

En junio del 2007 el profesor Mocayo inició la recordada caminta desde Sandoná en Nariño hasta la Plaza de Bolívar en Bogotá. Eso en medio de otra serie de labores que ejecutó con el objetivo de lograr la liberación de su hijo y los demás secuestrados por la extinta guerrilla.

Luego de recorrer más de 900 kilómetros en 46 días y con cientos de personas que se sumaron al ‘Caminante por la paz’, llegó a Bogotá con la firmeza de exigir la liberación del sargento Pablo Emilio Moncayo.

La imagen del profesor Moncayo con cadenas en las manos y cuello recorrieron todos los noticieros. Su historia ya era conocida prácticamente por todo el país y también fuera de él.

La lucha del profesor Moncayo incluso llegó a conocerse en Europa. Gracias a esa trascendencia, Gustavo tuvo una audiencia con el Papa Benedicto XVI a quien mostró los últimos videos con muestras de supervivencia de su hijo secuestrado.

La persistencia caracterizó al profesor o el caminante por la paz como también era conocido, lo llevó a convertirse en un símbolo de lucha.

Fueron años y años de caminatas y diálogos, no solo en el territorio nacional, sino en otros 14 países. El profesor Moncayo nunca se rindió en en esa búsqueda por la liberación de los secuestrados por la guerrilla de las Farc y en especial de su hijo, que los delincuentes se llevaron cuando tenía apenas 18 años.

La anhelada liberación llegó y valió cada kilómetro recorrido

Tras doce años y tres meses en los que su hijo estuvo secustrado y el profesor Moncayo recorriendo a pie cientos de kilómetros, en marzo del 2010 la guerrilla de las Farc liberó al sargento Pablo Emilio Moncayo.

La liberación se dio en una operación conjunta entre las autoridades colombianas y brasileñas. Fue un momento emotivo no solo para la familia Moncayo, sino para el país entero, que presenció los años de lucha, caminatas, diálogos, que sostuvo el padre del uniformado para lograr su libertad.

En su regreso a la libertad, Pablo Emilio Moncayo le quitó a su padre las cadenas que cargó por años como protesta para exigir la liberación de las personas en cautiverio.

Aunque su lucha inició con el secuestro de su hijo como detonante, Moncayo nunca más dejó de caminar. Su vida la dedicó a la lucha por la paz y antes de morir dijo que era un caminante de tiempo completo.

“Yo soy un caminante de tiempo completo. Quiero contribuir desde donde me encuentre y pido a mis compatriotas, caminar por la paz”, dijo en un video que se conoció hace unas semanas, cuando se conoció que padecía la enfermedad terminal que este martes 15 de novimebre lo llevó a la muerte.

SEGUIR LEYENDO: