Si bien trabajó solo un año como comisionado de la Verdad, Alfredo Molano Bravo realizó un aporte sustancial a la composición, no solo del volumen ‘Colombia adentro’ sobre el cual se basa esta introducción, sino de todo el Informe Final realizado por la Comisión de la Verdad. Cada uno de los once volúmenes que componen el capítulo dedicado a los territorios y sus dinámicas del conflicto tienen siquiera una pizca del legado que dejó el sociólogo quien recorrió, como pocos, el país para que se comprendiera mejor cómo nació el conflicto armado y la responsabilidad de cada agente armado, legal, ilegal y paraestatal en la perpetuación de la lucha armada.
De hecho, la introducción de la Comisión rinde un homenaje a Molano Bravo y algunas de las razones ya fueron descritas acá. Textos como Del llano llano y Fragmentos de la historia del conflicto armado (1920-2010) fueron insumos indispensables para dimensionar, por ejemplo, que el conflicto armado no nació solamente por temas de tierra, lo cual se fue evidenciando conforme pasaban las décadas posteriores a la época de la violencia de los años 50.
Si bien tuvo su génesis en la ocupación de terrenos, el despojo y la entrega de latifundios a empresas nacionales y extranjeras, para finales del siglo XX el conflicto se basó en el control del narcotráfico, la expansión de paramilitares y guerrillas y la comisión de delitos como el secuestro. No por esto el desplazamiento forzado y las matanzas a civiles cesaron.
Precisamente es esto lo que describe ‘Colombia adentro’ en sus 11 volúmenes y lo que busca sintetizar la segunda entrega del gran especial que este medio se empecinó en hacer. Resumir el impacto de la guerra interna en 20 notas no será suficiente; sin embargo, decidimos destacar hechos que muchos desconocen por el soslayo de la guerra regional generada por el centralismo y por falta de mujeres y hombres que decidan recorrer la Colombia olvidada por el Estado, pero no por organizaciones sociales y la misma Comisión, como la importancia del Nudo de Paramillo para los grupos armados, o la toma del ELN que terminó en la elaboración de una asamblea municipal constituyente en el pueblo comunero de Mogotes.
“Las historias regionales que componen este tomo muestran contundentemente que el conflicto armado obedeció a lógicas institucionales relacionadas con la «ausencia del Estado» y con la forma concreta como adquirió su presencia”, menciona la Comisión en ese capítulo, argumentando que, si bien hubo una época centrada en la ocupación de la tierra, hubo otros problemas de fondo.
Cada una de las once regiones narra dinámicas distintas de la guerra: mientras en el Magdalena Medio el problema se basó en la persecución a los colonos y la concesión de Mares entregados a multinacionales petroleras extranjeras, como la Tropical Oil, en Valle del Cauca la principal dinámica fue el despojo para el cultivo de caña y la protección que paramilitares daban a esos terrenos (hecho que también describe Molano Bravo en Del otro lado, uno de sus libros).
Así pues, dado el gran despliegue hecho por la Comisión, tomando el ejemplo del notable cronista, Infobae Colombia decidió realizar un mapa interactivo con cada una de las regiones delimitadas por la entidad para el abordaje del conflicto en los territorios. Desde la región Caribe hasta la Amazonía, cada una de ellas tiene unas dinámicas diferentes del conflicto pero que obedecen a varios factores: narcotráfico, corrupción, control de haciendas, protección a empresas nacionales y extranjeras, y la legitimación del discurso violento refugiado en el ‘desarrollo de la Nación’.
Ninguna fracción de Colombia se salvó de la guerra interna, pues como mencionaba Alfredo Molano Bravo ante los demás comisionados y otros funcionarios de la entidad: “donde hay tierras, hay guerras”.
SEGUIR LEYENDO EL ESPECIAL DEL INFORME FINAL: