Subsidio a los combustibles afecta la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, asegura un estudio de la Universidad del Rosario

Un estudio señala que el impuesto al carbón se debe cobrar de acuerdo a las externalidades negativas (efecto adverso) que le hace al medio ambiente

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Desde octubre pasado, el precio del galón de gasolina corriente en Colombia empezó a tener un aumento de 200 pesos mes a mes para solventar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (Fepc). Foto: Kavak
Desde octubre pasado, el precio del galón de gasolina corriente en Colombia empezó a tener un aumento de 200 pesos mes a mes para solventar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (Fepc). Foto: Kavak

El efecto de la producción de hidrocarburos sobre las emisiones de dióxido de carbono (CO2) es muy reducido en comparación al consumo de estos. Si se quieren reducir las emisiones de este sería mucho más eficiente concentrarse en las políticas que afecten el consumo de combustibles fósiles y eviten la deforestación. Así lo señala un informe de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario y la Alianza EFI.

De acuerdo con el profesor de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, Fernando Jaramillo, el impuesto al carbón económicamente se debe cobrar de acuerdo al consumo que se hace del mismo, es decir, las externalidades negativas (efecto adverso) que le hace al medio ambiente como la contaminación.

“Lo que muestran los expertos es que se puede cobrar un impuesto al carbono mucho más alto para contrarrestar ese efecto negativo que hace el consumo de esos productos que generan emisiones”, explicó el académico.

El estudio indica que la política sobre el precio de los combustibles en Colombia va en contravía del objetivo de disminuir las emisiones de CO2, ya que el subsidio a los precios de los combustibles es enorme. Según el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, ahora mismo se subsidia la mitad del precio del galón de gasolina o ACPM, lo cual le cuesta al Estado cerca de 40 billones de pesos anuales, cifra superior al 2 % del producto interno bruto (PIB).

“Este costo es muy superior a los recursos recaudados por la reforma tributaria y los efectos del subsidio son regresivos, ya que se subsidian a los propietarios de vehículos”, afirmó Jaramillo al entregar los resultados del informe denominado “Los efectos de la reforma tributaria sobre el desempeño de la economía colombiana”.

El estudio señala que el monto del impuesto al carbón es muy bajo. Entonces, la externalidad generada es de aproximadamente 50 dólares (245.000 pesos aproximadamente) por tonelada de CO2, pero el impuesto es de 5 dólares (24.458 pesos aproximadamente) por tonelada y la tasa de crecimiento del impuesto es del 1 %.

“Eso implica que en términos reales el valor del impuesto se demora 72 años en doblarse. En 72 años el valor sería 10 dólares (48.946 pesos aproximadamente) de hoy por tonelada de CO2. A ese ritmo el impuesto al carbón no está teniendo un efecto considerable sobre las emisiones”, explicó el investigador.

Reforma tributaria, impuesto al capital e inversión

Para Jaramillo, si se disminuyen las exenciones y deducciones a las personas jurídicas, el aumento en el impuesto al patrimonio del proyecto de reforma tributaria incrementará aún más el impuesto al capital y desincentivará la inversión.

El desaliento a la inversión es un hecho, a menos que haya cambios importantes en los demás factores que determinan la productividad y rentabilidad de las empresas, tales como la calificación de la mano de obra, infraestructura vial, seguridad e investigación, entre otros. “Es por esta razón que la discusión más importante a partir del momento en que se apruebe la reforma, es sobre cómo se va a garantizar un gasto público más eficiente y equitativo”, comentó.

Cualquier aumento de impuestos tiene costos, y en particular los impuestos al capital tienen un valor que muy probablemente afecte la inversión, porque las personas con empresas suelen pedir prestado para invertir, es decir, si una parte importante de esas ganancias se van para pagar impuestos, pues baja la inversión.

“Uno debe sopesar los beneficios con los costos. En el caso de Colombia, la tributación de las empresas ya es grande en términos de los impuestos que les cobran. Estos son de los más altos de América Latina y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde)”, dijo Jaramillo.

En últimas, el aumento en el grado de progresividad de los impuestos y en el monto de recursos recaudados por la tributaria se logra a costo de un incremento considerable en el impuesto a las empresas y al capital, indica informe.

“Esto último tendrá un efecto importante sobre la competitividad de las empresas nacionales, lo cual afectará la tasa de inversión, el crecimiento económico y los niveles de producción de largo plazo. A menos que la manera en que se gasten los recursos recaudados sea muy eficiente, el nivel de producción de largo plazo se verá perjudicado por los aumentos en el impuesto al capital”, recalca el estudio.

Pago de intereses de la deuda interna y externa

La deuda interna y externa del Gobierno debe pagarse una parte a intereses y otro a amortizaciones, es decir a capital. Pero, según el docente, solo los intereses ya son un porcentaje muy alto que subió en los últimos años y en particular en los últimos meses.

“El aumento viene por toda la coyuntura mundial, por el monto de la deuda que tiene Colombia e incluso por algunas incertidumbres sobre cómo se van a manejar los ingresos petroleros. Por eso no solo se necesita una reforma tributaria, sino que se deben controlar los gastos, porque estamos en una situación grave donde los intereses cada vez van a ser más grandes en comparación con los ingresos”, manifestó Jaramillo.

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