El caso del asesinato de padre e hija en Cartagena, que se registró la semana pasada, aún tiene consternada a la comunidad que no sale de la tristeza y el asombro por este tipo de hechos violentos que se siguen registrando en el país.
Recientemente las autoridades confirmaron que dos presuntos responsables del doble homicidio fueron capturados en labores coordinadas entre la Policía Nacional y miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación.
Los capturados fueron identificados como Jair Barrios Hernández, alias Yao y Jesús Leonardo Domínguez Castro, alias El Pechiche.
La Fiscalía aseguró que para capturar a los responsables del asesinato de padre e hija en Cartagena, se realizó un arduo seguimiento durante cinco días, que permitió establecer la ubicación de los asesinos, pero además, recolectar suficiente material probatorio para presentarlos ante un juez.
Una fiscal de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Cartagena, presentó ante un juez de control de garantías a los dos señalados por el homicidio del comerciante Jaime Antonio Lloreda y su hija Alejandra, de solo once años de edad.
Teniendo en cuenta el material probatorio presentado por la fiscal, el juez de control de garantías encargado del caso impuso medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario a los dos señalados.
Es de resaltar que la Fiscalía imputó a alias Yao y alias El Pechiche los delitos de homicidio agravado; y fabricación, tráfico, porte o tenencia de arma de fuego. Pese a las pruebas entredadas por el ente acusador, los presuntos asesinos negaron su responsabilidad en los hechos, es decir, no acpetaron los cargos.
Durante las investigaciones adelantadas por la Fiscalía se estableció que, al parecer, alias Yao era quien iba de parrillero en la moto desde donde se perpetró el ataque. Eso quiere decir que sería él quien accionó el arma de fuego en distintas ocasiones. Por su parte, alias El Pechiche era el que conducía la motocicleta.
El homicidio del comerciante y su hija en plena luz del día en Cartagena
Jaime Antonio Llorente Arcia era un comerciante que generalmente iba por sus tres hijas, de 9, 10 y 11 años al colegio después de la jornada de clases. El pasado 3 de noviembre, faltando solo un día para que las menores de edad salieran a vacaciones, el padre de familia se acercó al colegio Biffi hacia las 2:00 p. m. como era costumbre.
Alejandra Llorente, la menor de 11 años decidió sentarse en la silla del copiloto para el recorrido desde la institución hasta su casa.
Cuando Jaime Antonio Llorente paró en el semáforo ubicado antes del camino que lleva a la Bomba del Gallo o al barrio Ternera, los sicarios que se movilizaban en una motocicleta lo interceptaron y sin mediar palabra empezaron a disparar, pese a que en el interior de la camioneta había tres menores de edad.
El comerciante recibió dos disparos que le cegaron la vida. Por su parte, las menores de 9 y 11 años también fueron víctimas de los impactos de bala.
Al notar el ataque sicarial y tras la huída de los asesinos, la comunidad se acercó al vehículo para auxiliar a sus ocupantes. El padre de familia ya había fallecido pero las menores de edad continuaban con vida pese a las heridas.
Las niñas fueron trasladadas a un centro asistencial con el objetivo de salvarles la vida. La menor de edad que presentaba mayores complicaciones en su salud era Alejandra, quien tuvo que ser intervenida quirirjicamente apenas llegó a la clínica.
Pese a los esfuerzos de los profesionales de la salud, la niña que iba de copiloto no corrió con la misma suerte de sus hermanas y falleció hacía las cinco de la tarde en el centro asistencial.
Tras conocerse el caso, las autooridades anunciaron una recompensa e iniciaron las labores de investigación que finalmente dieron fruto.
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