Alumbrado público, uno de los sectores más afectados por el vandalismo en Bogotá: estos son los sectores donde comenzó la modernización del servicio

A pesar de los esfuerzos del distrito para renovar las luces de los postes, puentes y demás espacios, idea que se debe finalizar antes que se acabe el 2022, la labor se ha retrasado y también se ha visto muy afectada por el robo y daño a las instalaciones, obligando a repetir las labores

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Iluminación pública Bogotá es lo
Iluminación pública Bogotá es lo que más se vandaliza. Tomada de: Alcaldía de Bogotá.

La Alcaldía de Bogotá, en alianza con la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, UAESP, todo el año ha trabajado en la renovación del alumbrado público, buscando que todo el sistema cuente con tecnología led, labor que se adelanta en toda la ciudad, logrando que la iluminación sea blanca y no amarilla, como tradicionalmente se había manejado. Aunque la modernización permitirá una mejor visibilidad para la ciudadanía en general, el trabajo ha estado retrasado, y ha obligado a que se tenga que repetir algunos de estos trabajos, siendo este el aspecto más vulnerado por el vandalismo, pues no solamente se roban esto, sino que en distintas circunstancias se ve dañado el sistema.

Datos presentados por la UAESP estiman que en el primer semestre del 2022 se perdieron unos 7.200 millones de pesos, esto por robos y daños en la luminaria. Esto se traduce en 2.754 casos de hurto y vandalismo, a esto se suman los daños, que principalmente se presentan por la lluvia.

Al respecto, la subdirectora de alumbrado público de la UAESP, Ingrid Ramírez, detalló:

“La Calle 26 es una de las zonas que sufre más de este tipo de daños. Se roban el cableado de una manera impresionante y en las ciclorrutas en especial. El llamado es para que pues corten esa cadena de comercialización, que no compren este tipo de elementos”.

Sobre el proyecto, se conoce que Bogotá cuenta con unas 360 mil luminarias, que alumbran las ciclorrutas, parques, plazoletas y calles; a pesar de que la labor va muy avanzada, en más del 90 %, por que se estima, la transición a tecnología led va en 338 mil bombillas, que permiten un menor consumo energético, logrando una mejor visibilización:

“Es decir, consumimos menos energía que cualquier otra iluminación de otra tecnología, pero a la vez arroja mayor potencia o cantidad de luz. Estamos hablando de un ahorro de energía del 45 por ciento para Bogotá”, reveló la funcionaria.

A pesar de todas eventualidades, que han impedido la modernización completa, el distrito puso hace tiempo una línea de atención para que la comunidad ayude a notificar cualquier daño o pérdida.

Desde agosto se puso en marcha el proyecto de telegestión, el cual monitorea los dispositivos instalados en las luminarias, entre otras deficiencias o averías que presente el servicio. Inicialmente se colocaron 81 dispositivos en espacios como parques, por ejemplo, la biblioteca El Tintal y en el barrio Nuevo Techo II, en la localidad de Kennedy:

“Esta es la nueva ciudad. De esto hablamos cuando decimos que queremos llevar a Bogotá, de la ciudad actual a una Smart City. La Telegestión es la manera de controlar el sistema de alumbrado público de manera remota. Pasaríamos de la revisión en campo que hace la persona que tiene recorrer luminaria por luminaria, si están dañadas, qué está pasando, en qué tecnología está. Remotamente podemos saber si falló, no falló”, detalló en su momento Ramírez.

El proceso de modernización arrancó más o menos en el 2016, cuando el alumbrado ya había empezado a cambiarse por la tecnología led, por lo que decidió implementarse plenamente, pero, que según los plazos, ha costado bastante pues no fue sino hasta el 2019 que se alcanzó el 50 % del cambio.

Obviamente el proyecto tiene otros alcances, como beneficios en la seguridad ciudadana, no obstante, se comenzó priorizando a ciertas localidades y espacios. Hasta el momento Chapinero, San Cristóbal y Bosa son las que más han avanzado con la modernización, pero, hay ciertos puntos como La Candelaria que deben mantener las tonalidades cálidas, en aras de la conservación del patrimonio y lo que se busca en dichos espacios.

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