Autoridades detallaron que ‘Los Satanás’ llegaron a vender hasta 15 mil dosis de coca y marihuana mensuales: ganaban $80 millones

De acuerdo con la investigación, el dinero que lograba conseguir la organización, no solo provenía de los homicidios de cometían, sino también de extorsiones y de la venta de estupefacientes

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Captura de los 'Satanás' en Bogotá
Foto: Fiscalía
Captura de los 'Satanás' en Bogotá Foto: Fiscalía

Luego de la captura de los miembros de la banda ‘Satanás’, el pasado mes de septiembre, autoridades han entregado detalles del actuar de aquella agrupación criminal y de los resultados que consiguieron durante el mismo. Tal y como comentó la Policía, aquellos delincuentes lograban vender hasta 15 mil dosis de coca y marihuana al mes, por lo que lograban tener ganancias que ascendían a los 80 millones de pesos. Es de destacar que este entramado de personas fueron señalados, además, de desapariciones forzadas, tortura y homicidios.

De acuerdo con lo que quedó expuesto en la investigación, el dinero que lograba conseguir la organización no solo provenía de los homicidios de cometían, sino también de extorsiones y de la venta de estupefacientes. Solían adelantar sus acciones delictivas en el sector conocido como El Amparo, en la localidad de Kennedy, en Bogotá. Lo que reveló la autoridad es que alias Luisito era el jefe de la banda. Este hombre era el encargado de dar las órdenes, entre ellas, embolsar los cuerpos sin vida de las víctimas que después eran abandonados en las calles de la capital colombiana. Al menos tres de los cadáveres que fueron hallados en la ciudad.

“Luisito hace la videollamada a la persona que se encuentra en la cárcel y le muestra que ya la femenina estaba muerta. Popeye les dice, que ellos no deben dejar cabos sueltos porque eso era para problemas, que terminaran de hacer el trabajo y que ya hablaban de eso”, comentó el ente acusador en las audiencias que se llevaron a cabo en contra de los detenidos. “Luisito fue el encargado de hacer todo el estudio de inteligencia porque él era empleado de los costeños, entonces ya se daba cuenta cómo era todo el manejo que le estaban dando al microtráfico ahí en la puerta 6 de Corabastos”, añadió un uniformado que estuvo al frente de la investigación al noticiero del Canal RCN.

Foto: Colprensa/ Vanguardia
Foto: Colprensa/ Vanguardia

También, al igual que alias Luisito, fue descrito el perfil de su mano derecha, un hombre reconocido con el alias de Waya, así como alias El Flaco, quien funcionaba como campanero, es decir, avisaba de la presencia de las autoridades en las escenas del crimen. A ellos se suman alias Guri y alias Leidy, quienes estaban a cargo de las torturas y los actos violentos que se cometían en contra de las víctimas. “Con Guri se dedicaban también a hacer las torturas y era la encargada también de hacer los cobros, de estar pendiente de las cuentas para que no se les atrasaron los vendedores o se quedarán con algún dinero de lo que se les daba a ellos para que comercializaran”, contó el uniformado que habló con el medio de comunicación ya mencionado.

Los detenidos ya fueron imputados. Alias Leidy, por ejemplo, fue enviada a la cárcel por parte de un juez de la República. Según las investigaciones, alias Leidy le realizaba marcas características a los cuerpos de sus víctimas como un sello personal, además, les tomaba fotos y se reía mientras los torturaba. La información en poder de las autoridades permite suponer que alias Leidy llegaba al extremo irracional de seguir apuñalando a las víctimas ya fallecidas, “solo por diversión”.

De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, la mujer, en compañía de una menor de edad, se encargaba de torturar a las víctimas con arma blanca, causando heridas en su cara y cuerpo. Esto lo habrían hecho con tres personas que aparecieron en la vía pública del sector de María Paz, en Patio Bonito, Kennedy.

Por el otro lado, un fiscal de la Seccional Bogotá imputó a alias Gury los delitos de tortura y homicidio agravado. Pese a que el sujeto no aceptó los cargos, gracias al material probatorio se determinó que el cabecilla deberá cumplir medida de aseguramiento en establecimiento carcelario.

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