Luego del escándalo que enfrentó la activista y abogada uribista Natalia Bedoya por sus millonarios contratos con el gobierno de Iván Duque en 2021, recientemente se confirmó que, pese a ser una de las principales críticas del presidente Gustavo Petro, continuó trabajando con el Gobierno nacional por contratos que ascienden a los 123 millones de pesos.
Así lo reveló el periodista y columnista Alejandro Villanueva, de la revista Cambio. En su cuenta de Twitter, el comunicador publicó fotos de los contratos que Bedoya suscribió con el Ministerio del Interior, dirigido por Alfonso Prada, donde fue contrada, en calidad de prestación de servicios, para asesorar jurídicamente a la cartera.
“Prestar por sus propios medios, con plena autonomía técnica, administrativa y financiera sus servicios profesionales en la dirección para para la democracia, la participación ciudadana y la acción comunal, en asesoría jurídica en temas electorales y estrategias en materia de fortalecimiento de la participación política con enfoque de género y juventudes”, describe el contrato sobre las funciones a realizar por parte de Bedoya.
De acuerdo con el periodista, la también tuitera habría dejado de lanzar cuestionamientos contra el jefe de Estado, como “castrochavista”, porque no querría que la sacaran de la cartera donde recibe jugosas bonificaciones por sus labores como abogada.
El cargo para el que fue escogida Bedoya, según los documentos que hizo públicos el periodista, fue aprobado por Hilda Gutiérrez, directora para la democracia, la participación y la acción comunal del Ministerio del Interior. Por esas asesorías, de acuerdo con lo que se observa en los folios oficiales, la polémica seguidora del Centro Democrático se ganó la millonaria suma de $123.843.260.
La funcionaria Gutiérrez, en el comunicado donde oficializa a Bedoya como su coequipera, justifica su contratación con la “necesidad de contratar un profesional que apoye al grupo de asuntos electorales en el desarrollo de las actividades previstas en el Plan de Acción del 2022, especialmente en lo relacionado con las consultas realizadas por los partidos políticos y la ciudadanía”, asegura la servidora pública.
Dentro de las funciones que Natalia Bedoya tendría que realizar están la revisión de las inhabilidades en las que podrían incurrir los candidatos a cargos de elección popular en el país. Además de “brindar asistencias técnicas en el ámbito jurídico electoral de las entidades territoriales”, reza el texto.
Luego de esos argumentos, Gutiérrez señaló que se eligió la hoja de vida de Bedoya para realizar las mencionadas tareas. Sin embargo, hay que aclarar que ese contrato se suscribió en enero de este año, cuando Iván Duque todavía era presidente de Colombia.
No obstante, el periodista que reveló la contratación con el gobierno Petro la cuestiona porque, a pesar de hacerle serios señalamientos al presidente, decidió continuar trabajando con una de las carteras más importante del Ejecutivo colombiano.
“La señora viene contratando desde el gobierno Duque ¿Por qué ahora contrata con un gobierno al cual dice detestar? Pareciera que la señora Natalia Bedoya le hiciera honor a la frase “Éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”, escribió el periodista de Cambio en su cuenta de Twitter.
Además, le pidió que hiciera públicos los informes que le presta al Gobierno. Estos contratos son muy similares a los que la abogada uribista suscribió el año pasado con los ministerios de Interior y Justicia, y gobernaciones como las del Valle del Cauca por valores de más de 20 millones.
Cuando se hizo público ese escándalo, Bedoya se pronunció a través de un comunicado en el que afirmó que “se trata de un ataque personal y que las afirmaciones de David Racero (el congresista que reveló los millonarios contratos) no tienen sustento jurídico, pues el valor de los contratos están sustentados (sic) en su formación académica y experiencia profesional”. Además especificó que tiene siete años trabajando, un pregrado, una especialización y está cursando una maestría. Por ahora, Bedoya no se ha referido a esta nueva polémica.
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