Maximiliano: hallan cuerpo en vereda de Segovia (Antioquia) que correspondería al niño

La madre del menor rindió indagatoria en la mañana de este jueves y las autoridades se desplazaron hasta la zona rural del municipio para buscar el cadáver

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El pequeño de seis años
El pequeño de seis años fue reportado como desaparecido el pasado 21 de septiembre en Remedios. Foto: Twitter - @CAHUCOPANA

A las cuatro de la tarde de este jueves 27 de octubre, en una fosa común de la vereda Cuturú Alto, en zona rural del municipio de Segovia (Antioquia), fue encontrado el cuerpo sin vida de un menor de edad que podría corresponder al de Maximiliano Tabares Caro, el pequeño de seis años que fue reportado como desaparecido el pasado 21 de septiembre en Remedios, municipio del mismo departamento.

El coronel del Departamento de Policía de Antioquia, coronel Daniel Mazo, afirmó a la emisora RCN Radio que, “nosotros estábamos en este trabajo de búsqueda, en la investigación con Fiscalía, estaba también el CTI. Ellos lograron movilizar un guía y están en este momento en el proceso de exhumación”.

Las autoridades llegaron hasta ese punto luego de escuchar las declaraciones de la madre del menor —capturada por este proceso—, Sandra Patricia Caro Pérez, en medio de una indagatoria que rindió a las once de la mañana de este mismo jueves.

Junto con los uniformados fue trasladado Robinson Esmit Arboleda Ramírez, alias Orejas, que también fue detenido por su posible responsabilidad en la desaparición de Maximiliano. Esta persona habría llevado al personal del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) hasta el punto exacto donde reposaban unos restos mortales, que fueron desenterrados y trasladados a las instalaciones de Medicina Legal. Allí se harán los exámenes forenses respectivos para no dejar ninguna duda de que el cuerpo corresponde al de Maximiliano; no obstante, dada la información proporcionada por alias Orejas, es lo más probable.

Cabe recordar que este lunes tuvo lugar la audiencia de imputación de cargos contra los seis implicados por esta desaparición, quienes pertenecerían a la secta satánica Los Carneros, que habría ofrecido la vida del niño para facilitar el hallazgo de una guaca de oro. En la casa de la abuela de Maximiliano se encontraron muñecos vudú junto con libros de esoterismo y varios cuadernos, utilizados supuestamente para realizar rituales después de la medianoche.

Los implicados en la desaparición de Maximiliano

Fabio Andrés Carmona Ramírez, alias el Líder, fue imputado por los delitos de desaparición forzada agravada y tortura, bajo el argumento de que la última vez que se vio a Maximiliano estaba en compañía de él y la madre del menor en un motocarro. El cargo de tortura se debió al testimonio de un exintegrante de la secta en su contra.

A la madre de Maximiliano Tabares Caro, Sandra Patricia Caro Pérez, alias La Cacica, se le imputaron los cargos de desaparición forzada agravada a título de autora y tortura a título de cómplice. La Fiscalía argumentó que la mujer había denunciado que su hijo desapareció el 21 de septiembre al ser enviado a una tienda a comprar unas arepas a las siete de la mañana. No obstante, el ente acusador aseguró que el establecimiento abre a las ocho de la mañana y que ni los vecinos ni las cámaras vieron al menor, por lo cual su testimonio fue desvirtuado.

Robinson Smith, alias Orejas y su esposa, Susana Ceballos, alias La Sumisa, fueron imputados también por los cargos de desaparición forzada agravada y tortura a título de cómplices. A la abuela de Maximiliano, Damaris Estela Pérez Escalante, alias Mary, se le acusa del delito de tortura en calidad de cómplice, así como a su compañero sentimental, Fabian Alberto Monsalve, alias el Meditador.

La defensa solicitó un habeas corpus para que se deje en libertad a el Líder y a la madre del menor, argumentando que las audiencias de legalización de captura contra ambos no se realizaron de forma consecutiva debido a que fueron interrumpidas a finales de la semana pasada para que sean retomadas este lunes.

En la última versión de la madre se detalla que supuestamente el niño se encuentra en un socavón de oro, según “los espíritus” con los que ella se comunica. De acuerdo con uno de los investigadores del caso, “dentro de lo que manifiesta la misma progenitora en algunas de sus versiones es que algunos brujos le han manifestado que el niño está dentro de un socavón, pero que no han dado el sitio específico”, dijo el investigador.

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