Desde el años 2015 se ha discutido sobre la construcción de un muelle de la Armada Nacional en la isla Gorgona del Pacífico colombiano. Mientras las autoridades sostienen que se trata de una base estratégica para la seguridad y vigilancia marítima, las organizaciones ambientales consideran que podría tener graves impactos ambientales.
Sin embargo, pese a los múltiples pronunciamientos de los ambientalistas, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) le confirmó al diario El Tiempo que la licencia está vigente, con algunas modificaciones hechas en los últimos años, y la construcción podría arrancar en enero del próximo año.
En el 2015 la ANLA expidió la resolución 2730 para el proyecto “construcción, operación, abandono y restauración de la estación de guardacostas en la Isla Gorgona y obras complementarias”, luego de que Parque Nacionales Naturales, encargada del área de la isla Gorgona, enviara un concepto de viabilidad y compatibilidad con la construcción de una subestación de guardacostas.
Sin embargo, desde ese momento surgieron varios cuestionamientos de ambientalistas y académicos que consideraban un riesgo para la isla la construcción. Pese a que la Armada explicó entonces que se trataba de un área de 605 metros y que sería operada con personal capacitado.
El comité científico del PNN Gorgona conceptuó en 2017 que no había estudios rigurosos para considerar viable el proyecto. “Pese a que su construcción pueda ser tan solo unos metros cuadrados, el valor de tener una isla libre de construcciones, en especial en un Parque Natural, es prácticamente incalculable”. Señaló que la construcción podría afectar los fondos blandos y el arrecife coralino, así como algunas especies, tanto por los pilotes como por la navegación.
La Academia Colombiana de Ciencias Exactas también sostuvo que algunas áreas pueden ser tan frágiles que debían quedar por fuera de cualquier posibilidad de licenciamiento para usos diferentes a su conservación. Así mismo, que debía tenerse en cuenta el impacto para todo el contexto biológico, desde aves hasta microorganismos así como la flora para considerar los impactos.
“El 97% de las ballenas jorobadas se distribuyen en el costado oriental de la isla, a una distancia entre 200 y 300 m (49,5% del total de grupos). A distancias menores de 300 metros los grupos con cría son los más representativos, y en el área en donde se planea construir y operar el muelle, los grupos (hembra y cría) son abundantes y permanecen durante largos períodos en actividades de descanso y crianza”, señaló la Academia en uno de sus pronunciamientos.
El auto más reciente es de diciembre del 2021 por la ANLA para la modificación de la licencia ambiental en la que se cambió su ubicación con base en recomendaciones del comité científico de PNN Gorgona y otros estudios. “Describir las obras y actividades objeto de modificación de licencia para la construcción de un muelle metálico marítimo en forma de H, conformado por una plataforma de 189 m de longitud, ancho de 2,89 m en la pasarela y 5 m en el área de atraque, para botes, lanchas y embarcaciones hasta de 28 toneladas, diferenciándolas claramente de las obras y actividades ya licenciadas”, dice el documento.
Desde PNN señalaron al diario El Tiempo que si bien no son los responsables de las licencias, consideran que la subestación podría mejorar la seguridad y contribuir a la vigilancia territorial para atender los incidentes que se presenten en el litoral pacífico. Todos los reclamos han hecho retrasar el inicio del proyecto, pero por lo pronto las obras podrían tomar un nuevo rumbo.
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