“Hijo de tigre, sale pintado”, dice el refrán y le aplica perfectamente a Juan José Lafaurie, que como sus padres, tiene controversiales expresiones como la de que se necesita Nayib Bukele para frenar las protestas de los indígenas o cuando cuestionó si se puede confiar en un consumidor de marihuana, ahora el vástago de la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal y de José felix Lafaurie, presidente de Fedegan, pidió una intervención en el Portal de las Américas en Bogotá como la que se hizo hace 20 años en la comuna 13 de Medellín.
“Con una Operación Orion 2.0 en el Portal Americas se acaba la joda. No dialogar con terroristas ni vándalos debería ser una regla plasmada en nuestra constitución (sic)”, publicó en su cuenta oficial de Twitter.
Su polémica expresión se dio luego de que el pasado domingo se reportaran disturbios en la mencionada estación de Transmilenio, en el sur de la capital colombiana, donde cientos de personas manifestaron su inconformismo contra la decisión de retirar el artículo que le daba facultades al presidente de la República para dar indultos a las personas que fueron judicializadas durante el paro nacional del año pasado.
Por estas protestas, que concluyeron con varios hechos de vandalismo, donde incluso fue atacado el vehículo en el que se movilizaba el director de la Policía de Colombia, el general Henry Sanabria, se pronunció la senadora Cabal.
“’Primera Línea’ ataca carro de la Policía Nacional, mientras los habitantes del Portal Américas esperan el restablecimiento del orden público. Esos son los angelitos que querían indultar (sic)”, reprochó.
Y también criticó a la alcaldesa de la capital colombiana, Claudia López, porque en su mandato no se ha logrado controlar los desmanes durante las protestas en esa zona de la ciudad.
“¿Hasta cuándo? A Claudia le quedó grande recuperar el Portal Américas. Su negligencia y alcahuetería nos cuestan mucho a los ciudadanos (sic)”, trinó.
Sin embargo, la expresión de su hijo va más allá, ya que se ha señalado que en la Operación Orión en Medellín se violaron los derechos humanos de los habitantes de la comuna en la que se realizó, y para agravar, habría contado con el apoyo de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en un contubernio con la fuerza pública.
De hecho, el Observatorio de Memoria y Conflicto y el Centro de Memoria Histórica señala que en esa cuestionada intervención, que se llevó a cabo en el primer periodo presidencial de Álvaro Uribe Vélez, se registraron 600 víctimas de homicidios, desapariciones y desplazamiento forzado.
En esos mismos datos se tiene que 71 asesinatos fueron perpetrados por los paramilitares y 17 por la fuerza pública, así como ocho personas fueron víctimas de desaparición forzada.
Además, de acuerdo con cifras oficiales, tras la intervención en esa zona de la capital antioqueña, el desplazamiento se incrementó casi 10 veces, pasando de 158, en 2001, a 1.259 en 2002, esto ya que el bloque Cacique Nutibara se asentó en la zona.
No obstante, una buena parte del país, en especial los militantes del Centro Democrático, lo consideran como uno de los hitos de la política de Seguridad Democrática del gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez.
De hecho, el alcalde de la época, Luis Pérez, defiende la intervención y considera que fue la pacificación de la conflictiva Comuna 13.
Incluso, uno de los líderes juveniles de la colectividad del expresidente Uribe, Anderson Duque, consideró que la Operación Orión sentó las bases para el progreso que tuvo en los últimos 20 años ese territorio urbano.
“La Operación Orión, que es la demostración de la Seguridad Democrática, que no es para el estrato 5, 6 ó 7 o más, nosotros éramos estrato 2, estrato 1, pero desde ahí se empezó a ver el desarrollo integral de la Comuna. ¿Quién no ha ido a la Comuna 13 hoy en día? Y eso era impensable hace 20 años, era impensable ver un gringo en las escaleras eléctricas”, reseñaron en un artículo de la revista Semana.
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