En la audiencia de imputación de cargos en su contra, llevada a cabo este lunes, los seis implicados en la desaparición de Maximiliano Tabares Caro, registrada el pasado 21 de septiembre en el municipio de Segovia, Antioquia, se declararon inocentes.
La diligencia, que terminó sobre las 7 de la noche, comenzó a las 4 en punto de la tarde con la imputación por los delitos por desaparición forzada agravada y tortura en contra de Fabio Andrés Carmona Ramírez, alias el Líder, bajo el argumento de que la última vez que se vio a Maximiliano estaba en compañía de él y la madre del menor en un motocarro; el cargo de tortura se debió al testimonio de un exintegrante de la secta en su contra.
A la madre, Sandra Patricia Caro Pérez, alias La Cacica, se le imputaron los cargos de desaparición forzada agravada a título de autora y tortura a título de cómplice. La Fiscalía argumentó que la mujer había denunciado que su hijo desapareció el 21 de septiembre al ser enviado a una tienda a comprar unas arepas a las siete de la mañana; no obstante, el ente acusador aseguró que el establecimiento abre a las ocho de la mañana y que ni los vecinos ni las cámaras vieron al menor, por lo cual su testimonio fue desvirtuado.
Robinson Smith, alias Orejas y su esposa, Susana Ceballos, alias La Sumisa, fueron imputados también por los cargos de desaparición forzada agravada y tortura a título de cómplices. A la abuela de Maximiliano, Damaris Estela Pérez Escalante, alias Mary, se le acusa del delito de tortura en calidad de cómplice, así como a su compañero sentimental, Fabian Alberto Monsalve, alias el Meditador.
La defensa solicitó un habeas corpus para que se deje en libertad a el Líder y a la madre del menor, argumentando que las audiencias de legalización de captura contra ambos no se realizaron de forma consecutiva debido a que fueron interrumpidas a finales de la semana pasada para que sean retomadas este lunes.
Todos los acusados están señalados de conformar la secta satánica Los Carnero, cuyo propósito sería identificar guacas de oro. Para ellos, Maximiliano tendría un espíritu, o un demonio, en su interior que les dificultaba realizar su labor, según las pesquisas de las autoridades.
En la última versión de la madre se detalla que supuestamente el niño se encuentra en un socavón de oro, según “los espíritus” con los que ella se comunica. De acuerdo con uno de los investigadores del caso, “dentro de lo que manifiesta la misma progenitora en algunas de sus versiones es que algunos brujos le han manifestado que el niño está dentro de un socavón, pero que no han dado el sitio especifico”, dijo el investigador.
Maximiliano fue visto por última vez en la noche del 20 de septiembre en el barrio Gaitán, de Segovia, entrando con su madre a la casa de su abuela, en donde se encontraron muñecos vudú junto con libros de esoterismo y varios cuadernos, utilizados supuestamente para realizar rituales después de la medianoche. A la mañana siguiente, la madre lo reportó como desaparecido.
Tres de los implicados fueron capturados por la Policía de Antioquia en Bello y los otros tres en Segovia, en un operativo realizado la semana pasada. Este martes se debería llevar a cabo las audiencias de medida de aseguramiento, en la que un juez determinará si se les dará medida de detención intramural o si se les podrá conceder el beneficio de prisión domiciliaria. También es posible que a alguno de ellos se lo deje en libertad, pero tendría que seguir afrontando el proceso.
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