La Fiscalía General de la Nación imputará cargos a la entonces representante legal de Recaudo Bogotá, Nohora Patricia Acero, y al exgerente de TransMilenio Jairo Fernando Páez Mendieta, por las presuntas irregularidades en la contratación del convenio de recolección de dinero de los pasajes de TransMilenio y el Sistema Integrado de Transporte.
El escándalo se debe a las inconsistencias tienen que ver con el presunto conflicto de intereses de los empresarios Ríos Velilla, y la falta de revisión sobre quienes se quedaban con el millonario convenio.
El exgerente de TransMilenio tendrá que responder este martes ante un juez de Bogotá por el delito de contrato sin cumplimiento de requisitos legales. Por su lado, los empresarios fueron llamados a juicio, sin fecha estimada.
De acuerdo con la investigación, el ente acusador advirtió que Recaudo Bogotá por medio de Nohora Acero en el 2011 emitió una carta en la que certificó que esa sociedad no estaba incluida en ninguna causal de inhabilidad.
Con lo anterior, la Fiscalía indicó que al revisar la información de las empresas integrantes de la compañía se distribuiría de la siguiente manera: City Móvil Colombia S.A.S (60% de participación), Land Developer Inc (20% de participación); LG CNS Co LTD (20% de participación).
El ente acusador de igual manera, sostuvo que no podría contratar con el distrito porque su sobrino Felipe Ríos, era concejal: “es así, que, de las actividades investigativas realizadas por la Fiscalía, se corroboró que lo verdaderos controlantes de Recaudo BOGOTÁ S.A.S. son Carlos Mario y Javier Francisco Ríos Velilla”.
Por otra parte, en el caso de Fernando Páez, exgerente de TrasnMilenio por presuntamente no identificar plenamente a los verdaderos dueños de Reacudo Bogotá y habría incurrido en omisiones.
<b>Por qué TransMilenio no ha podido conseguir unos 3.000 conductores para los buses del SITP en Bogotá</b>
Más de 3.000 personas estaría necesitando los operadores de los buses zonales, que son los de color amarillo verde y azul, en Bogotá para estar en toda su capacidad operativa, señalaron los privados a El Tiempo (ET).
A pesar que la guerra del centavo ya se terminó y se trajo contratos fijos con todas las prestaciones de servicio, horarios flexibles para estudio, un salario base de $1′300.000, más comisión de más de $300.000, posibilidad de estudiar y momentos de esparcimiento, no se cubren las vacantes para tener operando la flota completa en Bogotá. Se necesitan cerca de 30.000 choferes, 2.5 por cada vehículo.
La razón de esto puede deberse a múltiples factores, como las largas jornadas, los interminables trancones, el mal estado de la vías, los insultos en las calles, pero parece que habría un determinante y sería el maltrato hacia los conductores por parte de los usuarios, sobre todo en el componente social.
Las mujeres se han abierto camino en este oficio que durante años fue exclusivo de los hombres, y aunque muchas están contentas, también señalan que el machismo está a la orden del día, pues los usuarios las insultan por su género, y en algunas ocasiones, tratan de sobrepasarse con ellas, lo cual genera un factor de riesgo para ellas, más en últimos turnos de la noche.
Otra cosa con la que deben lidiar los conductores, sin importar su género, son los colados, porque muchos de los choferes tienen presente que deben hacer respetar a quienes sin pagan el pasaje, pero algunos sin el permiso de los choferes se saltan el torniquete o se suben por la puerta de atrás.
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