Ha pasado más de un año desde que uno de los símbolos más importantes de Cali, la estatua de su fundador Sebastián de Belalcázar, fuera derribada por indígenas misak el 28 de abril de 2021, durante el paro nacional. Desde entonces, los habitantes de la ciudad se quedaron esperando su reinstalación, sin que todavía se haya anunciado una fecha clara de cuándo va a suceder.
Por eso, la Academia de Historia del Valle del Cauca se unió al llamado que hicieron los indígenas misak para que la escultura vuelva a su lugar.
“Ya todo se encuentra listo, hasta su placa, por eso respetuosamente le escribimos esta carta al señor alcalde para que por favor reinstale la estatua. Esto va en aras de buscar que se dé cumplimiento a lo que solemnemente el alcalde se ha comprometido a hacer. Cali tiene derecho a que lo convenido se cumpla”, dijo el director de la Academia de Historia, Luis Antonio Cuellar, en una misiva dirigida a la administración municipal.
La estatua de Sebastián de Belalcázar iba a ser reinstalada el pasado 16 de septiembre, pero un error ortográfico en el nuevo texto que llevará la placa que la acompañará hizo que la reinstalación se postergara.
Con el objetivo de rememorar a las comunidades indígenas que vivieron en esa zona del país durante el proceso de conquista por parte de los españoles, el nuevo texto dice:
“Época violenta de la Conquista en la que los conquistadores españoles buscando riquezas y poder, doblegaron a los indígenas dueños de este territorio. Los herederos de esos antepasados indígenas grabamos aquí, en el pedestal de la estatua del fundador de la ciudad de Cali, Sebastián de Belalcázar, nuestro reconocimiento y exaltación del valor y heroísmo que demostraron con su sangre los pueblos indígenas de Timba, Guales, Xamundí, Bichicama, Amayme, Vixes, Muhlaló, Cachibí, Ambichintes, Bitaco, Dagua, Atuncelos, Yumbo, Gorrones, Calimas, Lili, Chinches, Bolo, Pance, Polo y Petecuy”.
Se mencionan 10 pueblos indígenas en total, pero el nombre de la comunidad Vixes había sido escrito con v minúscula, lo cual generó molestias en dicha comunidad y de inmediato fue advertido por la Academia de Historia del Valle del Cauca. Tal problema ya se solucionó, y ahora en la academia se preguntan por qué la estructura sigue guardada.
La Alcaldía de Cali emitió en abril un decreto en donde se ordena la instalación de la estatua de Sebastián de Belalcázar y además se comprometió a que habría siempre presencia de las autoridades en el sector para impedir que fuera derribada o vandalizada nuevamente. Sin embargo, el director de la Academia de Historia del Valle del Cauca asegura que la Alcaldía ha puesto varias excusas para postergar este compromiso.
El motivo del derribo
El secretario de Movimiento de Autoridades Indígenas en el suroccidente del país, Edgar Alberto Velasco Tumiña, explicó las motivaciones del pueblo misak, que llevaron al derribo de la estatua de Sebastián de Belalcázar.
En el marco del paro nacional del año anterior, le aseguró a El Tiempo: “venimos al lugar por la convocatoria y la decisión de nuestros pueblos indígenas, para reivindicar la memoria histórica del pueblo Misak en el Valle de Pubén, para reivindicar la memoria histórica del cacique Petecuy, que fue asesinado por la corona española, por el genocida de Sebastián de Belalcázar que lo acabamos de tumbar”.
Cuando ocurrió el derribo de la estructura, el Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric, manifestó que la figura de Sebastián de Belalcázar “es violencia simbólica contra todos los pueblos indígenas que hoy existimos y persistimos con identidad”.
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