Colombiano denunció nuevo maltrato a su llegada a México : “Es un secuestro con todos los gastos pagos”

Omar Callejas aseguró que estuvo encerrado por 36 horas y no tuvo acceso a su celular, ni a alimentación, ni a un baño, al igual que otros miembros de su familia. Finalmente fueron deportados

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Imagen de archivo. Aviones Airbus
Imagen de archivo. Aviones Airbus A320 de Interjet en la pista del aeropuerto internacional Benito Juárez de Ciudad de México, México. 15 de febrero de 2019. REUTERS/Daniel Becerril/File Photo

Desde el año pasado, las denuncias de maltrato en México a colombianos que quieren ir al país norteamericano a pasar vacaciones han aumentado. En muchos casos se ha expuesto que para verificar información, los visitantes son expuestos a largos interrogatorios, encierro y múltiples situaciones que hacen que el paso por migración en el país azteca se convierta en una experiencia poco recomendada. Debido a lo anterior, se han tomado algunas medidas como nuevos formularios y algunos procedimientos que se deben hacer antes del viaje, pero los connacionales siguen denunciando impasses y violaciones a sus derechos.

La última denuncia que se dio a conocer es el caso de Omar Callejas, oriundo de Duitama, Boyacá, que contó entrevista con Blu Radio, que el viaje que esperaba tener en territorio azteca se convirtió rápidamente en una tortura y una pesadilla, pues no solo recibió un trato inhumano, sino que le robaron el dinero que había llevado para disfrutar de todos los sitios turísticos y finalmente fue deportado sin poder disfrutar de todo lo que había pagado para él y su familia.

“Me golpearon, maltrataron, me dejaron 24 horas allá, encerrado, solo. Aparte, me robaron 500 dólares de mi cartera, se aprovecharon de que en esa zona no había cámaras (…) 36 horas después de ingresar a México pude comunicarme con mi familia porque autoridades me dejaron”, contó Callejas, que aseguró que al igual que él y su familia había otros viajeros que terminaron en el ‘cuartico del rechazo’, donde no había baño, comida o cámaras de vigilancia.

Ante la situación, su conclusión es que perdió el dinero que invirtió en el viaje debido a que finalmente no pudo hacer el tour que tenía planeado y sintió que en el tiempo que estuvo bajo el poder de las autoridades mexicanas no se le respetaron sus derechos y fue una clase de “secuestro”.

“Fue una experiencia muy traumática, la verdad es que uno va con una expectativa de pasar unas vacaciones, ya con todas las cosas en regla, tiquetes ida y vuelta, reservación en hotel, absolutamente todo, y llegar a México es un secuestro con todos los gastos pagos”, comentó el colombiano a la emisora.

Por su parte, el gobierno de Colombia se reunió con las autoridades del país norte americano en la mañana de este 24 de octubre, pero no se llegó a ningún acuerdo sobre el tema, pero continuarán hablando sobre el tema en los próximos días como algo prioritario.

El mes pasado se dio una renuncia similar por redes sociales donde el usuario de Twitter (@davidkingarroy) afirmó que tras llegar a Cancún, en México, pasó a migración como es de rutina en cualquier país, allí le hicieron varias preguntas frecuentes, como cuánto dinero llevaba, cuántos días se quedaría y donde se hospedaría, entre otras.

“Yo llevaba todo en regla y con hotel pagado, pasaje ida y vuelta, recorridos y dinero suficiente para 5 días, luego la agente de migración me hizo pasar a una segunda entrevista: un salón recinto con mas de 100 personas a la espera de casi 3 horas y. las cuales de cada 20 colombianos, solo aproximadamente 2 o 3 les aprueban el ingreso. Llegó mi turno, las mismas preguntas, y todo muy claro, sin ocultar absolutamente nada, y con dinero suficiente para esos días”, señaló en los dos primeros trinos.

Finalmente, el jefe de migración que lo interrogó le dijo que no podía ingresar a México; allí tuvo que esperar que a otros 20 colombianos les negaran la entrada, pero eso no fue todo, ya que a todos les quitaron el celular y el pasaporte, según David.

Después los llevaron a otra habitación donde denunció el deplorable hacinamiento y precariedad sanitaria del sitio: “Nos llevaron a un cuarto grande de detención con un hacinamiento increíble, la gente durmiendo en el piso, en diminutas y pocas colchonetas, mujeres en embarazo, mujeres sin toallas higiénicas, un salón insalubre, familias enteras con niños todos encerrados, con sus pertenencias afuera, sin ningún contacto con el mundo. No te dejan tomar vuelo a ningún otro lado, no te dejan comunicarte de inmediato con tu familia”.

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