A la cárcel papá y madrastra por tortura y homicidio de niño de 13 años en Santa Marta

De acuerdo con las autoridades, los capturados lo golpeaban con todo tipo de objetos y lo obligaba a pelearse con otro hermano mientras ellos los grababan

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A Juan Carlos Jiménez Granados y Luz Marina Jiménez Jiménez les fueron imputados los delitos de tortura y homicidio agravado por la muerte de un menor de 13 años en Santa Marta.
FOTO: Policía Metropolitana de Santa Marta.
A Juan Carlos Jiménez Granados y Luz Marina Jiménez Jiménez les fueron imputados los delitos de tortura y homicidio agravado por la muerte de un menor de 13 años en Santa Marta. FOTO: Policía Metropolitana de Santa Marta.

Este martes 25 de octubre, la Policía Metropolitana de Santa Marta confirmó la captura de Juan Carlos Jiménez Giraldo y Luz Marina Jiménez Jiménez, padre y madrastra de un menor de 13 años que fue hallado muerto en una vivienda del sector Gaira de esa ciudad.

De acuerdo con las autoridades, los detenidos también fueron procesados ante un juez de control de garantías por los delitos de tortura y homicidio agravado al ser hallados responsables del niño que pertenecía a la comunidad Chimila, con amplia presencia en Magdalena. Además, según dio a conocer la comandante de la Policía Metropolitana, coronel Adriana Paz, los acusados no se conformaban con golpear al infante, sino que además era maltratado psicológicamente.

Según pesquisas, ano el padre como la madrastra obligaban al menor asesinado a pelearse con otro de sus hermanos. Al respecto, la coronel Paz detalló que “esas peleas que originaban los mismos padres, las grababan con su celular y no permitían que frenaran hasta que uno de los dos quedara muy lastimado”. También reveló que el niño de 13 años, al momento de su muerte, fue hallado con una herida abierta en su cabeza y varias laceraciones en su cuello.

“Sabemos que el niño presenta un golpe en la cabeza y también, en la medida que ha venido avanzando la investigación, conocimos que él y su hermanito que también vivía allí han sido objeto de maltrato, lamentablemente”, señaló en días pasados la alto mando.

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Por otra parte, el hermano del niño identificado como Juan Sebastián Jiménez fue dejado en custodia por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. A través de un pronunciamiento, la entidad dio a conocer que tras conocer el caso fue designado un equipo de Defensoría de Familia para atender al pequeño de 11 años que convivía con el padre y la madrastra detenidos siendo también golpeado y torturado.

La entidad indicó que durante esas labores de verificación “se constató que el niño presenta signos de violencia, por lo que se le abrió un proceso administrativo de restablecimiento de derechos y quedó bajo protección en la modalidad de hogar sustituto”. De igual manera, dieron a conocer que le fue brindado acompañamiento a otra hermana del menor de 13 años que no convivía con ellos.

Por su parte, Mario Ariza, director regional del ICBF, indicó que ese lamentable hecho “nos tiene que tocar a todos” y pidió a las autoridades esclarecer este crimen en el menor tiempo posible al tratarse de una víctima menor de edad. “No podemos seguir permitiendo que los hogares, que deben ser el principal entorno protector, no sean garantes de derechos”, enfatizó también el funcionario.

Vale recalcar que a este caso se suma el de Maxmiliano Tabares, desaparecido a finales de septiembre en el municipio Segovia, Antioquia. En la audiencia de imputación de cargos en su contra, llevada a cabo el pasado lunes 24 de octubre, los seis implicados en la desaparición del pequeño, se declararon inocentes.

A su madre, Sandra Patricia Caro Pérez, alias La Cacica, se le imputaron los cargos de desaparición forzada agravada a título de autora y tortura a título de cómplice. La Fiscalía argumentó que la mujer había denunciado que su hijo desapareció el 21 de septiembre al ser enviado a una tienda a comprar unas arepas a las siete de la mañana; no obstante, el ente acusador aseguró que el establecimiento abre a las ocho de la mañana y que ni los vecinos ni las cámaras vieron al menor, por lo cual su testimonio fue desvirtuado.

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