“Los buenos poemas cuentan siempre una historia redonda”: Miguel Gane sobre su libro “Ojos de sol”.

El poeta español, nacido en Rumania, conversó con Infobae acerca de su libro más reciente y reflexionó sobre la poesía y la recepción de su trabajo.

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El poeta español Miguel Gane durante una visita a Bogotá, en el marco de la FILBo 2022. Foto: Santiago Díaz Benavides.
El poeta español Miguel Gane durante una visita a Bogotá, en el marco de la FILBo 2022. Foto: Santiago Díaz Benavides.

Su poesía no es la misma de Joan Margarit o Pablo Neruda. No tendría por qué serla. Pero lo que escribe mueve tantas fibras, casi tantas como las que movieron ellos. Uno lo ve y no pareciera, pero sí. A Miguel Gane le ha tocado una época distinta y, sin embargo, la poesía sigue ocupando el mismo lugar de siempre.

Sus versos, lejos de ser una suerte de oda a los ángeles, o el canto de los mismos en el apocalipsis, sí que tienen la facultad de abrazar a quien los lee, hacerle sentir que eso que ha vivido, eso que tanto le ha dolido, también le ha pasado a otros. Es ahí en donde reside la fuerza de la poesía de este chico, que escribe porque la vida se lo pide, porque no consigue operar de otra manera. Sus palabras son las que todos, en algún momento, hemos pensado en decir.

Luego del éxito de sus anteriores libros, el poeta español, nacido en Rumania, publicó Ojos de sol, un poemario que pretende llegarle a la gente, precisamente, decirle algo al que lo necesita. Es, como lo ha dicho él, un homenaje a la gente común, y su búsqueda por lograr un crecimiento como escritor respecto a sus trabajos precedentes.

Al respecto del libro y otros temas alrededor de su poética, Gane conversó con Infobae Leamos y esto fue lo que surgió del encuentro:

¿De qué manera se dan tus primeros contactos con las letras? Porque no llegas a ellas de manera accidental.

— Yo empecé a escribir a los trece años. Publicaba en redes sociales a eso de los 18 años todo lo que había escrito entonces, y publiqué mi primer libro en el 2016. Las letras me han acompañado a lo largo de toda la vida. No recuerdo una época de mi vida en la que no tuviese un libro como compañero. En todos mis recuerdos a menudo hay un libro.

Cuando estaba viviendo en Rumania, tenía una colección de libros que vendían en el colegio cada año. Cuando iban a venderlos, pues yo los compraba, porque me gustaba tenerlos todos. Los clásicos de la literatura, como los llaman. Moby Dick y eso, Caperucita, en fin. Tenía todas las historias. Con los años fui avanzando más y busqué otras historias. A Julio Verne llegué gracias a mi madre, porque le gustaba mucho. A ella le gustaba la novela romántica y policiaca. En mi casa había libros, no muchos, pero los suficientes, así que yo siempre estuve, de alguna manera, cerca de ellos.

Cuando llego a España, es el profesor Rafael, quien me enseñó el castellano, el que me contagia de la lectura. Me regalaba muchos libros. Yo creo que esa semilla fue germinando hasta hoy y, bueno, ahora no solo leo sino que también escribo.

¿Cómo surgen las ideas de un poema?

— Habitualmente nacen de un pensamiento o una sensación muy fuerte. Son como un impulso, como un impacto. En cuanto tienes el primer verso, tienes ya el poema entero. El último cierra el círculo, porque es eso, una estructura circular que avanza con fuerza hasta llegar a un punto que está cercano a ese inicio, pero no le alcanza a tocar. Los buenos poemas cuentan siempre una historia redonda.

¿Qué imagen llega a tener la claridad de un verso?

— Yo escribo desde la postura del observador. Me siento y veo todo lo que hay a mi alrededor. Intento captar las sensaciones más fuertes y reflejarlas en lo que hago, como fotogramas. Ahí la claridad. Si no la ve el poeta, no la ve el lector.

Ojos de sol está dedicado a tu abuelo.

— Es el primer libro que publico luego de su muerte. Lo he hecho a modo de homenaje. Mi abuelo era una persona muy básica, muy sencilla, muy simple. Jamás habría pensado que su nombre estaría escrito en un libro. Aunque ya no esté, he querido regalarle esto. De alguna manera, hace que esté presente. Para mí es una especie de recompensa, es cerrar una puerta que él dejó abierta, la de la escritura.

"Ojos de sol", de Miguel Gane. Cortesía: Penguin Random House.
"Ojos de sol", de Miguel Gane. Cortesía: Penguin Random House.

La recepción de tu trabajo ha sido impresionante. Hace unos años nadie hubiese pensado que un poeta pudiese ser un best seller.

— Yo tampoco aún lo creo. Lo he hablado con mis editores y no dejo de sorprenderme con el hecho de que tanta gente compre mis libros y venga a verme en las ferias, o en las presentaciones. Es gente que llega muy emocionada y tiene muchas ganas de estar ahí y de hablar conmigo, de conocerme. Los pocos minutos que logro compartir con ellos, intento disfrutarlos al máximo y sé que ellos también. Hago lo posible para que valgan la pena las dos o tres horas que han hecho en una fila para que les firme uno de mis poemarios, y es que la poesía no es un género de masas, pero me alegra convertirla en eso.

La estructura de este libro emula las partes de una flor. ¿Qué hay detras de esto?

— El sentido del libro viene de las margaritas, y el título se refiere también a ellas. Ojos de sol es como los romanos llamaban a las margaritas. Yo lo que quería era hacer era un libro con el que el lector se identificase, quería lograr la unicidad entre las personas y un poco así son las margaritas, que son las flores más comunes de la tierra. No hay dos margaritas que sean iguales, como no hay dos personas que sean iguales, por eso es que intento abordar una temática tan amplia en el libro, con el ánimo de que los lectores encuentren en su interior algo con lo que puedan debatirse a sí mismos.

Es un homenaje a la gente común.

— Y a la que es anónima. Estamos acostumbrados a vivir en una sociedad muy rápida, en la que apenas nos fijamos en lo que sucede. Apenas si disfrutamos el momento. Lo que me ha pasado con este libro es que he sentido que me he bajado del tren para caminar con calma y tomar lo que tengo alrededor. Siempre había estado montado en el tren, viendo como todo pasaba desde la ventana. Aquí me atrevo a hablar de otras cosas que no son amor y desamor solamente. Lo que quiero aquí es crecer como escritor, naturalmente, y espero que los lectores lo noten, pues del primer libro a este hay una diferencia abismal.

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