Regresa la MIDBO 24, una apuesta por la diversidad desde el documental

A pocos días de que la Muestra Internacional de Documental de Bogotá invada las salas de cine capitalinas, Infobae Colombia habló con María Luna, directora artística del evento que apuesta por posicionarse tanto como un espacio de exhibición como de reflexión sobre la realidad a través del documental

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Imagen: Cortesía MIDBO.
Imagen: Cortesía MIDBO.

Jean Luc Godard decía, si la fotografía es verdad, el cine es una verdad 24 veces por segundo. Para celebrar esas verdades que el cine de lo real busca poner en las pantallas, llega, del 25 al 30 de octubre, la vigésima cuarta edición de la Muestra Internacional Documental de Bogotá (MIDBO).

Para celebrar los 24 años de trabajo ininterrumpido para fortalecer la exhibición, reflexión, diálogo y el encuentro alrededor del cine de no-ficción, la MIDBO tiene preparada una maratónica programación en más de 48 funciones en las salas de la Cinemateca de Bogotá, La Alianza Francesa, el Centro Cultural Gabriel García Márquez, la Cinemateca Sala Alterna UNAL y la plataforma digital Retina Latina.

En esta vigésima cuarta edición de la MIDBO, que sigue posicionándose como el principal evento de circulación cinematográfica documental de Colombia y América Latina, se exhibirán 74 películas, de las cuales 31 son producidas, dirigidas o codirigidas por mujeres. Los documentales provienen de países como Canadá, Francia, México, Alemania, Argentina, Perú, España, Brasil, Portugal, Chile, Cuba, Guatemala, Panamá, Venezuela, Irán, Estados Unidos, Bélgica, Italia, China y Colombia.

Vale mencionar que de las 74 películas que conforman la programación, 40 tendrán sus estrenos exclusivos en la MIDBO.

Estarán enmarcadas en las ya tradicionales secciones Cine Documental, que cuenta con seis programas temáticos: El silencio de los archivos, Gesto decolonial, Constelaciones afectivas, Territorios abisales, Cartografía de resistencias y Espejos móviles. En este último se proyectará una selección de cine emergente y de impacto social.

También está la sección Documental Expandido, que lleva nueve años abriendo nuevos caminos para la exhibición a partir de obras instalativas, performáticas o inmersivas, que exploran las múltiples posibilidades expresivas del documental; mientras que en Encuentro Pensar lo Real, el componente académico de la MIDBO, se entablará un diálogo entre cineastas e investigadores nacionales e internacionales alrededor del cine de no-ficción.

A pocos días de que la MIDBO invada las salas de cine bogotanas, Infobae Colombia habló con María Luna, la directora artística de la muestra, sobre la apuesta por posicionarse tanto como un espacio de exhibición como de reflexión acerca de la realidad a través del documental, en la que las comunidades indígenas, afro y las mujeres son protagonistas.

María, para esta nueva edición de la MIDBO llama la atención el eje temático Gesto decolonial, en el que se proyectarán películas producidas por comunidades indígenas, ¿cómo fue el proceso de selección para no caer en exotismos, ni en esa idea del bon sauvage?

A nosotros una cosa que nos interesa es un proceso en donde la representación ocurre por un cuestionamiento de cómo se va a representar a los indígenas, o a los otros, desde una perspectiva que siempre es, pues, colonial en el sentido de que es un sistema de dominación, y que el cine también lo es de alguna manera. En Colombia tenemos muchísimos ejemplos, no voy a hacer títulos puntuales, pero todos sabemos de exotizaciones, de maravillarnos con lo indígena, pero desde fuera de lo indígena.

Justamente nosotros hicimos la convocatoria pensando en esto y tuvimos la suerte de que nos llegaron películas realizadas por algunas por grupos indígenas, o como la de Pablo que no es realizada precisamente por un grupo indígena, pero que está digamos al lado de un proceso de realización de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada, que lleva más de una década.

Otro ejemplo es Xar, Sueño de obsidiana, un cortometraje que cuestiona desde el caminar de un indígena, por ejemplo, en un museo. O sea, ahí es cómo nos ven a nosotros, también incluso como un objeto de arte, y cómo nosotros, transitando esos espacios e interrogándolos desde nuestro propio cuerpo, podemos decir otras cosas respecto a esa representación que se ha hecho en toda la vida de nosotros como objetos.

Hablando de la película de Pablo Mora, que hace parte de la sección Documental expandido, para su proyección se realizará un acto ritual con dos mamos de la Sierra Nevada, ¿cómo se coordinó este acto y cómo se enmarca en esta sección?

Fue una idea que surgió del director realmente. Nosotros teníamos como referentes una exposición de Sebastião Salgado sobre Amazonía, que hace una inmersión a través del sonido en un espacio que es muy propio de ese transitar el lugar de los pueblos indígenas, entendiendo las afectaciones ambientales que están viviendo.

Pablo también tenía su agenda respecto a qué significa la representación de archivo de lo indígena, que es lo que él ha trabajado en esta película que está hecha con archivos propios, y también archivos de realización de los pueblos indígenas. En esas conversaciones nos dimos cuenta de que la película no era realmente muy explicativa, pues la intención de Pablo no es explicar, ni que la película dé un contexto explicativo. Se trata más de que la gente entienda, desde adentro, la violencia que se ha ejercido en la representación hacia los pueblos indígenas.

Entonces, pensamos en cómo crear un espacio íntimo, un espacio también ritual, y Pablo pensó que era muy importante que los indígenas, que han sido directores, estén ahí pero también los indígenas que llevan el acompañamiento espiritual, que es como él lo llama. Entonces será un acto performático con el acompañamiento espiritual de los dos mamos y un traductor.

Cuéntenos sobre la sección Afectos a la verdad, en la que se podrá consultar algo del material del legado la Comisión de la verdad.

Realmente, lo que nosotros hacemos es ser un amplificador de lo que fue la labor de la Comisión de la Verdad con el estreno mundial del Después del fuego, fragmentos de una transición, que ellos (la Comisión) quisieron explícitamente estrenar en la MIDBO, y con el que vamos a clausurarla, función en la que estará presente la excomisionada Marta Ruiz y representantes de la ANAFE (Asociación Nacional de Festivales, Muestras y Eventos Cinematográficos y Audiovisuales de Colombia), que es quien está promoviendo que los festival amplifiquen este legado.

Después del fuego, fragmentos de una transición sigue toda la labor de reflexión, búsqueda y documentación de todos los años que la Comisión estuvo viajando por todo el país, y fue dirigida por el recientemente desaparecido José Miguel Amín Martelo, y después de su fallecimiento el 15 de mayo de este año, sus productores terminaron la película.

Cuando discutimos el nombre (de la sección) a ellos les gustó mucho porque la Comisión generó justamente una emoción y nosotros queremos reflejar esa idea de emoción y de afecto a la verdad, y después, relacionándolo con nuestras convocatorias, pues nosotros escogimos dos series que tenían que ver un poco con trabajo con comunidades y pueblos indígenas que habían sido trabajos encargados o cercanos a la Comisión de la Verdad como la serie Duna Kwasi, de Amado Villafaña, que habla sobre cómo el conflicto armado los afectó en la Sierra Nevada de Santa Marta y fue uno de los encargos de la Comisión.

La otra serie se llama Relatos de adultos contados por niños de la Escuela Audiovisual Infantil de Belén de los Andaquíes en Caquetá, una serie de animación sobre cinco personas que viven entre Belén de los Andaquiés, Florencia y San José de Fragua y cuenta esa parte de la región que también estuvo afectada por la violencia y es lo que significa transitar la identidad de la violencia.

Creo que las dos series van un poco hacia la comprensión de lo que significa vivir en los territorios y que tiene que ver con ese tránsito que la Comisión hizo por la verdad y nosotros lo que queremos conectar es el cariño y el afecto y la emoción que generó esa búsqueda de la verdad o de las verdades.

En cuanto a la referencia de los saberes y la intervención con las comunidades, ¿cómo buscar la participación de la ciudadanía?

Toda la sección de Espejos móviles, por ejemplo, se va a pasar por Retina Latina para que la gente de todas las regiones de Colombia pueda verla. Este año desafortunadamente no podemos pasar muchas más que hubiésemos querido pasar online, porque los derechos de las películas ya van cambiando, no es lo mismo y también nos interesa, la verdad, encontrarnos físicamente, tampoco nos interesa que todo sea online.

También les recomendamos mucho que visten el portal, que vean Espejos, que escuchen los cinco diálogos de la sección Encuentro Pensar lo real que tienen que ver el conflicto, con el territorio, con la Comisión de la Verdad, que van a estar abiertos en redes y eso es una posibilidad muy bonita de participación y a seguir conectados.

Incluso, para que después esas personas que vean y comenten, de pronto hacen vengan aquí. Ese es un espacio que siempre se quiere abrir para que los públicos también sean después quienes muestran sus producciones.

¿Y cómo acercar al público joven, a los niños y adolescentes al documental?

En la MIDBO tenemos el programa para más pequeños, para jóvenes y menores de edad que es Creando Documentales. Este surgió a partir de nuestro nuevo productor ejecutivo y coordinador de públicos, Julio Lamaña, que hizo un gran esfuerzo para acercarse a los colectivos Crea Idartes, que él ya conocía, y nos pareció oportuno abrir sesiones matinales para que jóvenes creadores y colectivos de creadores, de diferentes sectores de Bogotá, pudieran mostrar sus películas.

Se van a mostrar varias películas de los colectivos Crea Idartes y nos parece que es un momento muy especial para que vengan jóvenes, estén con las familias, y comenten lo que hacen.

En estas proyecciones se buscará contar con la presencia del público joven, que moderará, hablará de las películas, creará debates... bueno, participará en pleno. Este es un primer acercamiento que queremos hacer, que queremos seguir agrandándolos a las diferentes regiones también.

En MIDBO cerca de la mitad de las películas son producidas por mujeres

“Yo en esta muestra, sin querer, pero también queriéndolo un poco, quise hacer mucho énfasis en el cine de mujeres. Digo sin querer, porque a veces nosotros esa categoría no la hacemos tan explícita. A mí me parece que el cine debe ser inclusivo, pero que también debe defenderse por su calidad, pero a veces sí que dejamos mucho cine de mujeres sin darnos cuenta.

Entre las invitadas a la MIDBO está Anaïs Taracena, cineasta guatemalteca, que viene con El silencio del topo, cine político y cine de archivo. Otra de las invitadas es María Fernanda Carrillo, ella más investigadora pero también hace realización con colectivos del Pacífico, y hablará sobre los archivos magnéticos de Bojayá, de cómo la misma comunidad se ha preocupado porque ese archivo se conserve.

Otra invitada es Diana Bustamante, “la conocemos todos como una gran productora del cine colombiano, pero en la MIDBO estrena en exclusiva su primer largometraje, Nuestra película, sobre el archivo de las violencias en Colombia y cómo entender y procesar ese archivo de noticias, que seguramente a muchos de nuestra generación nos traerá recuerdos muy importantes y a las que no conocieron, dejar más preguntas que respuestas.

También se hará una retrospectiva de Juanita Onzaga, que de acuerdo con María Luna, se decantó por la obra de joven esta documentalista colombiana, pues “siempre le dedicamos retrospectivas a personas muy mayores y consagradas, que además suelen ser hombres”.

“Es una cineasta que creo que debemos resaltar porque está construyendo una obra experimental, subjetiva (donde yo digo que lo personal es político), con una voz propia preciosa, que se atreve a mostrar todas las vulnerabilidades, los problemas, las sensaciones hacia la guerra, por ejemplo, y esta restrospectiva tiene el pretexto del estreno en Bogotá de su cortometraje El mañana es un palacio de agua.

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