Aunque se trata de una realidad laboral que ya es paisaje en Colombia, una situación vergonzante de un grupo de trabajadores fue compartida con el mundo por parte del Bureau of Investigative Journalism, a través de la prestigiosa revista Time: los moderadores de contenido para la red social TikTok tercerizados en el país, enfrentan duras condiciones laborales, sumadas a presión psicológica insoportable y obstáculos para reclamar sus derechos como seres humanos y trabajadores.
La investigación fue publicada este jueves 20 de octubre en la revista estadounidense. Para llevarla a cabo, hablaron con un grupo de moderadores colombianos para la red social de videos cortos que ya suma más de cien millones de usuarios en América Latina. Estas personas no trabajan directamente para TikTok: están tercerizadas a través de la multinacional francesa Teleperformance, que ya ha reclutado a más de 42 mil empleados en todo el mundo —70 % de ellos trabaja desde su casa desde la llegada de la pandemia— y acumuló más de 620 millones de pesos en ganancias en el último año.
Los empleados de la multinacional no necesariamente ven ese dinero: mientras un moderador contratado directamente por TikTok en Estados Unidos gana 2.900 dólares cada mes —unos 14 millones de pesos al cambio actual—, una persona que desempeña las mismas funciones en Colombia recibe un salario base de 1.200.000 pesos colombianos —unos 254 dólares— por una jornada de diez horas de trabajo, seis días a la semana. La cifra solo es ligeramente superior al salario mínimo mensual en el país.
El trabajo de estas personas consiste en ver videos subidos por los usuarios a la plataforma y marcar el contenido inapropiado que encuentren. Mientras que, en un mal día, un usuario normal de TikTok solo se verá perturbado por personas que no saben cantar o hacen cosas absurdas para llamar la atención, los moderadores de videos se encuentran todos los días con escenas de asesinatos, suicidios, actos de pedofilia, canibalismo, accidentes, escenas sexuales sin censura y todo tipo de vejámenes.
En una de las historias incluidas en el reportaje, un trabajador reportó que tenía pesadillas luego de haber visto un video en el que se mostraba la carne viva de caras humanas, arrancadas de los cuerpos y luego utilizadas por quienes aparecían en el video a manera de máscaras.
Si muestran un buen desempeño —es decir, si clasifican hasta mil videos cortos o 250 videos largos por día y cumplen sus horarios milimétricamente—, les dan un bono por 300 mil pesos más. Pese a las imágenes perturbadoras que ven, despegar la vista de la pantalla por mucho tiempo puede desfasar estas métricas, hacer que pierdan el bono y hasta recibir castigos.
Varios de los empleados que fueron entrevistados para el reportaje señalaron que la atención psicológica que recibían por parte de la tercerizadora era prácticamente nula, por lo que eran remitidos a sus respectivas EPS. Pese a que esto es un riesgo laboral y hay reportes de que estos moderadores sufren trauma ocupacional, depresión, ansiedad, soledad, temblores y problemas para conciliar el sueño, ellos deben esperar varios meses para que el sistema de salud colombiano les asigne una cita y recibir ayuda para su problema.
Después de la pandemia, los moderadores trabajan desde casa. Para proteger la privacidad del cliente que contrata los servicios de Teleperformance, los trabajadores mencionaron que son constantemente vigilados a través de cámaras de seguridad instaladas en sus propias casas. De esa forma se aseguran de que nadie más esté cerca del computador de trabajo y que el moderador no tenga nada en su escritorio, salvo un recipiente transparente para líquidos.
“Es muy importante que la gente sepa que esto es abusivo, que son compañías que se aprovechan de la mala situación económica de los jóvenes en América Latina”, aseguró una de las trabajadoras, que habló de forma anónima para que no la despidan ni la acosen, como han sido acosados todos aquellos que han intentado armar sindicatos en esta empresa de BPO: desde el despido del empleado, pasando por intimidación con guardias de seguridad y los mandos superiores hasta demandas formales contra el sindicato, la empresa no estaría reconociendo el derecho de sus trabajadores a la libre asociación.
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