Homicido del profesor de ballet encontrado en la pared de su propia casa en Cajicá: condenaron al responsable a más de 20 años de cárcel

El docente Gamaliel Enrique Álvarez fue encontrado muerto y enterrado en su propia casa en Cajicá, Cundinamarca, el joven se dedicaba a impartir clases de danza y pertenecía a un grupo de ballet

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Gamaliel Enrique Álvarez fue encontrado muerto y enterrado en su propia casa en Cajicá, Cundinamarca.
Gamaliel Enrique Álvarez fue encontrado muerto y enterrado en su propia casa en Cajicá, Cundinamarca.

Un joven profesor de baile fue encontrado muerto y enterrado en la pared de su vivienda. Todo empezó cuando los vecinos de Gamaliel Enrique Álvarez, bailarín de ballet e instructor de música, denunciaron ante la Policía que habían olores extraños provenientes del hogar del joven docente.

Fue entonces que el pasado 26 de noviembre de 2021, la Policía Nacional de Cajicá inició el proceso para ingresar a la residencia de Álvarez, luego de ser autorizado por la familia.

Lo que no esperaban las autoridades y familiares era encontrar el cuerpo de Álvarez enterrado dentro de una mezcla de cemento, debajo del mesón de la cocina, donde recientemente se habían hecho algunas adecuaciones.

Después de un año de este tétrico hallazgo, la Fiscalía General seccional Cundinamarca logró que Orlando Alberto Rojas Bedoya, alias Pecas, aceptara ser el autor material del crimen del profesor de ballet y matemáticas Gamaliel Enrique Álvarez García, y, en consecuencia, se profiera en su contra una condena a 24 años de prisión.

Con fundamento en el abundante material probatorio, el Juez Primero Penal del Circuito de Conocimiento de Zipaquirá, avaló el allanamiento a cargos por los delitos de homicidio agravado; ocultamiento, alteración, y destrucción de material probatorio; hurto calificado; falsedad material en documento público; falsedad en documento privado, y fraude procesal.

El investigado, para la época de los hechos, ocurridos el 27 de septiembre de 2021 en el municipio de Cajicá (Cundinamarca), prestaba los servicios de obrero y arreglos en la casa de la víctima.

La evidencia recaudada permitió establecer que, una vez cometido el homicidio, el confeso agresor procedió a lavar y limpiar la sangre del baño de la vivienda, con el fin de alterar la escena del crimen para ocultar lo sucedido.

Las pruebas indicaron, además, que Rojas Bedoya incineró el cuerpo del profesor para desaparecer la evidencia. El dictamen forense practicado a la víctima da cuenta de quemaduras en el 29 % del cuerpo.

También se estableció que luego del crimen, el agresor hurtó una motocicleta de propiedad del docente, la cual habría sido vendida en 10 millones de pesos.

Días después del homicidio, los vecinos alertaron a la policía de los fétidos olores que emanaban de la vivienda, lo que permitió hallar el cuerpo del profesor en una bóveda construida para ocultar el cadáver.

La contundencia de los elementos materiales de prueba, tales como, la ubicación física del autor del crimen el día que fue cometido el asesinato, el uso de tarjetas débito en establecimientos de comercio posteriores al homicidio de la víctima, huellas digitales y el cotejo de muestras de restos biológicos, establecieron la autoría de Rojas Bedoya en este delito.

Una prueba importante fue que en medio de las investigaciones, el dueño de una ferretería cercana le indicó a las autoridades que efectivamente hacía mes y medio él le había vendido al ayudante del profesor unos bultos de cemento, del que se indagó si serian los mismos con los que se construyó la placa en la que encontraron el cuerpo del profesor.

Para el próximo 6 de diciembre de 2022 fue citada la audiencia de lectura del fallo en la que un juez de conocimiento impondrá 24 años de cárcel en contra de Orlando Alberto Rojas Bedoya.

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