Luego de visitar a los 12 policías heridos durante las protestas llevadas a cabo en Bogotá en la tarde de este miércoles 19 de octubre, el presidente Gustavo Petro organizó un encuentro con una delegación de la comunidad Embera en la Casa de Nariño. Esto, luego de protagonizar las violentas manifestaciones desencadenadas por desencuentros con el Distrito en la mesa de diálogo instalada para hablar de la situación de los indígenas asentados en la ciudad.
La delegación Embera estuvo compuesta por seis integrantes de la comunidad que se ha quedado por varias semanas en Bogotá al no tener garantías de seguridad para convivir en sus territorios.
Tras escuchar a los representantes de las comunidades, el presidente Gustavo Petro se refirió a las condiciones en las que se encuentran las comunidades en los lugares donde se albergan en la ciudad, mismas que fueron el detonante de las protestas en este miércoles.
Vale mencionar que en horas de la tarde, el jefe de Estado se había pronunciado sobre estos hechos, expresando rechazo por todas las formas de violencia, incluyendo aquella que va dirigida contra agentes indefensos de la fuerza pública.
“Los acuerdos que firmó el gobierno anterior, serán cumplidos por nosotros. La paz en el alto Andagueda, el empoderamiento de su reserva será fundamental para solucionar un problema de incomprensión étnica en el centro de Bogotá”, señaló el mandatario desde su cuenta de Twitter.
Además, el presidente resaltó que esta es una comunidad revictimizada por parte de las instituciones del Estado, pues al no ofrecer una garantía en el cumplimiento de sus derechos, se les está revictimizando. Asimismo, sostuvo que los funcionarios de gobierno no tienen la educación para entenderlos, toda vez que la mayoría de ellos no habla español. Por lo que, en palabras del mandatario, se les ha dado un trato indigno.
“Muchos dirán que son terroristas los padres y madres indígenas que han visto morir de hambre, de VIH, de epidemias, de falta de atención a sus propios hijos. Yo creo que hoy he visto una de las mayores injusticias sociales. Un estado que vuelve víctimas a las víctimas” precisó el presidente Petro.
Este diálogo entre la comunidad y el gobierno Nacional se desarrolló hasta entradas horas de la noche, allí los representantes indígenas expusieron sus inconformidades respecto a las promesas que se les habían hecho en mayo pasado, pero que, al parecer, no fueron cumplidas.
15 comunidades con más de mil indígenas llegaron desde el 29 de septiembre de 2021 a Bogotá, situación que se habría dado como producto de los conflictos sociales y armados que se estarían presentando en zonas rurales del Chocó. En su llegada a la capital, se asentaron en el Parque Nacional, ubicado sobre la Carrera 7ma, tras ocho meses de ocupar este lugar, se acordó una concertación con la Alcaldía de Bogotá, el Ministerio del Interior, la Defensoría del Pueblo y otras entidades de gobierno.
En esos diálogos se pactaron diez puntos en los que se les prometía reubicar a las comunidades en diferentes puntos de Bogotá. Situación que se daría, mientras el Ministerio del Interior realizara las gestiones correspondientes para garantizar el retorno seguro a sus territorios.
Recientemente, la concejala de Bogotá por el movimiento MAIS, Ati Quigua, visitó la Unidad de Protección Integral (UPI) la Rioja, ubicada en pleno centro de Bogotá. Allí denunció el hacinamiento de cerca de 1.200 indígenas en un lugar diseñado para albergar a 300 personas. De igual forma, elevó un llamado al gobierno Distrital y Nacional por el incumplimiento del compromiso para ofrecer un retorno a sus territorios y por las condiciones salubres en las que se encontraban para el momento.
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