En el sur del Eje Cafetero, entre las ciudades de Armenia y Pereira se encuentra uno de los pueblos más tradicionales de la cultura de la región, con casas coloridas, ventas y puertas de madera, techos altos y un ambiente tranquilo y templado que tiene una profunda relación con los Estados Unidos.
El vínculo de las bonanzas cafeteras del siglo pasado y los exportadores del café hacia Norteamérica dejó plantado en ese pequeño pueblo una raíz que floreció en el exterior. Aunque actualmente el pueblo está compuesto por adultos y ancianos, muchas de estas familias tienen parientes en los Estados Unidos que los lleva a celebrar los cambios en la tasa del dólar.
El negocio del café dejó varios vínculos comerciales entre este sector del país y EE.UU. pero tras el desplome del precio internacional del grano, esa relación se convirtió en la ilusión de encontrar una fuente de ingresos con el sueño americano. De manera irregular o formal cientos de personas viajaron a ese país e incluso se volvieron una población común en un pueblo de Nueva Jersey a donde han llegado varios de ellos para iniciar una nueva vida.
Los primeros se establecieron en esa población, según la agencia AFP, y ayudaron a los demás migrantes en el mismo objetivo que generalmente es recaudar dinero para ayudar a sus familias y tener una inversión que les permita regresar con mayores comodidades a su pueblo natal.
Leobardo Flores, un panadero de 55 años, contó a ese medio que nueve de sus hermanos llegaron a Norteamérica y con las remesas le permitieron educar a sus hijos y mantener su negocio. Cuando el precio del dólar sube, los frutos son mayores.
Otro señaló que el dinero le rinde mucho en el país, más en los últimos meses cuando la divisa ha aumentado su valor frente al peso y ha rondado los 4.900 rompiendo récords históricos en el precio del dólar en el país. Su objetivo ha sido construir una casa para regresar y vivir con su familia en más o menos dos años.
Roberto Murillo Zapata, exalcalde de Filandia, calculó a Univisión en 2016 que el promedio de personas en Estados Unidos por familia sería de 2.5 por los cálculos de las autoridades municipales que para ese momento llevaban registros de 2.500 adultos filandeños viviendo en Norteamérica de los 14.000 habitantes del pueblo.
Sin embargo, las autoridades han visto un cambio en las dinámicas de migración. Mientras tradicionalmente el éxodo tenía planes de regresar a su pueblo natal y enviar remesas para lograr recaudar una fortuna, construir una propiedad o invertir para el futuro. En los últimos años ha sido diferente.
Algunos casos presentan que los migrantes filandeños llegan a los Estados Unidos y, en lugar de regresar, coordinan para llevar a su familia a ese país y establecer su vida allá sin considerar un posible retorno a su pueblo original, por las oportunidades que brinda para sus hijos el país norteamericano que no se encuentran en Filandia, dedicado principalmente al turismo.
Los que aún reciben remesas de sus familiares en EE.UU. para cambiarlos en las tasas de cambio del Eje Cafetero celebran cuando sube el dólar, como en las últimas semanas que se ha mantenido al alza en el país hasta rondar los 5.000 pesos. Respecto a esta situación, el presidente colombiano ha señalado, justamente, que es la política monetaria de ese país con el aumento de las tasas de interés la que ha generado la fuerte fluctuación de la divisa.
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