El reto de Clemencia Carabalí: “A las mujeres hay que ayudarles a garantizar sus derechos y a tener una vida libre de violencias”

A un mes de asumir como consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer, Clemencia Carabalí habló con Infobae Colombia sobre los desafíos que afronta para lograr una mayor participación y acabar con las violencias y desigualdades que sufren las mujeres en el país

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Clemencia Carabalí tiene en su
Clemencia Carabalí tiene en su espalda un recorrido de 30 años dedicada al liderazgo social en su departamento. Se ha pasado gran parte de su vida defendiendo los derechos de las mujeres afrodescendientes del municipio que la vio nacer y luchar incansablemente. Foto: Consejería para la Equidad de la Mujer.

Hace un mes Gustavo Petro posesionó a Clemencia Carabalí como consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer. Esta mujer nacida en Buenos Aires (Cauca) tiene en su espalda un recorrido de 30 años dedicados al liderazgo social en su departamento. Se ha pasado gran parte de su vida defendiendo los derechos de las mujeres afrodescendientes del municipio que la vio nacer y luchar incansablemente.

En su oficina en el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre) Carabalí recibió a Infobae Colombia y reconoció que se está enfrentado a grandes desafíos para lograr una equidad real para las mujeres de Colombia. “Es un reto grande, enorme, estamos viendo donde enfocar los primeros esfuerzos”.

La primera aproximación al trabajo comunitario que tuvo Clemencia Carabalí fue en su colegio, el Presbítero Horacio Gómez Gallo en Jamundí (Valle del Cauca), un centro rural y agropecuario en una clase llamada proyección a la comunidad. Ahora, la realidad cambió y ella hace parte del gobierno que promete un cambio real para Colombia.

“Tenemos que adelantar acciones para que Colombia se convierta en una potencia mundial de la vida, donde se respeten los derechos de todas las mujeres. Que se eliminen las barreras, como por ejemplo, la falta de educación. En el país, el que no tiene una fortuna no puede estudiar. Como seres humanos tenemos unos derechos básicos que el Estado debería garantizarlos a su plenitud y bueno, ese es el sueño por el cual estamos acá, contribuir a garantizar esos derechos”, afirmó Carabalí en su entrevista con Infobae Colombia.

Uno de las funciones de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer es el diseño de las políticas, planes, programas, proyectos y disposiciones necesarias destinadas a promover la igualdad de género y empoderamiento para las mujeres, así como velar por la coordinación, consistencia y coherencia de las mismas.

Durante años Clemencia Carabalí fue
Durante años Clemencia Carabalí fue la cabeza y parte fundamental de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM).

¿Cómo van los primeros 30 días de asumir este rol como consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer?

Han sido días muy intensos. También muy expectantes. Estamos a la expectativa de hacer muchas cosas. De crear un plan de trabajo, de enfocar nuestros esfuerzos, teniendo en cuenta las prioridades del Gobierno nacional. Estamos en una etapa de arquitectura de como y con quien nos articulamos.

¿Cuáles serán los temas en los que trabajará la Consejería bajo su gestión?

Nosotras hemos definido cinco ejes de trabajo para garantizar el cumplimiento del plan de gobierno teniendo en cuenta el contexto de las mujeres del país, especialmente, de las mujeres que viven en sectores con menos oportunidades y con mayor exclusión.

Empoderamiento económico:

Creemos que en la medida en que las mujeres estén empoderadas económicamente hay menos posibilidades de violencias basadas en género o de los distintos tipos de violencia que las mujeres padecemos. El empoderamiento económico también da posibilidad de acceder a otros derechos como el tema de la educación, de vivienda. Es muy importante que las mujeres contemos con garantías para generar ingresos y atender nuestras necesidades básicas.

Mujeres, paz y seguridad:

Aquí de lo que se trata es de garantizar que las mujeres participen en procesos de paz y que contribuyan a garantizar condiciones dignas para todas las habitantes del país. Yo pienso que Colombia no puede perder la oportunidad de pasar la página de la violencia. Las mujeres tenemos que seguir siendo protagonistas de ese cambio y eso solo es posible en la medida que participemos en los diferentes espacios de diálogo. Tenemos que seguir teniendo la capacidad, como mujeres, de tender puentes para lograr que el país pase esa página de violencia y de dolor.

Mujeres libres de violencia basadas en género:

Debemos garantizar que las mujeres conozcan las rutas de atención de víctimas de violencia basadas en género para conseguir que haya justicia. Una de las cosas que contribuye a generar la repetición de los hechos de violencia tiene que ver con la impunidad. Hay caminos para que las mujeres sean protegidas, pero en la práctica no están siendo efectivas. Las siguen amenazando, las siguen violando, las siguen asesinando. Casi todos los días tenemos un feminicidio en este país. Eso pasa por la necesidad de hacer pedagogía y procesos de formación para que las niñas conozcan sus derechos. Que nos aprendamos a amar, porque esto pasa por amarse. El conflicto nos ha hecho tanto daño que la gente ha perdido la capacidad de amarse y yo creo que hay que empezar a recuperar esa capacidad.

Mujeres cuidadoras de la vida y defensoras del territorio:

Buscamos garantizar el derecho de las mujeres mineras, de las cuidadoras del ambiente para rodear su labor y para apoyarlas en la medida de las posibilidades como gobierno. Sabemos que uno de los lugares donde se afectan nuestros derechos es en los territorios rurales donde están las mujeres que cuidan la tierra, que cuidan el arte, que trabajan por el ambiente, allá están las mujeres campesinas que producen alimentos para todos.

Feminización del Estado:

Aquí lo que buscamos es que las políticas que se implementen desde el Estado tengan ese enfoque de género, ese enfoque de inclusión. La articulación con el Senado de la República, con las demás instituciones, para poder sacar adelante todos estos sueños. Nosotras no somos ejecutoras, la Consejería es un órgano de articulación, de asesoría y acompañamiento. Entonces nos toca trabajar muy de la mano con el resto del gobierno para poner los intereses de las mujeres.

Por medio de su liderazgo
Por medio de su liderazgo social, Clemencia Carabalí ha sido reconocida nacional e internacionalmente. En marzo de este año la organización Woodrow Wilson, de Estados Unidos, la premió por su trabajo en favor de los derechos humanos.

Respecto a la participación de las mujeres en las diferentes instancias de diálogo que hay en el país, ¿cómo se garantiza ese derecho?

En cabeza del alto comisionado para la Paz está el proceso de construir las estrategias de diálogos con cada uno de los actores que hay para lograr pacificar al país. En ese sentido, habrá momentos en que se tendrán que generar espacios para nosotras, aspiramos a que las voces de las mujeres estén ahí. Tiene que ser un ejercicio incluyente un ejercicio que busque contribuir a la garantía de no repetición, por eso, es importante escucharnos y lo lógico es que debemos ser escuchadas. Sabemos que sin mujeres no hay paz.

¿Cómo trabajar para disminuir las masculinidades desde la Consejería?

Yo creo que eso pasa por la formación, la educación y la sensibilización. Además de esas cinco líneas de trabajo tenemos tres líneas que son transversales, entre ellas la comunicación. Esperamos transformar imaginarios con una comunicación que eduque y ayude a pensarse desde el rol de cada una, pero en condiciones de mayor igualdad. Desde la Consejería sabemos que la formación a los hombres es fundamental para poder disminuir o acabar las situaciones de violencias que se presentan por el patriarcado.

¿Cómo será la articulación desde la Consejería con los movimientos sociales de mujeres a nivel local, regional y nacional?

Ya hemos venido haciendo algunos espacios de diálogo a nivel nacional con los movimientos que están en Bogotá y que incluso trabajan en algunos territorios. Hemos escuchado sus prioridades y les hemos expuesto nuestras líneas de trabajo. Así mismo, estamos yendo con frecuencia al territorio porque el enfoque de la Consejería tiene que ser un enfoque territorial, de inclusión y de diálogo y en esa inclusión no solo están las mujeres, también hay que escuchar a la población LGTBIQ+, a las mujeres en situaciones de discapacidad. Estamos aprovechando los espacios para recoger sus expectativas y propuestas para cambiar el país.

Su reto ahora es estar dentro del gobierno, ¿qué desafíos se presentan en este cambio de roles?

Para solucionar los problemas de las mujeres en los territorios tiene que haber una combinación de estrategias que no es total responsabilidad de la Consejería, sino que todos los ministerios tienen que hacer su tarea para que la situación de las mujeres mejore. A las mujeres hay que ayudarles a garantizar sus derechos y a una vida libre de violencias que tengan derecho a la educación, a la salud, al empleo. La ruta del Estado debe estar encaminada a garantizar esos derechos.

Clemencia conoce a Francia Márquez
Clemencia conoce a Francia Márquez hace más de 20 años. Las unió su territorio, su departamento y las mismas causas de lucha.

El pasado martes se radicó el proyecto del Ministerio de la Igualdad. ¿Qué le genera esto?

Genera un gran compromiso y un gran reto. Desde ahí, se puede contribuir a acabar con las desigualdades de este país. Debemos empujar desde las instituciones a garantizar los derechos de las mujeres para disminuir las brechas. Es la primera vez que habrá un Ministerio de ese talante, por eso, los retos son enormes.

¿Cómo será el trabajo de la Consejería de crearse el Ministerio de la Igualdad?

El proyecto está radicado y en proceso de construcción. Nos toca organizarnos para mirar cómo va a ser el rol de la Consejería de la Mujer dentro del Ministerio, teniendo en cuenta que las mujeres somos uno de los sectores más excluidos en este país y quienes mayormente hemos visto afectaciones en nuestros derechos. Eso sí, tendremos una relación directa para la construcción de políticas en favor de las mujeres.

En este nuevo rol, ¿cómo ha sido su relación con las defensoras y defensores de derechos humanos?

Conocen mi trayectoria y saben que una va a actuar distinto, es lo que esperamos también, poder hacerlo distinto. Entonces creo que hay algún nivel de confianza y de tranquilidad y de nuestra parte, esperamos no ser inferiores a esa confianza.

¿Esa confianza tiene que ver con que conoce las necesidades de las mujeres en Colombia y más que todo de las poblaciones más olvidadas y más violentadas?

Yo pienso que las mujeres seguimos firmes a pesar de las dificultades y las barreras que tenemos para participar y ser libres de violencias que afectan nuestras vidas y nuestros cuerpos. Tenemos la capacidad de resiliencia para reconstruirnos.

¿Siente el peso de representar a muchas mujeres?

Yo me siento cómoda. Seguramente es por la manera de como me he relacionado con las mujeres. Siempre basadas en el respeto entonces eso da tranquilidad. Sabemos que a todas no las vamos a tener contentas. En términos generales uno lo que siente es un compromiso de mucha gente para que las cosas salgan bien. Estoy cosechando lo que he sembrado.

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