La lentitud de la justicia permitió a uno de los presuntos responsables del homicidio de la pareja de ambientalistas Natalia Jiménez y Rodrigo Monsalve recobrar su libertad. Aunque debe continuar vinculado a la investigación, los familiares de las víctimas temen la impunidad.
El caso ocurrió en diciembre de 2019. Jiménez y Monsalve vivían en Santa Marta y viajaron a mediados de mes a La Guajira para celebrar su luna de miel después de haberse comprometido en una ceremonia en la que se comprometieron para llevar su vida juntos.
El 20 de diciembre la familia de Jiménez reportó la desaparición de la mujer hasta que días después fueron hallados los cuerpos de la pareja, en Guachaca, un poblado que se encuentra sobre la carretera que conduce a Palomino, el destino en el que esperaban celebrar su unión amorosa.
El 25 de diciembre la Fiscalía capturó a Luis Alfonso Rodríguez Tovar y otros tres presuntos responsables del hecho, por el que habían ofrecido 50 millones de pesos para esclarecerlo. Pero tras casi tres años, el juicio no inició por lo que se vencieron los términos de la medida de aseguramiento contra este acusado.
Un juzgado municipal de Santa Marta aceptó la petición de la defensa de Rodríguez Tovar al considerar que habían transcurrido 240 días desde su captura sin que hubiera iniciado el juicio. Solo hasta el pasado 5 de octubre arrancó la audiencia preparatorio, lo que le permitió acceder al beneficio.
Rodríguez es acusado de homicidio agravado, hurto calificado agravado, secuestro simple y tráfico de armas. Deberá continuar asistiendo a las citaciones de la justicia, en libertad. Pero esta condición preocupa a los familiares de las víctimas, según conoció Caracol Radio, porque podría llevar a la fuga del procesado.
La pareja se movilizaba en una camioneta Ford Escosport hacia el municipio de Palomino. La última vez que fueron vistos cruzaron el peaje de Neguanaje y no se volvió a tener información suya, hasta que fueron hallados los cuerpos, encapuchados, atados de manos y con tiros de gracia.
La camioneta fue hallada días después en Uribia, un municipio de la alta Guajira, con placas venezolanas y abandonada. Ese hecho desencadenó la hipótesis de que el crimen fue producto del hurto del vehículo para comercializarlo en el vecino país. Pero la teoría criminal genera dudas.
Los familiares de las víctimas consideran que pudo estar relacionado con la labor ambiental y con comunidades que realizaba Jiménez, así como la violencia contra líderes ambientales en la zona y los cuerpos fueron dejados cerca de una sede de parques nacionales. Además, el vehículo no fue desvalijado y resultó abandonado.
En este caso están procesados Giovanni Ortiz Calderón; Jaider Groelfi Lozano, alias ‘El Negro’ y Andrés Felipe Socarrás, alias ‘Pipe Bareta’, además de Rodríguez. Así mismo, una persona señalada bajo el alias de ‘El Veneco’ es el presunto autor material del crimen, pero se fugó y permanece prófugo de la justicia.
Ximena Cáceres, madre de Natalia Jiménez, ha denunciado el poco avance en el proceso y las investigaciones del caso. En enero señaló a Caracol Radio que habían cambiado cuatro veces de fiscal en los dos años del homicidio sin llegar a que un investigador asumiera de lleno el caso. Así mismo, se habían presentado numerosos aplazamientos por diversas situaciones, que ahora llevaron a dejar en libertad a uno de los presuntos responsables.
Aunque la defensa apeló la decisión, el juez concedió la libertad por considerar que se cumplían los requisitos para ese derecho del procesado, de quien no se ha determinado su responsabilidad jurídica en el homicidio.
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