Dentro del Congreso de la República hay una brecha cada vez más marcada en el tema de la protección a los animales, pues cada vez hay más proyectos de ley que buscan eliminar actividades que se adelantan alrededor de estos seres, lo que para otros congresistas, estos son una de las fuentes de la economía en diferentes zonas de Colombia.
Por ejemplo, el pasado 6 de septiembre, la Comisión Sexta del Senado de la República aprobó el proyecto de ley que busca prohibir progresivamente los espectáculos de entretenimiento cruel con animales en el territorio colombiano, como las corridas de toros, novilladas, becerradas, tientas, rejoneo y peleas de gallos. El proyecto ahora será debatido en la plenaria de la cámara alta del Congreso.
La senadora animalista Andrea Padilla, autora del proyecto, confesó que solo lamenta una cosa del texto que pasará a la plenaria: las corralejas serán excluidas por petición de siete senadores, principalmente conservadores oriundos del Caribe colombiano. Los parlamentarios pusieron como principal argumento, para dejar por fuera este ‘espectáculo, la economía local de los sitios donde tiene lugar esta tradición, que consiste en corretear a un bovino y picarlo con objetos cortopunzantes.
“Adicionalmente, el proyecto establece un régimen sancionatorio por el incumplimiento de alguna de estas prohibiciones. Prohíben el desarrollo de otras actividades de entretenimiento cruel con animales: las marranadas, las carreras de gatos y este otro poco de sinvergüencerías quedarían absolutamente prohibidas”, mencionó la congresista.
Al mismo tiempo, en la Cámara de Representantes, el congresista Juan Carlos Losada consiguió que le aprobaran en primer debate un proyecto para declarar a la naturaleza y a los animales como sujetos de derechos, a través de la modificación de los artículos 79 y 95 de la Constitución Política. De igual manera, busca establecer como deber de las personas y el ciudadano el respeto a los animales y el reconocimiento de algunos derechos que deberá desarrollar la ley.
Los animales, en su calidad de seres sintientes, serán reconocidos y protegidos como sujetos de derechos. Serán protegidos contra los tratos crueles, actos degradantes, muerte y sufrimiento innecesario y procedimientos injustificados o que pueden causarles dolor, angustia o limitar el desarrollo de sus capacidades naturales. La ley especificará los contenidos de sus derechos y sus mecanismos de protección legal.
Por su parte, hay un grupo de personas que consideran que estas actividades con animales ni pueden ser vistas como maltrato animal, de lo conrtrario, que es fuente de ingresos para varias familias en Colombia, adicional como pieza clave en la economía de varias regiones del país.
Dentro de esta camada, se encuentra el senador por Cambio Radical, Didier Lobo, quien en días anteriores fue quien protagonizó una protesta para defender cerca de las 290.000 familias que dependen de forma directa o indirecta de esta actividad cultural. Cientos de galleros de todo el país se concentraron en la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá.
“Se debe garantizar a estas familias que tradicionalmente han vivido de las peleas de gallos una transición de una actividad laboral para que de esta manera se pueda sentir menos el impacto”, señaló el senador del Cambio Radical en medio de esa protesta.
Del mismo modo, el director ejecutivo de la Federación Colombiana de Galleros, Confegacol, Olimpo Oliver, resaltó que el objetivo es “oponerse a que nos masacren a que se pierdan muchos empleos. Nosotros producimos casi 300.000 empleos entre directos e indirectos, gente en su mayoría humilde que no sabe hacer cosa distinta a cuidar, manejar o tratar los gallos”.
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