Madre de Jaime Echenique fue víctima de desplazamiento forzado y ahora trabaja en cadena de restaurantes

El basquetbolista colombiano reveló recientemente detalles poco conocidos de su vida, desde una lesión que puso en peligro su ingreso en la NBA, hasta los esfuerzos de su madre por sacarlo adelante

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El jugador de baloncesto también
El jugador de baloncesto también reveló que su madre, Lidis Salinas, trabaja en la reconocida cadena de restaurantes Crepes & Waffles, que se ha caracterizado desde sus inicios por tener en su nómina mujeres cabeza de hogar

Tras los intentos fallidos de Álvaro Teherán, Juan Diego Tello y Braian Angola, el barranquillero Jaime Echenique se convirtió a finales de 2021 en el primer jugador colombiano en disputar un partido oficial de la NBA.

El pívot de 25 años tuvo la oportunidad de formar parte de la plantilla de Washington Wizards, debido a que ocho jugadores del roster principal fueran aislados tras dar positivo por covid-19. Ante la urgencia, la franquicia capitalina ascendió a Echenique del equipo filial, el Capital City Go-Go, con un contrato de 10 días mientras se recuperaban sus titulares. Solo jugó un partido, el 30 de diciembre ante Cleveland Cavaliers por apenas tres minutos en los que consiguió un punto producto de un tiro libre, pero con eso le alcanzó para hacer historia en el baloncesto colombiano.

Aunque ese hecho y su participación con la selección Colombia durante las Eliminatorias al Mundial FIBA 2023 que se celebrará en Filipinas, Japón e Indonesia, le hicieron ganar reconocimiento en el panorama deportivo nacional, lo cierto es que la historia que lo llevó a jugar en la liga de baloncesto más importante del mundo no era tan conocida.

O al menos así era hasta el pasado sábado 15 de octubre, cuando Echenique apareció como invitado en el programa de Caracol TV, ‘Se dice de mí’, en el que se hizo un recorrido desde sus inicios como deportista en Barranquilla hasta llegar a los Estados Unidos, donde tuvo un paso por el baloncesto universitario jugando para los Wichita State Shockers de la NCAA. Tras no ser elegido en el Draft de la NBA se fue a España, donde jugó un año en el Acunsa GBC y sufrió una lesión que puso en riesgo su carrera:

“Fue una jugada donde yo pido un alley oop, que me la tiren arriba por encima del aro para yo cogerla y meterla. Yo la pido, salto y el jugador me pone la mano en la cadera, me desestabiliza y caigo como si estuviera sentado. Trato de subir y siento un “pah” en la rodilla. Fue un sentimiento horrible porque estaba en mi mejor momento, estaba jugando muy bien, estaba teniendo muy buenos números y lo primero que pienso es ‘¿por qué a mi?’”

Por fortuna su recuperación fue rápida, tardando unos tres meses. A su regreso a Estados Unidos fue cuando tuvo la oportunidad de firmar el contrato de diez días con los Washington Wizards.

En dicha entrevista, el jugador de baloncesto también reveló que su madre, Lidis Salinas, trabaja en la reconocida cadena de restaurantes Crepes & Waffles, que se ha caracterizado desde sus inicios por tener en su nómina mujeres cabeza de hogar. También contó detalles de cómo fue su niñez y de cómo le causó algún inconveniente a sus padres por sus travesuras.

“Me crié solo porque mi papá trabajaba en una empresa de transporte público en Barranquilla y mi mamá en Crepes & Waffles, entonces ambos estaban bastantes horas por fuera. En ese lapso me metía en problemas, era muy inquieto, fui el dolor de cabeza de mis vecinos”

Lidis también fue entrevistada por el programa y reveló que fue víctima del desplazamiento forzado en Colombia:

“Yo fui desplazada por la violencia en mi pueblo. Llegué a Barranquilla y allí conocí al papá. Cuando nació mi hijo fue una emoción grandísima, su padre no podía creer que fuera tan grande. Incluso le hicieron exámenes, porque era gigante”

La mamá de Jaime también contó detalles de la niñez de su hijo y reconoció su dolor por no poder pasar junto a él todo el tiempo que hubiese deseado en casa por estar trabajando para garantizar su educación y manutención:

“Lo que más me duele es que nunca lo pude acompañar en sus partidos ni en su colegio. Yo le decía a él que tuviera muy claro que nunca le faltó nada, siempre tuvo todo, por eso trabajaba. Estoy muy orgullosa porque valió la pena todo el sacrificio, pese a que a mí me dio miedo mandarlo solo a Estados Unidos, pero él siguió su sueño”

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