El pasado domingo 16 de octubre de 2022, un niño de 13 años de edad cayó en el abismo que hay en la senda que conduce al mirador de Monserrate en en el centro de la ciudad de Bogotá, quien afortunadamente fue rescatado por el cuerpo de bomberos y que gracias a un hombre de 29 años, se encuentra con vida.
Aunque el hombre de 29 años se lanzó inmediatamente después de que el niño cayera, también sufrió lesiones de menor grado que el menor que continúa en el hospital San Ignacio que queda muy cerca del lugar de donde se presentaron los hechos.
Precisamente este 17 de octubre fue dado de alta Miguel Ángel Parra, el hombre que rescató a Jhonier Sneider Suárez, quien cayó por más de 410 metros en el cerro de Monserrate. Al principio los medios de comunicación informaron que los dos tenían un vínculo familiar; sin embargo, esta hipótesis fue desmentida por las autoridades.
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En una reciente entrevista con Noticias Caracol, Miguel Ángel Parra informó lo que sucedió en la tarde del pasado 16 de octubre de 2022: “La señora cogió al niño, lo pasó a la otra acerita y empezó a caminar para allá, cuando dijo ‘se me cayó el niño’. Me dicen que tuve un descalabro, magulladuras, pero lo más fuerte fue lo de la columna, que se fracturó la vértebra 10 y 11, pero que no se podía hacer cirugía porque tenía movimiento en las piernas y para evitar quedar de pronto más secuelas” , indicó Miguel Ángel Parra.
Las autoridades por su parte informaron que el niño de 13 años cayó en caída libre en el cerro, que es una altura dos veces a la del edificio Colpatria que queda ubicado en el centro de la capital colombiana. El niño aún continúa en revisión y sólo se sabe, hasta el momento, las declaraciones de la única persona que fue en su auxilio.
Cabe recordar que la Policía señaló que el accidente ocurrió por evadir las largas filas en el atractivo turístico. A los organismos de emergencia les tomó cinco horas llevar a cabo el rescate del niño y Miguel Ángel Parra que intentó ayudarlo.
“El menor no esperó ni respetó las filas y por buscar vías para evacuar, se resbaló. Cuando estas personas ven que el niño cae, socorren al menor y, por las condiciones del terreno, también salió afectado el tío, quien cayó de una altura considerable”, dijo al respecto el jefe de Prevención y Educación Ciudadana de la Policía Metropolitana de Bogotá, teniente coronel Juan Chavarro a El Espectador.
“El niño está en estado un poco crítico. Presenta lesiones faciales, fracturas en los miembros inferiores y superiores. El adulto tiene una fractura craneoencefálico leve y fracturas y hematomas en el cuerpo”, aseguró a medios de comunicación el teniente Óscar Martínez del cuerpo oficial de los Bomberos.
Cabe destacar que varios internautas denunciaron a través de diferentes redes sociales que el camino que conduce al cerro de Monserrate en el oriente de la ciudad estaba colapsado y sólo en algunos tramos de la parte superior cuentan con mayas especiales para este tipo.
Por ahora, sólo se sabe que el niño cuenta con varias lesiones y también sufrió una fractura en uno de sus brazos y parte del cráneo; sin embargo, específicamente no se ha dado ningún otro parte médico.
Sobrevivir a una caída
En un artículo de la BBC, habla sobre los riesgos de caer desde alturas, especialmente si es por paracaídas, dando ejemplos de personas que han viajado a más de 400 metros por segundo en caída libre.
Ulf Björnstig, profesor de cirugía de la Universidad Umea, en Suecia, es el especialista que ha mostrado cómo personas han sobrevivido ha este tipo de caídas. “Muy pequeñas son las probabilidades de vivir después de una caída sin impedimentos de varios cientos de metros y dice que Cilliers y Vulovic son casos afortunados”, refiriéndose al caso de una mujer que cayó a una altura de 1.200 metros de la cual sobrevivió con varios daños en su cuerpo.
En el artículo, el científico informa que se “calcula que el cuerpo humano en caída libre alcanza el 99% de su velocidad límite (la velocidad máxima y final) después de caer 573 metros, la cual a menudo toma 13 o 14 segundos”.
El profesor Björnstig afirma que alguien que alcanza una velocidad terminal necesita al menos medio metro de distancia de desaceleración en la superficie y objeto en el que van a caer para evitar lesiones fatales.
Si los datos anteriores son correctos, la probabilidad de que el niño de 13 años haya tenido un descenso en caída libre es mínima, tuvo por lo menos varios encuentros con la superficie para no morir, ya que a una altura que describen los diferentes fuentes -400 metros-, el niño no podría sobrevivir.
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