Domiciliarios de Rappi en Bogotá crearán sindicato para pedir mejor trato por parte de la empresa

La empresa Rappi defendió el modelo que ha venido implementado en los últimos años en Bogotá y otras partes del país y del mundo

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FILE PHOTO: Delivery workers for
FILE PHOTO: Delivery workers for Rappi and other delivery apps protest as part of a strike to demand better wages and working conditions, amid the coronavirus disease (COVID-19) outbreak, in Bogota, Colombia August 15, 2020. REUTERS/Luisa Gonzalez/File Photo

Los domiciliarios de la aplicación de delivery (Rappi) se lograron sindicalizar en Bogotá a mediados de este 2022 con el fin de obtener mejores condiciones de trabajo; y es que esta semana estos trabajadores, que en su mayoría son inmigrantes venezolanos, señalaron que los repartidores que trabajan de forma independiente obtienen el doble de ganancias que ellos.

Pero la compañía Rappi se defendió señalando que los domiciliarios que trabajan con la aplicación ganan más que el 70 por ciento de los trabajadores colombianos.

Y es que las bajas retribuciones, por lo menos en esta app, vendría que ver con la mano de obra barata en este oficio gracias a la ola migratoria proveniente de Venezuela a Colombia, y sus ciudades principales.

Uno de los voceros de Rappi aseguran que la compañía está haciendo “lo que quiere” con los domiciliarios por cuenta de la necesidad laborar generada por la pandemia del coronavirus. Y es que la empresa ha crecido sustancialmente -principalmente- por cuenta de la covid-19, ya que durante aproximadamente dos años la demanda de sus servicios creció exponencialmente por cuenta de los confinamientos estrictos.

Para el experta en derecho laboral y profesora de la Universidad de los Andes, Natalia Ramírez, consultada por Semana, señaló que “hay un aprovechamiento: para un trabajador migrante es muy difícil o imposible ubicarse en la economía formal, dado que en Colombia los empleos formales son escasos”.

Por su parte, Rappi señala que ellos son un gran promotor de empleo en Bogotá, y las principales ciudades de Colombia donde hacen presencia con sus servicios, ya que -para ellos- solo el 14% de los domiciliarios tendría empleo si esta plataforma digital no existiera.

Citando datos recientes de Fedesarrollo, la compañía Rappi sentenció que “el 44 % (de los repartidores) estaría desempleado”, si ellos no existieran.

Sobre todo lo que alude la compañía Rappi, los domiciliarios y sus voceros señalaron a Semana que la retribución es paupérrima, teniendo en cuenta que reciben menos de un dólar por kilómetro de recorrido.

También señalan que el líder en ese mercado, que es Rappi, no tiene ningún tipo de contrato con los repartidos añ igual que otras plataforma como la de servicio de transporte público individual que funcionan en Bogotá, donde se les denominan “socios”.

Luz Miryam, una domiciliaria de 57 años de edad, señaló a ese medio de comunicación que las condiciones laborales han empeorado, ya que en tiempo atrás “tenía uno 130 o 140 mil pesos al día, sin fregarse”. Ella señala que ahora el esfuerzo es mayor y la retribución menor, una de las causas que los llevó a sindicalizarse.

Uno de los repartidos piden es algún tipo de seguro médico, ya que muchos de ellos se han llegado a accidentar en medio de una entrega, y no han contado con asistencia medica ni incapacidades que les permita tener una remuneración mínima para esos días que por las heridas o lesiones no pudieron trabajar.

Cabe señalar de quienes promueven una regulación a Rappi, y a otras plataformas, para que “no sigan abusando de sus empleados” se encuentra senador del Partido Liberal, Mauricio Gómez Amín, quien le ha pedido al presidente Gustavo Petro una intervención legislativa con mensaje de urgencia para ponerlos en “cintura”.

“Urge una regulación del Gobierno nacional para evitar el abuso desmedido de estas plataformas digitales”, señaló en su momento el senador liberal.

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