Polémica en redes sociales por la cancelación del programa de Carolina Sanín en Canal Capital: la columnista atacó a su reemplazo

Sanín aseguró que su espacio se aburrió porque necesitan algo menos problemático y a alguien más barato para hacer su trabajo

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Carolina Sanín y Carol Ann Figueroa
Carolina Sanín y Carol Ann Figueroa

En febrero del año 2021, Carolina Sanín fue anunciada como una nueva integrante del panel de producciones del Canal Capital. En su momento se anunció que estaría al frente de la mesa de diálogo ‘Dominio Público’. La escritora, ahora, se encuentra en medio de la polémica por su salida de aquel formato y por la inclusión de otra persona en el espacio que ella ocupaba. Se trata de Carol Ann Figueroa. Los comentarios entre ambas han generado una discusión respecto a lo que realmente sucedió con la permanencia de Sanín en ese canal local, así como argumentos en defensa a Figueroa.

“Una ‘colega’ me pregunta cuánto le cobraba a tal cliente, con el que trabajé 15 años, que para un tarifario. Resulta que no era para ningún tarifario, era para saber cuánto podía cobrarles la amiguita que me reemplazaría. Era tan fácil como decir, me llamaron para remplazarte”, comentó, inicialmente, Lina Arango. Sanín, en respuesta, aseguró que a ella le había pasado algo similar. “Me recuerda una vez que entrevisté a una en mi programa y luego se quedó con el programa y jamás me dijo ni mu. Ja, son de una elegancia”, dijo.

Al hilo de trinos, se unió un seguidor de Carolina que cuestionó la ausencia de la columnista en el programa. Ella argumentó que necesitaban un programa menos problemático a alguien con solicitudes de salario menores. “Necesitaban algo más ligero, aún a costa del rating. Les traía demasiados problemas hablar de problemas (...) Y, por cierto, también necesitaban a alguien mucho más barato (...) Ese modo de operar de las mujeres, ese bregar por hacerse amiga de una a quien admiran, y, luego, al ver frustrado el deseo de intimidad, tratar de tomar su lugar. Está en All about Eve, está en tantas películas. Tienen que variarlo, hace daño y es una ordinariez”, sentenció.

“Te está dando duro la tusa por perder ese espacio televisivo (que no era tuyo, sino público) y te estás desquitando con una mujer que te admira y que simplemente aceptó un puesto. ¿Debía pedirte permiso para aceptar la oferta laboral? ¿Te estás leyendo? De verdad, Caro, regúlate”, resaltó una mujer al contestar las críticas de Sanín.

Carol Ann Figueroa, a su vez, se defendió antes las críticas y detalló que se defendía porque quería evitar que se cuestionaran sus méritos para llegar a aquel cargo. “Quiero hablar de esto porque es injusto y no puedo permitirlo, dado lo que he aprendido sobre mi salud mental. No permitiré que nadie me haga dudar de mis méritos, de mis capacidades, de mis logros, ni siquiera si viene de alguien cuyas capacidades admiro”, puntualizó al referirse a Carolina.

“Un malentendido que no manejé bien por mis pocas habilidades sociales no amerita ser lanzada a perros hambrientos como carne fresca. Hacer esto es jugar un juego de poder asqueroso. Por eso intenté hablar por interno y lo que obtengo es más trinos como este”, inició diciendo.

“Indisponerme públicamente con quienes confiaron en mí es matoneador, burdo. No lo permitiré. Cierro esta puerta que ni siquiera se alcanzó a abrir bien. Si alguna vez quieren decirme que yo les importaba y algo que hice o no los tocó, me lo dicen en persona, no linchándome (...) Sin excepciones seguirá haciéndose en Canal Capital intentando abrir espacios de conversación y pedagogía. Con la mejor de las intenciones. Gracias a quienes lo ven y les gusta y a quienes ven La Píldora y les gusta. En ustedes me cobijo”, concluyó.

“Una mujer aprovecha la “cancelación” pública a otra mujer para quedarse con su espacio (sin siquiera hablar con ella) y luego, cuando se la confronta con lo que hizo, se escandaliza. Por Dios. Y tomar un trabajo sin preguntar por qué sacaron a quien estaba en ese trabajo y lo hacía bien es parecido a comprar un celular “de segunda” sin preguntar de dónde vendrá. Pero esas delicadezas éticas, esas elegancias, ¿a quién le importan, hoy?”, terminó Sanín al referirse al tema.

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