Bogotá tiene un déficit de 3.000 conductores para los buses azules de su sistema de transporte público

El periódico El Tiempo reveló la preocupante cifra donde influyen el maltrato de los pasajeros a los operadores de los automotores, así como las duras condiciones del tráfico de la capital colombiana para alejar a los chóferes

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Imagen de referencia de un
Imagen de referencia de un bus zonal del SITP. Foto: Secretaría de Seguridad de Bogotá.

Al Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) de Bogotá les estarían faltando 3.000 conductores para los buses azules y amarillos de su componente zonal que recorren la ciudad y con los que complementan los recorridos de los articulados de las troncales de Transmilenio, de acuerdo con una investigación periodística que realizaron en el periódico El Tiempo.

Ese es el déficit de acuerdo con las proyecciones de los operadores privados que consultaron en el diario bogotano, aunque algunos de ellos aseguraron que podría ser el doble, es decir que el sistema requeriría de hasta 6.000 chóferes más.

Según los datos que citaron en ese medio de comunicación, el parque automotor del sistema cuenta con 10.902 vehículos, y cada uno de ellos requiere entre dos y tres conductores, por lo que se estima que tienen entre 26.000 y 28.000, quienes devengan en promedio 1′300.000 pesos, un poco más de un salario mínimo mensual vigente, al que se le suma un bono que ronda los 300.000 pesos, además de otros beneficios como acceso a créditos, facilidades para estudiar, entre otros.

Y aunque las condiciones laborales son mucho mejores que las que tenían en el antiguo sistema de transporte, donde reinaba la ‘guerra del centavo’ donde los chóferes se peleaban en las vías bogotanas la recogida de un pasajero, porque de esto también dependía su pago, en El Tiempo reseñaron que los factores que estarían espantando a estos trabajadores son las duras jornadas, que incluyen soportar el inclemente tráfico de la capital colombiana en el que influyen también el mal estado de la malla vial, así como las agresiones de otros conductores y de los mismos pasajeros.

Precisamente sobre esa última razón que aleja a los profesionales del volante de los buses del SITP, en el periódico bogotano encontraron que los más afectados son precisamente los que manejan los automotores del componente zonal, es decir los azules y amarillos que suman 1.786 denuncias de ataques en su contra: 319 de ellos fueron de tipo físico, y los 1.467 restantes fueron verbales.

Aunque en menor medida, a los chóferes de los otros componentes del sistema también los han agredido: los de alimentadores han reportado 88 agresiones físicas y 238 verbales; mientras que los de los articulados de Transmilenio han padecido 30 ataques a su integridad y 28 de improperios que les lanzan.

Pero sin duda los buses zonales del SITP son los que por lo general llevan la peor parte de los ataques, incluso son los primeros objetivos de los vándalos en manifestaciones donde atacan la infraestructura.

Solo hay que recordar que la semana pasada un grupo de encapuchados bloquearon la calle 72 entre carreras 11 y 14, sobre la Universidad Pedagógica, y en medio de los disturbios que iniciaron quemaron uno de esos automotores al lanzarle cócteles molotov, sin ni siquiera importarles que dentro del mismo había siete pasajeros, que por fortuna salieron ilesos de la irracional acción.

“En 50 segundos, la fuerza disponible de la Policía llegó al lugar, evitando la conflagración del del vehículo. Posteriormente hubo un enfrentamiento con estos delincuentes, quienes lanzaron (los artefactos explosivos a los uniformados)”, señaló el brigadier general Carlos Fernando Triana, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.

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