Preso en cárcel de Medellín pidió la eutanasia por grave estado de salud y falta de atención médica digna

Sebastián López lleva dos años padeciendo fuertes dolores debido a balas que recibió en su espalda y nunca sanaron; además, de otros problemas de salud que han afectado su nivel de vida

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Sebastián López, de 23 años, es un interno de la cárcel Bellavista en Medellín que busca le sea aprobada la eutanasia para poder descansar del permanente dolor que sufre por heridas causadas por balas que recibió a sus 21 años y que nunca sanaron, una tuberculosis que día a día empeora y otras enfermedades que le han surgido con el tiempo. Su petición es respaldada por su familia, que ha sido testigo del permanente deterioro de salud y calidad de vida de Sebastián.

Como lo describió El Colombiano, todo comenzó cuando el joven recluso fue puesto a pagar su pena por hurto desde su casa, pero no siguió la restricción y un día, al salir de fiesta, la policía en un intento por pararlo para llevárselo a la cárcel no lo logró y se estalló una balacera en la que Sebastián recibió tres tiros en la espalda que lo dejaron inválido.

En su momento se le hizo la primera cirugía con el fin de tratar las heridas, pero a los pocos días por orden de un juez y por los antecedentes de incumplimiento de la medida fue llevado a “la estación de policía de Belencito Corazón, donde pasó tres meses tendido en el suelo del baño, soportando que los demás reclusos pasaran por encima suyo para hacer sus necesidades”, se lee en la carta que envió con su padre, Hernando López, a las autoridades para justificar su petición.

Pasado esos tres meses y debido a la falta de cuidado de las heridas, su piel se comenzó a infectar, tanto así, que tuvo que ser sometido a una segunda cirugía, para posteriormente ser llevado a Bellavista, donde las condiciones mejoraron “un poco”, pero no fueron suficientes, ya que su piel se comenzó a pudrir al punto que hoy día desde las perforaciones se le puede ver el hueso y esto ha generado fuertes dolores, mal olor y bullying por parte de los otros presos.

“Los demás reclusos le hacen bullying porque huele maluco, porque huele a carne podrida. No soporta los dolores y eso no es digno para ningún ser humano, sea cual sea el error que haya cometido”, puntualizó Hernando López al medio antioqueño.

En otra entrevista, aseguró que lo único que se hizo por su hijo fue dejarlo por aparte de otros reclusos, pero este no tiene acceso a las atenciones necesarias para superar su condición que hace que, incluso, no puedo cumplir sus funciones básicas con normalidad.

“A él lo tenían en una celda solo, como quien dice métete ahí y muérete. No hay un ente público que quiera prestarle atención al caso de mi hijo. El sistema de salud de la cárcel no ha podido con el estado en el que se encuentra. No están los insumos suficientes para la atención requerida. Él tiene heridas enormes en la espalda y otras partes del cuerpo, él está en silla de ruedas, no se puede cambiar solo”, dijo el papá del joven a Revista Semana.

Hernando también agregó a su relato que la familia prefiere una muerte digna para Sebastián, que seguir viendo como su salud cada día está peor: “Está en una situación muy precaria. No ha habido una forma que la salida al hospital no haya sido posible. El desespero de nosotros es inhumano”. Deseo que el joven manifestó en la misiva donde señaló: “Deseo la muerte. Pues muerto en vida ya estoy”.

Frente al caso, las autoridades del reclusorio no se han pronunciado, sin embargo, el defensor de derechos humanos de la población carcelaria en Antioquia, Jorge Carmona, aseguró que están investigando el caso para brindarle ayuda al joven, pero que lo más aseguró es que su petición no sea aprobada, ya que su condición no es considerada con enfermedad terminal por lo que no será prioridad.

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