La discusión en el concejo de Medellín por la venta de acciones de Empresas Públicas de Medellín, EPM, en UNE sigue generando polémica entre los cabildantes paisas. Y es que aunque el proyecto ya se ha hundido en cuatro ocasiones, en el lugar se sigue discutiendo sobre esta cuestión hasta que, en el más reciente encuentro, las tensiones terminaron a los golpes.
La bochornosa situación que convirtió al Concejo en un ring de boxeo entre cabildantes de diferentes corrientes políticas y ciudadanos que estaba en el recinto tuvo lugar el pasado miércoles 5 de octubre, cuando se llevaba de nuevo un debate sobre la venta de las acciones. Esta reunión se dio luego de que el día anterior no hubiera cuórum para aprobar dicha transacción.
En contexto: Por falta de cuórum fracasó nuevo intento de aprobar la venta de las acciones de EPM en UNE
En esta nueva ocasión, al recinto acuedieron ciudadanos para presenciar el debate, pero todo se alteró cuando estos asistentes se levantaron de sus sillas para abuchear al alcalde Daniel Quintero, uno de los que ha insistido en que se lleve a cabo la venta a Tigo-UNE.
El debate transcurría con aparente tranquilidad, hasta que el alcalde de la capital antioqueña hizo presencia en el cabildo y los ciudadanos que asistieron, así como cabildantes de la oposición empezaron a gritar “¡fuera, Quintero!”. Así como estas personas empezaron a expresarse, ciudadanos y concejales que apoyan a la Alcaldía de Quintero sacaron sus carteles en apoyo al político paisa y empezó la discusión.
Las palabras entre simpatizantes y opositores de Quintero y de la venta de acciones de EPM a UNE fueron subiendo de tono hasta que empezaron a presentarse empujones e intentos de peleas a puño, por lo que la Policía Metropolitana de Medellín tuvo que intervenir. Los uniformados entraron al recinto y trataron de impedir las peleas desalojando el sitio.
Al respecto, a Noticias Caracol el concejal del Centro Democrático, Sebastián López detalló que “una señora denunció que la alcanzaron a empujar, a tirar al piso, los funcionarios de la Alcaldía que envió Daniel Quintero. Esto nunca se había visto en la ciudad de Medellín”.
Quienes estaban en el momento señalaron que los ataques hacia el alcalde empezaron cuando el concejal del partido de la U, Luis Carlos Hernández, se levató de su silla y abandonó el cabildo sin aparente justificación. Sin embargo, según explicó el cabildante en un video de sus redes sociales, salió del lugar porque “me dijeron tramposo, que estaba haciendo jugadas sucias, que el Alcalde me hizo ausentar, generando suspicacias y causando que de manera viral me atacaran. Me trataron de vendido y de corrupto poniendo en riesgo mi vida, mi familia y a mi equipo”.
Por su parte, el alcalde Quintero expresó en medio de la discusión que, según cómo él ve a quienes se oponen a la venta a UNE, hay “una estrategia dilatoria para regalarle 3 billones de pesos a Millicom, para regalarle 3 billones de pesos de los ciudadanos a Tigo, 3 billones de pesos que nos van a quitar la posibilidad de hacer metrocables”.
De hecho, del lado de quienes simpatizan con el alcalde Quintero, los cabildantes simpatizantes selalaron que los ánimos en el recinto empezaron a caldear por culpa de la oposición, quienes no dejaban intervenir al alcalde o concejales a favor de la venta. Señalaron que cuando alguno de ellos hablaba, los que se oponen no los dejaban escuchar porque empezaban a gritar “¡UNE no se vende!” y “¡Fuera Quintero!”.
Cabe resaltar que, en medio de esta discusión que se ha hundido en cuatro ocasiones en el recinto se ha generado un polarizada situación política en el Concejo, puesto que las diferencias se hacen cada vez más fuertes entre quienes hacen parte de la coalición de gobierno y un grupo de diez concejales que han expresado su rechazo a la transacción.
En medio de la situación, a las 10:34 de la mañana del miércoles el presidente del Concejo, Lucas Cañas, decidió levantar la sesión nuevamente. Sin embargo, Cañas no salió lobre de los ataques. El vicepresidente Julio Enrique González, de la bancada del Centro Democrático, le reclamó “porque cuando las barras están con el quinterismo, los contratistas que trae, como cuando instalaron las sesiones ordinarias, él permitía las arengas y decía que era democracia”.
Cañas justificó su decisión diciendo que “en las gradas hubo uribismo y quinterismo al mismo tiempo. Se juntaron dos extremos, por lo que me tocó levantar la sesión para que no ocurriera una tragedia”. Finalmente, la discusión se reprogramó por quinta vez para este jueves 6 de octubre.
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