El espacio público en Colombia no es suficiente para el constante crecimiento de la población, aseguran docentes europeos

El profesor de la Universidad Sorbonne de París (Francia) Carlos Moreno propone reducir el flujo de automóviles y poner al peatón y los ciclistas como protagonistas

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Bogotá es la ciudad más grande Colombia y se aplican medidas para conservar el espacio público. FOTO: Alcaldía de Bogotá
Bogotá es la ciudad más grande Colombia y se aplican medidas para conservar el espacio público. FOTO: Alcaldía de Bogotá

El informe World Cities Report de la Organización de las Naciones Unidas estima que para 2050 la población que vivirá en las zonas urbanas crecerá hasta concentrar el 67 % de la población mundial. En la actualidad, el 56 % de las personas viven en zonas urbanas y los expertos proyectan que pronto no habrá espacio para todos en las ciudades.

Los datos del Banco Mundial revelaron que, para el año en 2021 en Colombia la población que habitaba las zonas urbanas representaba cerca del 80 % del total y las proyecciones del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía -Celade-, esperan que esta cifra alcance el 87 % para el 2050.

De acuerdo con los datos del último censo del Dane (2018), el país cuenta con cerca de 48 millones de habitantes, de los cuales más de 15 millones, es decir, cerca del 13 %, están concentrados en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, y Cartagena.

Por lo tanto, la principal pregunta es ¿podrán nuestras ciudades, en las condiciones actuales, asumir una presión de tal magnitud? En la actualidad, cuestiones como el medio ambiente, el tráfico, las energías renovables, el trabajo remoto entre otras, son temas coyunturales de los que nadie escapa y es por esto que la Escuela de Diseño de Barcelona (EsDesign) analizó algunas tendencias sobre cómo están empezando a cambiar las ciudades y espacios respecto a los temas mencionados.

El arquitecto y docente de Esdesign Daniel Zampa explicó que hay dos aspectos clave. El primero y más evidente es el factor medioambiental.

“Las ciudades pueden consumir menos energía (incluso generarla), reciclar más y mejor, disponer de un aire limpio y un paisaje sonoro relajado”, anotó Zampa al decir que el segundo es el factor social.

“Las ciudades pueden facilitar una vida social y comunitaria más comprometida, contribuir a la resiliencia de la población, generar vínculos positivos entre sus habitantes, aspirar a una distribución más equitativa y responsable de la riqueza urbana”, subrayó el docente.

Para resolver la pregunta inicial se plantean algunas tendencias, por ejemplo, “la ciudad de 15 minutos” planteada por el profesor de la Universidad Sorbonne de París (Francia) Carlos Moreno, que propone reducir el flujo de automóviles y poner al peatón y los ciclistas como protagonistas.

Según él, en este tipo de ciudad, las actividades y servicios deberían estar en un radio máximo de 15 minutos a pie o en bicicleta. De esta forma, se pueden controlar dos de los mayores problemas de las grandes urbes: el tráfico y la contaminación.

Lo que se aplica en grandes ciudades

En Barcelona se implementan las supermanzanas, que consisten en espacios donde se agrupan varias calles con intervenciones de vegetación y árboles, mobiliario urbano adaptable, sistemas de iluminación autosuficiente y un nuevo sistema de recogida de aguas pluviales.

“A esta propuesta de reconversión y transformación de la calle (el espacio físico y social) se unen otras estrategias de proyecto de aplicación en numerosas ciudades, que se proponen ‘oxigenar’ el espacio urbano y generan nuevos espacios verdes y de ocio activo”, resaltó Zampa.

Nueva York es otro ejemplo de la reinvención del espacio público. Actualmente, el programa The High Line logró convertir una línea de metro elevado en un parque y puso una vez más la arquitectura al servicio de la ciudadanía. Son 2,4 kilómetros que recrean distintos microclimas, de esta forma, ambientes tropicales conviven con ambientes más íntimos o sociales.

Aseguró Zampa que el espacio tanto público como privado toma cada vez más valor e importancia, ya que, es un bien escaso en las grandes urbes del mundo. Por lo tanto, las propuestas de reinvención del espacio a parte de necesarias cada vez deben ser más diversas y comunitarias, ya que, con el aumento de la población y la reducción del espacio, las dinámicas se harán más vecinales.

Ante esto, Zampa concluyó que “las personas y los vínculos se han puesto en el centro de interés de las ciudades.”

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