Además del ministerio de las TIC, otra entidad que quedó mal parada en buena parte (incluyendo el final) del gobierno de Iván Duque fue el Centro Nacional de Memoria Histórica, pues el nombramiento de Rubén Darío Acevedo generó decenas de críticas de diversos sectores sociales y políticos por su oposición manifiesta a la Jurisdicción Especial para la Paz y fue señalado de haber negado el conflicto armado en Colombia, afirmando que “esa no es una verdad oficial”. Pese a los reparos de organizaciones de víctimas, Acevedo fue nombrado para ese cargo.
Bajo ese escenario, el gobierno del presidente Gustavo Petro debía reivindicar el puesto de director del CNMH a través de una persona que, por lo menos, no negara la existencia de un conflicto armado en el país; o al menos eso pedían colectivos de víctimas y sectores afines a la actual administración.
Dicho motivo fue uno de los principales motivantes para designar a María Valencia Gaitán, nieta de Jorge Eliécer Gaitán, como la encargada de dirigir la institución donde reposan todos los archivos, testimonios y pruebas de la crudeza de la guerra interna en más de sesenta años de historia republicana. Sin embargo, ella no fue elegida para este puesto solo por ser familiar del caudillo liberal asesinado en 1948, pues tiene una trayectoria política que data desde la alcaldía del ahora jefe de Estado.
Cuando Petro Urrego ejerció como alcalde Mayor Bogotá, Valencia Gaitán fue designada como secretaria de Hábitat (2012), cargo que ocupó por menos de seis meses. Además, es urbanista, pues estudió arquitectura en la Universidad de Los Andes, especializándose en Artes Gráficas, Escenográficas y Visuales también en Colombia. También cuenta con varios posgrados en este rubro en la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales en París y la Escuela de Arquitectura de Villemin, también en Francia.
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En diferentes ocasiones ha cuestionado el modelo urbanístico de Bogotá que se ha mantenido por diferentes alcaldes, más allá de sus orillas políticas. Tomando como base los proyectos de ciudad impuestos desde el siglo XVII, los cuales determinaban que, entre más cerca a la Plaza Mayor (ahora Plaza de Bolívar) se vivía, más prestigio se tenía, ha criticado medidas tomadas en la historia bogotana, como el ‘sacrificio’ del tranvía para darle paso a buses y carros traídos de Estados Unidos.
A partir de finales de los años 40 y 1950, tomando como base la Carrera Séptima, la urbanista manifestaba que “se empezó a transformar radicalmente el paisaje urbano de la ciudad” bajo un modelo que se mantiene hasta la actualidad; también tuvo en cuenta el estado de la ciudad después del asesinato de su abuelo y cómo esto fue tomado como pretexto para el proyecto de modernización de Bogotá.
Valencia Gaitán también hizo parte de la campaña de Petro a la alcaldía de la ciudad y en 2011 hizo parte de la lista al Concejo de la ciudad por el movimiento Progresistas. También es esposa de Daniel García Peña, Alto Comisionado para la Paz en el gobierno del expresidente Ernesto Samper Pizano (1994-1998) y quien fue elegido por Petro para ser su jefe de debate en la campaña rumbo al palacio de Liévano.
La nueva directora del Centro Nacional de Memoria Histórica realizó los documentales ‘Gaitán sí’ (1998) y ‘9 de abril de 1948′, ambos retratando la vida y legado que dejó el líder liberal durante y después de su asesinato.
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