En un país construido y liberado por negros, lanzar ataques racistas sería todo lo contrario a una hazaña; más bien como un ataque de cobardía tan grande como la Plaza de Bolívar de Bogotá, lugar donde el pasado lunes 26 de septiembre se concentraron cientos de personas que se manifestaron en contra del Gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro Urrego. Entre ellas, una mujer que dijo llamarse Esperanza Castro, pero ignorando que este no es su nombre real, lanzó una seguidilla de ataques racistas contra la vicepresidenta Francia Márquez.
Castro, cuyo nombre real es Luz Fabiola Rubiano, ha generado en menos de dos días indignación en más de medio país, pues ella, lejos de tener un tono caucásico de pelo y piel se hizo famosa en redes sociales por decir que Márquez es un “simio”, demeritando la alta votación (más de 900.000) que tuvo en la consulta interpartidista del Pacto Histórico en las elecciones legislativas de marzo.
Sin despeinarse, y con el mayor de sus orgullos, cuestionó ante la cámara del medio Diáspora social “¿qué educación puede tener un negro?” y, como muchos de los manifestantes, mostró su indignación por tener a un “guerrillero” como Gustavo Petro en la presidencia de su país. Pero más allá de las indignantes palabras, uno de los interrogantes que circundan en diversos sectores tiene que ver con quién es realmente Rubiano de Fonseca.
La furibunda mujer pasó de ser una microempresaria de bajo perfil a una de las personas más buscadas en el país. Esto en menos de 48 horas, pues una vez se popularizó el video y el rechazo se volvió colectivo (porque hasta la misma Francia Márquez reprochó esos ataques), la Policía Nacional publicó un cartel con el rostro de quien se conocía como Esperanza Castro y pidió información de ella.
Le puede interesar: Presidente Petro ordenó “asistencia estatal” a los migrantes que recorren “la ruta de la muerte” en el Darién
Antes de la publicación de dicho aviso, la Fiscalía inició una investigación contra esta mujer, y al día siguiente de ese anuncio (jueves), el mismo fiscal general Francisco Barbosa dio a conocer que la entidad que lidera radicó una solicitud de audiencia de imputación de cargos contra la colérica manifestante que, de acuerdo con investigadores, aparece en su cédula como Luz Fabiola Rubiano de Fonseca.
Las pesquisas, que en buena parte se basaron en ‘stalkear’ las redes sociales de la mujer, se tuvo en cuenta un perfil de Facebook que no utiliza desde 2018, pero que tiene información suficiente para dar con información de familiares y otras personas cercanas. Sumado a eso, un agente de la Fiscalía explicó en declaraciones recogidas por El Tiempo que podría tratarse de una misma que aparece registrada como persona natural con un negocio similar a una miscelánea que cerró hace varios años en Bogotá.
Según investigaciones, dicho negocio estuvo ubicado en la carrera 9 con calle 119, norte de Bogotá y fue creado con un capital de 950 mil pesos.
En la entrevista con Diáspora social, Rubiano dijo haber estudiado Mercadotecnia en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y además de confesar ser ferviente fanática de Álvaro Uribe Vélez “con alma, vida y sombrero”, dijo sin sonrojarse que “los blancos casi no roban”. Todas esas declaraciones cargadas de racismo le costarán muy caro de acuerdo con la Ley antidiscriminación.
Esta legislación, que modificó el Código Penal, es claro al precisar que quien promueva o instigue actos, “conductas o comportamientos, orientados a causarle daño físico o moral a una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, por razón de su raza, etnia, religión, nacionalidad, ideología política o filosófica, sexo u orientación sexual, incurrirá en prisión de 12 a 36 meses”.
Por ahora, Rubiano de Fonseca sigue prófuga de la justicia mientras buena parte del país, empezando por la principal atacada con sus declaraciones, espera que se entregue o sea detenida. Ella, junto con la mujer que no ocultó su deseo de ver a Carlos Castaño vivo de nuevo, representaron una de las caras de las protestas contra el actual gobierno.
SEGUIR LEYENDO: