En lo corrido del 2022, según la Defensoría del Pueblo de Colombia, ya han cruzado por el Tapón de Darién 134.000 migrantes que buscan seguir su camino hasta norteamérica. Esta cifra supera la registrada en todo el año pasado, por lo que se han prendido las alarmas de las autoridades en cuanto al peligro que representa este tipo de migración ilegal tanto para los colombianos como para personas de otras nacionalidades que se arriesgan.
“El Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, y su homólogo de Panamá, Eduardo Leblanc, adelantaron una reunión de seguimiento dado que se han venido registrando graves vulneraciones a los derechos humanos de las personas que atraviesan la zona del Urabá - Darién. Ante este escenario, las dos defensorías trabajan en la construcción de una alerta temprana binacional, con el fin de que la institucionalidad de los Estados puedan articular acciones para reducir los riesgos de la población en tránsito”, informó la Defensoría de Colombia hace unos días.
Tras la revelación de las cifras y las preocupaciones, el presidente de la República, Gustavo Petro se pronunció y dio la orden a las diferentes instituciones de hacer presencia en esta zona:
“Una presencia estatal que permita asistencia a las personas que están recorriendo la ruta de la muerte”, puntualizó el mandatario en medio del evento en el que dio a conocer el nuevo encargado de Migración Colombia, Carlos Fernando García Manosalva.
El líder de izquierda, hizo énfasis en la importancia de que las autoridades presten atención y tengan presencia en este sector, pese a que la actividad y la forma como estas personas piensan llegar a otros países sea ilegal, es decir, hizo énfasis que más allá de lo legal se debe morar por el bienestar de los ciudadanos: “Debe tener una ruta de asistencia del Estado colombiano. Yo pienso que nuestro papel es asistir, en una zona geográfica que, como sabemos, es dificilísima”, anotó.
Y agregó: “Ojalá no la recorrieran, pero me parece fundamental, porque es mejor que el Estado esté, a que no esté, con las cosas que están ocurriendo allí a miles de personas, incluidas colombianos y colombianas”.; y ratificó “una presencia estatal que permita asistencia a las personas que están recorriendo la ruta de la muerte”.
En cuanto a lo que ocurre allí, el presidente se refiere a diferentes situaciones de irregularidad como que no existen mecanismos de verificación del parentesco de los menores migrantes con los adultos acompañantes, lo que los podría exponer a las redes de trata de personas, explotación sexual, comercial o laboral, entre otras vulneraciones a sus derechos.
Además, las cifras de niños migrantes es alta, la última muestra que hasta el mes de agosto habían pasado la frontera 14.571 niños, niñas y adolescentes provenientes de la ruta del Tapón del Darién.
“En la travesía por el Tapón del Darién, los migrantes deben sortear los riesgos propios de la selva, como el asecho de animales salvajes, pasar ríos caudalosos, contraer enfermedades tropicales, agotamiento físico por las largas caminatas y el accionar de bandas de delincuentes. A esto se suma el riesgo que asumen algunos migrantes de atravesar el golfo de Urabá en embarcaciones ilegales, a altas horas de la madrugada y sin el cumplimiento de los requisitos de seguridad, lo que los expone a naufragios”, dijo el defensor Camargo sobre la situación de la zona.
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