Tamá, el oso de anteojos que se escapó de la reserva Bioparque Wakatá, en el Parque Jaime Duque, fue visto por una de las cámaras trampa instaladas por la fundación del parque en distintos puntos del cerro Tibitoc y zonas cercanas, en el muncipio de Tocancipá, en Cundinamarca.
Según reportaron funcionarios de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), en conjunto con funcionarios del Parque Jaime Duque y de Parques Nacionales Naturales, el animal se encuentra en buenas condiciones físicas y de salud.
El equipo de búsqueda instaló las cámaras en puntos estratégicos donde esta especie habitualmente se alimenta. El oso se acercó para consumir algunos frutos a uno de estos puntos y allí pudo ser avistado por el equipo de búsqueda.
“La reserva que se ubica alrededor del parque es pequeña y gracias a los alimentos que hemos ubicado allí es que el oso se ha mantenido en esa zona. Sin embargo, allí la vegetación está conformada por bosques de eucalipto que no brindan la oferta de alimento que requiere el oso, es por eso que además hemos estado complementando con agua para que se mantenga allí y no se desplace hacia otra zona”, dijo Leonardo Martínez, biólogo de la CAR.
El profesional recalcó que Tamá no desarrolló las habilidades necesarias de supervivencia en un hábitat salvaje al haber sido separado de su mamá tan joven, por lo que esperan poderlo mantener en la zona, que no se desplace a un área silvestre, y poderlo regresar a la reserva, en donde permanecía en cuarentena, con asistencia humana, para que pueda sobrevivir.
“A pesar de que lo vemos aparentemente en buenas condiciones, que anda y come, es un animal que no se ha desarrollado para la vida silvestre por haber sido desarraigado tan pequeño del núcleo de su madre. Si se desplaza al hábitat silvestre probablemente no logre seguir viviendo, no porque no consiga alimento, sino por la carencia de otras habilidades que debió adquirir”, explicó Martínez.
De igual forma, resaltó a la comunidad que hay que acatar las recomendaciones con el fin de proteger tanto la integridad propia como la del animal. Evitar tomar fotografías, acercarse demasiado o abordarlo. A pesar de que el oso es tranquilo, indicó Martínez, se puede asustar y atacar si se siente amenazado.
“Por ello, recuerda, en caso de avistarlo, no acercarse a él, no fotografiarlo, no atacarlo, no intentar alimentarlo y dar aviso inmediato a las autoridades. Además, recomendó mantener animales domésticos y ganado resguardados”, dijo la CAR
La corporación finalizó su comunicado indicando que el equipo de búsqueda sigue activo y que se trabajará con drones para lograr localizarlo y regresarlo al Bioparque Wakatá, al que llegó proveniente de Norte de Santander.
Su escape fue reportado el pasado 16 de septiembre. Se encontraba en cuarentena especial, pero rompió las mallas y salió hacia zona boscosa. Se trata de un macho adulto de 180 kilos de peso, de la especie Tremarctos ornatus, de la familia Ursidae, que llevaba solo 15 días en la reserva del Parque Jaime Duque, luego de ser rescatado por Corponor (Corporación Autónoma Regional de Norte de Santander).
Esta especie es altamente protegida. Habita en la Cordillera de los Andes y es la última sobreviviente de la era glaciar. Se caracteriza por su frondoso pelaje y parches amarillos alrededor de sus ojos. Pueden medir de 1,50 a 2,10 metros y pesar hasta 180 kilos. A pesar de su gran tamaño y peso, son ágiles y tienen gran habilidad para escalar árboles.
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