El pasado martes 20 de septiembre, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, dio un desafiante discurso ante los líderes mundiales que participaron de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, en el que declaró a la guerra contra las drogas y la lucha contra el cambio climático como un “fracaso”.
El pronunciamiento del primer mandatario, en el que también calificó como “hipócrita” el discurso de las potencias mundiales frente a la protección de la selva amazónica, generó un revuelo en el país político y en el ámbito internacional, debido a que fue considerado como uno de los más fuertes entregado por un jefe de Estado.
“Vengo de uno de los tres países más bellos de la Tierra. Vengo de la tierra de las mariposas amarillas y de la magia. Allí en las montañas y valles de todos los verdes, no solo bajan las aguas abundantes, bajan también los torrentes de la sangre. Vengo de un país de belleza ensangrentada. ¿Cómo puede conjugarse la belleza con la muerte?”, pronunció el jefe de Estado frente a los líderes del mundo.
Sus palabras, en las que pedía que se acabara la lucha contra las drogas, fueron ampliamente rechazadas por buena parte de la oposición a su gobierno, encabezada por los miembros del Centro Democrático, quienes expresaron que su discurso había estado cargado de “resentimiento y odio”, como lo señaló el congresista de esta colectividad Miguel Uribe.
Dentro del rechazo generalizado en la oposición, hubo graves señalamientos como el entregado por el expresidente Andrés Pastrana, quien aseguró que el presidente se había declarado ante la ONU como el “gran capo defensor de la cocaína”, o el de la congresista del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, quien señaló que el pronunciamiento era “perfecto para los progresistas del mundo que hoy privilegian un pez por encima de un niño no nacido”.
Ante estas reacciones, el primer mandatario indicó en una entrevista con Caracol Noticias que eran “burradas”, aclarando que si bien no le gustaba referirse con peyorativos a sus contradictores le sugirió a la oposición ser un “poquito más inteligente”.
Frente a estas declaraciones, miembros de la oposición se pronunciaron como el caso de la senadora Cabal quien, según declaraciones recogidas por Caracol Noticias, le pidió que en lugar de calificativos explicara “cuál es la analogía entre la coca, el petróleo y el gas. Por qué considera que la coca no es dañina, pero el petróleo y el gas, que han servido para el desarrollo de la humanidad, sí son malos”.
Este pronunciamiento se asemeja al del congresista Miguel Uribe, quien señaló en declaraciones entregadas al medio nacional que “insultar a la oposición es insultar a los ciudadanos que tenemos preocupaciones frente a las medidas que está tomando. Demuestra su ego, su talante autocrático”.
“Porque es completamente legítimo cuestionar que el presidente de Colombia equipare la cocaína con el petróleo y el carbón, sobre todo cuando hay una angustia en el país porque él y sus ministros han dado a entender que vamos a terminar dependiendo energéticamente de Venezuela”, indicó por su parte el representante a la Cámara de esta colectividad, Andrés Forero.
Estos pronunciamientos se deben a las declaraciones en las que el presidente cuestionó: “¿Qué es más venenoso para el ser humano, la cocaína o el carbón o el petróleo?”, lo que generó una ola de rechazos.
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