El lunes 26 de septiembre será la fecha donde la frontera entre Colombia y Venezuela vuelva a abrirse en su totalidad, al día de hoy, han pasado 2595 días desde el cierre, la espera terminará, primero, con la reanudación de vuelos entre Bogotá y Caracas, las capitales. Aunque con más voces a favor que en contra, el restablecimiento diplomático es prácticamente un hecho, pero, estarían empezando a notarse fallos, puntualmente con el tema de los vuelos. Desde el lado nacional, la aerolínea Wingo, filial de Copa, será la que realice el trayecto, mientras que desde la vecina nación, Conviasa, aerolínea estatal, tendrá a su cargo el primer recorrido: Caracas, Valencia, Bogotá, en un vuelo chárter, marcando así el tránsito libre entre ambos países, pero, esta última no podrá operar por estar incluida en la lista Clinton.
Todos alguna vez hemos escuchado la lista Clinton, si aún no lo tiene muy claro: es una lista negra de empresas y personas a las que el gobierno de los Estados Unidos las señala y vincula de tener, recibir o transar dinero que proviene del narcotráfico. El compendio creado durante el mandato del presidente Bill Clinton, la razón del nombre, en el año 1995, en principio se hizo como mecanismo para la lucha contra las drogas, puntualmente hacia los carteles colombianos, que llegaron a considerarse como una amenaza para la seguridad norteamericana.
Dentro de los nombres y empresas que han estado y/o están en la lista, aparecen: el Cartel de Cali, los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, clubes de fútbol como el América o Envigado, o bandas y grupos criminales como las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC - EP), las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y la Oficina de Envigado.
Pues dentro de esa lista se encuentra la aerolínea Conviasa, hacia febrero del 2020, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos la sancionó, en una determinación de Washington en contra del régimen de Nicolás Maduro, pues consideró que esa compañía era fundamental para el traslado de funcionarios y diplomáticos venezolanos. Al momento de la inclusión declararon:
“Esta acción no afecta la capacidad de viajar del pueblo de Venezuela, ya que pueden seguir haciéndolo en varios otros operadores que no están sometidos a sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros [OFAC]”, señaló en ese momento el gobierno norteamericano.
El problema con esto es que el hecho de estar incluido dentro del listado, si cualquier otra entidad o persona decide negociar, operar o transar con ellos, se exponen a una serie de sanciones internacionales, puntualmente con la justicia estadounidense.
Para hacerse a una idea, la relación le puede costar a la persona o empresa: perder el acceso al sistema financiero, medida que aplica dentro y fuera de los Estados Unidos, esto por la misma idea que si alguien opera con un vinculado a la lista, es objeto de estas mismas sanciones; también podría perder la visa, impidiendo así el libre tránsito por el territorio norteamericano; también, se pueden declarar como personas no gratas dentro en aerolíneas, entre muchos otros.
Eso quiere decir que: por ejemplo, el diplomático que haya autorizado el ingreso de Conviasa al país puede ser objeto de estas sanciones, la entidad que le permita el aterrizaje igual, y así con todos aquellos que interactúen con ellos.
Aunque aún no hay un pronunciamiento oficial por parte del Ministerio de Transporte, Caracol Radio dio a conocer que el jefe de esa cartera, Guillermo Reyes, aseguró que Conviasa ya no podrá ingresar al país, decisión que habría sido concertada y aceptada por el gobierno de Nicolás Maduro.
Así las cosas, por ahora, se desconoce cuál será la aerolínea venezolana que viajará a Colombia el próximo 26 de septiembre y, además, si Conviasa en algún momento podrá ingresar al país, teniendo el concepto que es la compañía estatal oficial.
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