Colombia se ha vuelto en una parada obligatoria para los artistas musicales de renombre y emergentes en la última década y esa gran apertura, ha hecho que en algunos casos el precio de la boleta sea una objeción, sobre todo, por el precio del servicio que ha sido una de las preguntas frecuentes al momento de tomar la decisión de adquirir el servicio.
Acá le explicamos en qué consiste este cobro.
Pollstar es una empresa encargada de recopilar datos relacionados a conciertos y artistas musicales a nivel mundial, sus datos se han vuelto tan precisos que cada semana hacen una cuantía de cuál es el artista que más boletas vende en el mundo.
De los diez primeros artistas que más suman dinero en la venta de boletas sólo uno no ha venido al país, Lil Baby. Entre los artistas que más venden está Ed Sheran, Bad Bunny, Lady Gaga, Coldplay y Daddy Yanke, los cuales han pisado suelo colombiano o estarán en el país. Sin embargo, traer a estos artistas se ha vuelto en una tarea que no sólo lleva una logística enorme sino también, costos que se ven representados en el valor de la boleta.
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En Colombia hay alrededor de 25 operadores de boletería los cuales son vigilados por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC). Aunque el precio de las boletas no es fijo ni controlado por la Superintendencia, así como el costo asociado como el servicio de envío, los usuarios deberán pagar el precio que los operadores indiquen.
Sin embargo la ley en específico el artículo 23 de la Ley 1480 de 2011 informa que al consumidor siempre se deberá proporcionarle una información clara, veraz, suficiente, oportuna, verificable, comprensible, precisa e idónea sobre el producto que adquiere y sobre los costos asociados a este.
Por tanto, la Superintendencia (SIC), hace un par de años viene sosteniendo de manera reiterada y uniforme que los operadores de boletería y los productores de espectáculos públicos “son solidariamente responsables por la calidad, idoneidad, seguridad y buen estado de los productos y servicios que comercialicen en el mercado”.
Teniendo en claro lo anterior sabemos que, uno, el precio de las boletas podrán tener los valores que corresponden de acuerdo a lo que indiquen los organizadores de los conciertos y los operadores de boletería; dos, que ellos deben ser claros en el momento de fijar los precios así como todo lo correspondiente a las cláusulas y condiciones del servicio, por ejemplo, cambiar la fecha, cambiar un artista o la cancelación del mismo.
Ahora, uno de los costos en que más se ha fijado el cliente al momento de comprar la boleta es en el precio del servicio, el viejo conocido”cargo por servicio” y es un monto en dinero que cobra cada operador. Este valor corresponde al costo que ellos invierten en puntos de venta, venta on-line, call centers y servicios al cliente, además de las medidas de seguridad del papel para impedir su copia.
Este cargo sustenta el modelo de negocios de las ticketeras, obteniendo casi todos sus ingresos por este ítem. El monto final de este cargo pagado por el consumidor depende de, entre otras cosas, la envergadura del concierto —no es lo mismo el primer concierto de una banda local a la visita de nombres como Paul McCartney o The Rolling Stones—, el recinto donde se realiza y otros costos operacionales y requerimientos de las productoras a cargo, quienes fijan en conjunto este cobro.
Por ejemplo, Diana Lara, es una colombiana que vive en Nueva York hace cinco años. Ella es un amante de la música y sobre todo, de la música en vivo, donde ha tenido la posibilidad de ver a Shakira, Rosalía, Paul McCartney y Elton John a precios tan baratos, que sólo la de Elton John la pudo conseguir a US$19 dólares.
“En Estados Unidos hay una cultura muy grande del concierto, tanto, que uno aprende a conseguir precios de las boletas muy económicos e incluso promociones, hasta el punto que te dan descuentos en las principales aplicaciones de ventas de conciertos” asegura Diana.
¿Por qué el “cargo por servicio” varía en cada localidad de un show?
Para Diana, que ha estado presente en alrededor de 120 conciertos en los últimos cinco años, ha visto que el costo del servicio es alto y depende mucho de la localidad, pues no es lo mismo comprar la entrada general que platino o estar detrás de bambalinas para ver al artista, los precios siempre varían.
Si bien el servicio es el mismo en cada evento para cualquier localidad que el consumidor elija, el modelo de negocios implementado por los operadores de boletería contempla que los usuarios que adquieren boletos de un mayor valor “subsidien” a los que compraron espacios más austeros. También, algunos operadores cobran el software que tienen para regular los códigos de boletas o códigos QR.
Si se suspende el espectáculo, ¿qué pasa con el “cargo”?
El festival Jaming canceló su concierto y miles de usuarios se vieron afectados, sobre todo, porque la empresa no quiso hacer la respectiva devolución. Aunque está mal visto que los operadores de boletería no atienden peticiones de devolución de dinero por cancelación de un evento o retengan valores por concepto de “servicio de boletería”, por cuanto la responsabilidad solidaria derivada de la efectividad de la garantía de un servicio de la que viene hablando la SIC, le obliga a reintegrar al consumidor todo el precio pagado por la boleta.
También se han vuelto el foco de atención todos esos términos y condiciones, publicados por algunos operadores de boletería, en los que se traslada la responsabilidad por la calidad de un evento solo al productor del espectáculo, pues la Superintendencia de Industria y Comercio ya ha iniciado investigaciones administrativas por considerarlas cláusulas abusivas.
Pero en definitiva, la superintendencia obliga a los promotores y operadores a devolver el dinero en caso de que se suspenda el espectáculo.
Por qué el precio de las boletas en Colombia están tan altos
Gabriel García, CEO de Paramo Presenta le contó a El Espectador que en " En Colombia hay varios factores que incrementan el precio de las boletas. Por un lado está la Contribución parafiscal de espectáculos públicos, que no existe en otros países, que es el 10% del valor de las boletas que superan los 3UVTs, eso es un costo que se traspasa directamente al comprador.
“Por otro lado, la asistencia es tres a cuatro veces inferior a la de países como México, Brasil, Argentina y Chile, por lo cuál unos costos similares de organización del evento deben ser pagados con menos boletas vendidas, por lo cuál cada boleta debe tener un precio mayor””Y por último porque en general para los artistas es más caro girar en Sur América que en Estados Unidos o Europa, en donde viajan en bus y pueden hacer 5 conciertos en una semana; mientras que en Suramérica deben viajar en avión y solo pueden hacer 3 conciertos en una semana, lo cual sube para ellos los costos de realizar cada concierto, tanto en transporte de personas y de carga como en salarios de sus equipos de trabajo, a quienes usualmente se les paga por semana y no por show”
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